Juzgar a Viajeros por Viajeros

Viajeros ha emprendido su viaje.
Y en ese recorrido le deseamos lo mejor
Sin comparaciones.
Valorando sus aportes.
Resaltando sus exitos por área: fotografía, actuación, efectos especiales, música. El aspecto a mejorar es la edición.
Viajeros es una obra humana.
Realizada en un país sin estructura real para hacer cine.
Hecha tratando de elevarse por encima y muy alto de los niveles promedio y de mediocridad que a veces ha acusado el cine dominicano.
Una nueva película dominicana que es digna de ser tratada como obra artística y técnica sin ninguna referencia a los fallos, deficiencia y errores de otras cintas nacionales.

Juzgar a Viajeros por Viajeros

Noto una tendencia (no mal intencionada supongo) de valorar esta película en funcion de una referencia deficitaria: la totalidad de los fracasos cinematograficos que hemos tenido. Y no es justo.
Viajeros, al parecer, se ha realizado como un hito sin precedente en una serie de aspectos y como tal debe evaluarse.
Es que a todo le buscamos un periquito.
Sobre todo...quienes no hacen películas.
Respecto de quienes hacen cine en general, los críticos tienen razón en algunos puntos que deben ser tomados en cuenta, sobre todo en lo atinente al aspecto más barato de todo proyecto: el guión. El libreto de una película debe ser la expresión aguda y sin traspiés de una inteligente exposición y argumento del tema. El guión es el Talón de Aquiles. No se trata de quien invierte cuanto, o de dónde balancear colores o sonidos.
Pero Viajeros nos presenta un guión coherente, aportando información que incluso mucha gente no conocía (como los Viajes VIP, con yate deportivo a medio camino incluído).
Viajeros se apoya en material actoral nativo para desarrollar su historia. Que algún aspecto nos parezca ingenuo, tienen derecho de decirlo, pero no se trata de eso.
Se trata de no arrinconar los esfuerzos serios del cine dominicano sobre la base de un croma que se vió unos segundos.
¿Y los logros técnicos en ese mismo croma?
¿Y ese sonido del mar contra los acantilados - nunca antes logrado con esa fidelidad por una película dominicana?
Y esos efectos de la yola ladeándose con violencia de un lado a otro?

No se trata de un vino amargo.
No lo es....

La premisa de que nuestro vino es amargo, pero es nuestro vino" no asienta en el caso de Viajeros.
Estoy en Vicente Noble desde el jueves por la tarde, por lo cual no se cómo habrá estado la asistencia a Viajeros.
Escribo viernes por la noche y no tengo noticias. Pero tengo fe.
No tengo ningún interés comercial o profesional en la película. Saludé en proyecto desde que supe del mismo y lo he respaldado en los medios en los cuales incido.
Creo en Viajeros por la profesionalidad que sentí de como se fue haciendo.
Creo en esa película y no hay que inflarle el "ratting" poniendo estrellas y mas estrellas desde la misma computadora en la página por excelencia del séptimo arte local: cinedominicano.net
Carlos Ml. Placencia y el equipo conformado se dan cuenta de todo.

Viajeros vale como cine


Tras la proyección en premiere en Malecón Center, me abstuve de dar mi opinión en cinedominicano.net y preferió que los compañeros Alexei y Joan se encargaran de ser los primeros en publicar su versión.
Hice un trabajo corto, limitado por el espacio de una portada compartida en Qué Pasa de El Nacional, el dìa siguiente, la primera que salió en medios impresos.. pero fue mucho lo que no pude decir.
Viajeros sorprende al presentar nuestros barrios marginados con una óptica nueva: sus usos y costumbres, sus rituales, sus personajes que parecen escapados de una novela de realismo mágico.
La perspectiva de esos sectores, su arquitectura, sus sistemas de transporte, su estado de paralizacion aprente de la dimensión temporal no se había logrado antes.

