Lo que faltan son hombres cheveres......

Regularmente cuelgo en mi blog textos míos, pero en oportunidades aparecen unos trabajos que merecen divulgación. Y uno de ellos es el perfil del ser humano que deseamos. Antes había colgado un texto de Santiago Gamboa, colombiano, sobre el encanto de las mujeres de más de 40 años. Pueden buscarlo más abajo.
Herriette Heinsen, para completar, me envía este otro texto, en el que se perfila un esquema del hombre chéveres que toda mujer debía tener a su lado. Les ruego que lo lean y que lleguen hasta el final. Bien escrito, con gran poder en su narración, este tipo de hombre es el que toda mujer debería tener a su lado.
Aqui les va:


POR FLORENCE THOMAS

Si creía D'Artagnan que me iba a quedar callada ante su columna del domingo 14 de agosto, titulada '¿Faltan hombres y sobran demonios?', se equivocó.
Que falten hombres, no señor; hombres es lo que hay. Barrigones, mujeriegos, narcisos, alcohólicos, cobardes, regulares amantes y pésimos maridos.
Hombres es lo que hay.
Hombres aún atados a una idea de virilidad ligada al ejercicio del poder, hombres que prefieren aburrirse con modelitos de 22 años obsesionadas por una imagen globalizada de la belleza, sin mucho discurso, fogosas, dice usted. ¿Serán tan fogosas cuando aún tienen todo por descubrir y aprender en materia de fogosidad y de experiencias eróticas? Fogosas, don D'Artagnan, y me extraña que usted no lo sepa, son las de 40, 50, 60..., ellas sí han tenido tiempo de aprender esa gramática erótica, ese alfabeto de la piel del otro, con una pizca de humor y una buena medida de inteligencia, sin sentimiento de culpa y con una enorme risa que ilumina una cara ya marcada de experiencias vitales; esas sí son fogosas, le aseguro. El problema es que son ellas las que no encuentran hombres a su altura, pero por razones bien diferentes a las evocadas por el espadachín. Ahí están, es cierto; están los hombres de mi edad quienes, en cuanto a la fogosidad... bueno, el viagra remedia en algo pero no cura esa enorme ambivalencia y ese temor hacia una mujer madura, hacia esa belleza que otorga la inteligencia y una hoja de vida bien aprovechada; están los de 40 y 50 que ya tienen dos matrimonios encima y se han vuelto tan neuróticos que, si acaso para una noche, pero ni una más; están los que se refugiaron en el alcohol y la política tradicional, y gracias mil; están los cobardes a morir, que nunca le confesarán a su mujer oficial que aman a otra; están los ejecutivos estresados que viven con el celular debajo de la almohada -muy tenaz cuando suena justo cuando nos tocan el punto G- o están aquellos que, inaugurando romance, nos declaran que son progresistas pero descubrimos que no soportarían tener una hija lesbiana o un yerno negro. ¡Ah!, don D\'Artagnan, hombres es lo que hay.
Lo que falta son hombres chéveres; estos que son capaces de ver más allá de la superficie visible de un cuerpo para descubrir lo invisible, lo interior. Ya no la firmeza y el grano de la piel sino lo que esta piel connota de experiencias vitales, de saberes milenarios o recientes, de emociones selladas en su cintura, en los surcos de la piel dejados por lo vivido, por lo gozado, por lo llorado. Ya no una cara inexpresiva debajo de una capa de maquillaje, ya no una expresión vacía de un modelo satinado y dispuesto para la venta sino miradas que expresan de frente que nadie les quitará lo bailado; mujeres libres de los atajos seculares que las habían construido como objeto sexual para la circulación del deseo masculino; mujeres bellas de esta sabiduría que solo otorga la vida; sin miedos.
Estas mujeres que Santiago Gamboa conoce y sobre las cuales escribió tan bellamente. Yo sí conozco algunos hombres así. ¡Ah!, Dios, cómo son de bellos estos hombres, de 40, 50 y 60 (de 60, ya muy, pero muy pocos) reconciliados con su lado femenino, estos hombres que aceptan su inmensa fragilidad, que nos cautivan porque creen que otros mundos son posibles; habitados por una inmensa pregunta sobre la identidad masculina; heterosexuales, bisexuales o gays que gozan la presencia de mujeres maduras; que intentan reconciliar esa inevitable soledad del ser humano con la imperiosa necesidad del amor. ¡Ah!, qué bellos son..., desafortunadamente son contados y las pocas mujeres que viven o tratan de vivir con ellos no los dejan escapar fácilmente.
Son estos hombres, don D'Artagnan, los que faltan. Estos. ".
¡Ah!, don D'Artagnan, hombres es lo que hay. Lo que falta son hombres chéveres; estos que son capaces de ver más allá de la superficie visible de un cuerpo para descubrir lo invisible, lo interior. Ya no la firmeza y el grano de la piel sino lo que esta piel connota de experiencias vitales, de saberes milenarios o recientes, de emociones selladas en su cintura, en los surcos de la piel dejados por lo vivido, por lo gozado, por lo llorado. Ya no una cara inexpresiva debajo de una capa de maquillaje, ya no una expresión vacía de modelo satinado y dispuesto para la venta sino miradas que expresan de frente que nadie les quitará lo bailado; mujeres libres de los atajos seculares que las habían construido como objeto sexual para la circulación del deseo masculino; mujeres bellas de esta sabiduría que solo otorga la vida; sin miedos. Estas mujeres que Santiago Gamboa conoce y sobre las cuales escribió tan bellamente. Yo sí conozco algunos hombres así. ¡Ah!, Dios, cómo son de bellos estos hombres, de 40, 50 y 60 (de 60, ya muy, pero muy pocos) reconciliados con su lado femenino, estos hombres que aceptan su inmensa fragilidad, que nos cautivan porque creen que otros mundos son posibles; habitados por una inmensa pregunta sobre la identidad masculina; heterosexuales, bisexuales o gays que gozan la presencia de mujeres maduras; que intentan reconciliar esa inevitable soledad del ser humano con la imperiosa necesidad del amor. ¡Ah!, qué bellos son..., desafortunadamente son contados y las pocas mujeres que viven o tratan de vivir con ellos no los dejan escapar fácilmente. Son estos hombres, don D'Artagnan, los que faltan. Estos.

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2 Comentarios

Anónimo ha dicho que…
jose muy interesante su pagina le felicito

Rafael Calderón
Kissimmee Florida
Anónimo ha dicho que…
colega, felicidades por su página, la agregué a favoritos..

por favor entre a la mía...epcdigital.blogspot.com

con alta estima,
franklin o. tavarez, MA,

referencia: seminario vih pto. pta