El Cocodrilo, más que una frase

Esa frase de Vicente Santos " Dígale que El Cocodrilo" tiene marca de ser distintiva, una referencia verbal entre las mejores expresiones que se han formulado para el cine nativo.
Con su media sonrisa sarcástica, su diente de oro, su camiseta dos números menos del que debía ser, Santos, un actor joven de consistencia extraordinaria, es un personaje pivote, eje de las acciones de entrada y salida de la película, pero a quien ya mucha gente está ubicando como ejecutante de actuaciones de mayor permanencia.
Esa frase es más que una línea de lectura en un guión cinematográfico. Por una parte es el mensaje sublimal de quien es que realmente se llevara a Romelia: una especie de cocodrilo virtual hacia una muerte casi segura; pero ademas es una demostración de genialidad al dar con una expresión memorable y que habrá de pasar al imaginario colectivo. Una feliz intentona de humor negro dentro de aquella tragedia.

La fotografía

Pienso que la labor de Carlos Bidó en materia de fotografía establece un precedente saludable.
Sobre todo en las escenas nocturnas, donde tantos fracasos se han registrado, la fidelidad de la cámara y su manejo hábil, nos permite pasar con dignidad el susto.
El indica un camino que deberán seguir otras producciones nacionales.
Es tiempo de madurar y de superar baches técnicos que malogran la buena imagen del cine nuestro.

Las actuaciones

En Viajeros hay actuaciones excelentes y buenas interpretaciones.
Uno que me sorprendió, debido a que más que nada era una cara bonita de la televisión y una voz con ascendencia entre los jóvenes en la radio es Sergio Carlo, quien superó en mucho lo que hizo en La Maldición del Padre Cardona. No se que factor se produjo, pero no es el mismo hombre artista. Se le nota una madurez histriónica, un proceso adecuado de apropiación de su personaje. El tipo promete.
De los veteranos no hay mucho que decir...algunos excelentes, otros pudieron haber logrado más integración roles, pero en general están bien.

Quiñones, desacuerdo y respeto

No comparto con mi amigo Alfonso Quiñones, de Diario Libre, la imputación de sobre actuación teatral, la escena del marido golpeándola. Tiene razón en otros aspectos. Tampoco coincido con los bloggeros que lo han criticado por criticar la película, alegando que escribe sobre todo a ver que se le pega . Esa es una falta absoluta de respeto a un comunicador de prestigio quien además estudio Culturología en la Universidad de La Habana. Tigueres...se pasaron. Un poquito de respeto para Quiñones no les vendría nada mal.

Publicar un comentario

11 Comentarios

Carlos Ml. Plasencia ha dicho que…
Nice review Sosa. Me gustó ese ultimo chin, "tiguere, se pasaron" :)

Espero ver el filme el viernes y aportar mi propio review.
DrLacxos ha dicho que…
ves Carlos y te critican a ti por como quieres inyectarle unestilo "semiinformal a los post de cinedominicano.net.

JRS: usted es bueno en lo que hace, y sus criticas super positivas a la pelicula (y eso que he leido todo lo que ha dicho), usted hace un exelente trabajo.

Carlso nos vemos el viernes, porque el Mister me esta dando envidia y gana de ver la pelicula!!
Anónimo ha dicho que…
La fotografia es de Jaime Gomez, director de fotografia dominicano, Carlos Bido ha sido el director.
Anónimo ha dicho que…
ESTIMADO JOSE RAFAEL S. :

SI EN ESTE PAIS HUBIESE SOLO 5 PERSONAS....SOLO 5...CON TU MISMA FORMA DE PENSAR , NO ESTARIAMOS COMO ESTAMOS...NOS VALORARIAMOS MAS, DEFENDERIAMOS LO NUESTRO CON CAPA Y ESPADA, ( COMO HACE CUBA ) , EN VEZ DE ESCUPIR PARA ARRIBA ( CON EL CONSIGUIENTE RESULTADO) .
Anónimo ha dicho que…
ESTIMADO JOSE RAFAEL S. :

SI EN ESTE PAIS HUBIESE SOLO 5 PERSONAS....SOLO 5...CON TU MISMA FORMA DE PENSAR , NO ESTARIAMOS COMO ESTAMOS...NOS VALORARIAMOS MAS, DEFENDERIAMOS LO NUESTRO CON CAPA Y ESPADA, ( COMO HACE CUBA ) , EN VEZ DE ESCUPIR PARA ARRIBA ( CON EL CONSIGUIENTE RESULTADO) .
Anónimo ha dicho que…
EL MANIDO RECURSO CRÍTICO DE “LA SOBREACTUACIÓN”
¿No existe otra herramienta de análisis para determinar y describir la validez o no de una actuación?

Me gustaría saber qué se entiende por sobreactuación, o qué entienden los críticos de cine sobre este término que ha sido tan manoseado en los comentarios.

Noto que se hace una división mecánica entre los actores que sobreactúan y los que lucen naturales, entendiéndose que estos últimos son los que están correctos por una suerte de ley desconocida que lo dictamina.

La discusión sobre la sobreactuación en el caso del teatro es viejísima, tiene más de un siglo, sin que todavía se haya llegado a una conclusión definitiva sobre el tema.

En mi opinión, la sobreactuación es una caracterización fuera de contexto, es decir, una actuación extraña al entorno de la historia que se cuenta y al estilo expresivo escogido por el Director o autor de la obra.

Por ejemplo, actuar en forma naturalista en una obra de carácter expresionista o en una comedia burlesca, puede ser considerado como una sobreactuación, no importa si se trata de cine o de teatro.

Y viceversa, tener una línea de actuación con gestos y sentimientos exagerados o lenguaje y movimientos esteriotipados en un contexto naturalista, también resulta ser una sobreactuación, a menos que se interprete un fantasma, un extraterrestre o cualquier otro personaje que pertenezca a un contexto diferente.

He visto muchísimas películas en las cuales grandes estrellas de la actuación cinematográfica han encarnado personajes que nada tienen que ver con el naturalismo simplista al que los críticos criollos parecen ser adictos, sin embargo no he visto que a esos actores se les haya caído el mundo por esas interpretaciones.

Desde el punto de vista técnico y estético, el problema en sí no es de "sobreactuación" sino de verosimilitud y unidad estilística,
papel que tanto en teatro como en el cine corresponde al director, ya que cuando se actúa en una película, a menos que se trate de personajes principales, los actores no conocen toda la historia y muchas veces ni siquiera conocen el ambiente.

Creo que la única ley inviolable en toda obra de arte, no importa que sea cine, pintura, teatro, danza, o lo que sea, es precisamente la VEROCIMILITUD, es decir,una suerte de regla de juego que establece el autor en una obra específica para que todo lo que suceda en ella sea creíble en el marco de la historia, ambiente, lenguaje, convencionalidades expresivas y formas estilísticas escogidas por él como creador.

En función de esta ley, si es que resulta válido llamarla de esta manera, cada obra establece sus propios parámetros, por lo que es a partir de ellos y ella que toda valoración o enjuiciamiento se enrumba por senderos de seriedad, credibilidad y profesionalismo crítico.

En estos días he leído con asombro opiniones que en un país desarrollado resultarían risibles y ridículas, pero que en nuestro verdor isleño lucen como sentencias oraculares.

Como la de enrostrarle a varios actores el que no hayan usado su propia voz en roles representados.

¿Qué dirían de estas expresiones Dustin Hoffman, Marlon Brando, Robin Williams, Tom Hanks o Robert De Niro, actores que no han cambiado solamente su voz, sino también hasta sus estructuras musculares y gestualidades en función de los personajes?
representados?

Lo que pasa es que hay otra realidad que no se dice por temor a represalias: El cine está en sus pañales y consecuentemente, la crítica también.

Es preciso hacer esfuerzos mutuos para superar deficiencias en la forma de hacer y valorar la actividad cinematográfica dominicana, a no ser que por alguna frustración personal o desplazamiento identitario prefiramos eliminarla.

La otra cuestión, para ser justo con la crítica, es ponernos en su lugar.

Partiendo de sus propios parámetros, hay en ella también una sobreactuación, porque es antinatural y exagerado el encono que exhibe y la falta de contextualización.

Si continúa en ese camino terminará bebiendo del mismo caldo que brinda a quienes le dan razón de ser.

Por último, para no abusar de su indulgencia y haciendo una transposición del cine a la actuación en la vida real, despido mi comentario con las siguientes reflexiones:

Imaginados como personajes en el marco de una película, y dadas sus estridencias gestuales y orales, ¿eran Peña Gomez, Hipólito Mejía, Hitler y Vincho Castillo personajes sobreactuados?

Qué nos parecería un personaje llamado Trujillo con esa extraña combinación de ojos de loco, sonrisa de hiena y vocecilla de hojalata.

¿Es lógica y creíble desde la perspectiva naturalista la configuración de un especímen de tanto poder caracterizado físicamente en forma tan ridícula y caricaturesca, como él se representó en la vida real?

Y a propósito de la farsa, la sobreactuación y el centenario del nacimiento de Balaguer: ¿para quien viviera en el otro lado del mundo, sería creíble ver representado con un cuerpecillo débil, una voz temblorosa, una cabeza despeinada y un cuerpo que se tambaleaba de un lado para otro mientras paradójicamente hilaba discursos con gran elocuencia, a un hombre como Joaquín Balaguer que tuvo durante muchos años el poder absoluto de decidir sobre el bien y sobre el mal en esta media isla?

A los teóricos del cine les dejo esa tarea de lógica y verosimilitud histriónica.

Angel Mejía
Anónimo ha dicho que…
Bravo señor Mejia!!
Gracias por compartir sus ideas!!
sobre la "sobreactuancion"!!!
amen!
Anónimo ha dicho que…
El ARTE DE SER JUEZ Y PARTE: UNA ÉTICA ARTÍSTICA MUY CREATIVA
(O EL SÍNDROME DE LA ANTROPOFAGIA CINEMATOGRÁFICA ACTUAL)

Otra cosa sobre la que me parece pertinente reflexionar es sobre eso de ser juez y parte.

Por un lado están los actores y los directores de teatro y de cine que sólo esperan un estreno para dedicarse a destripar a sus compañeros para comérselos vivos como si fueran antropófagos y por otro lado están los llamados “críticos especializados” que son al mismo tiempo funcionarios del gobierno o miembros de entidades privadas que se supone están al servicio de la promoción cinematográfica nacional.

Veamos el primer caso. ¿Contra quién actúa un director de cine cuando sale públicamente a acabar a sus colegas? ¿Acaso cree que con eso se suma puntos o promueve el cine?

Lo que me parece es que se hace daño a sí mismo porque desacredita la actividad de la cual él mismo es protagonista. Los resultados se ven más adelante, donde de antemano existe una predisposición a cine criollo, una predisposición a la que los mismos cineastas han contribuido. ¿Quién gana con esto? ¿Acaso resulta ético que los miembros de una misma familia salgan a desacreditarse el uno contra el otro frente a terceros?

¿Quién gana cuando una sala de cine se queda vacía porque no se le ha dado al público ni siquiera la posibilidad de que haga su propio juicio?

Ya esto pasó en el teatro y ahora mismo estamos en una crisis de público de la cual los únicos enemigos hemos sido nosotros mismos.

Segundo caso:
Me imagino lo difícil que debe ser para Arturo Rodríguez llevar la doble función de Director Nacional de Cine de la Secretaría de Cultura y crítico cinematográfico en un periódico comercial.

Su primer deber de funcionario es promover el cine criollo, que supone ser el más importante objetivo de la Dirección Nacional de Cine. Ahí tiene que desarrollar programas, alentar a los trabajadores del cine, premiar, reunirse con ellos, elegir y apoyar proyectos, promocionarlos internacionalmente, etc. (parte)
Su deber de crítico (juez) es el de ser fiel a su visión y concepción personal de lo visto en sala, lo que a juzgar por su larga cadena de juicios críticos, parecería ir en contraposición a la función “promotora” del cine nacional.
Tal situación es común a Marianne de Tolentino, quien es Miembro del Consejo Nacional de Desarrollo Cultural de la Secretaría de Estado de Cultura, directora de una institución privada que promociona el arte caribeño (CARIFORO) y al mismo tiempo crítica de arte independiente.
Sus escritos en el área del teatro y las artes plásticas reflejan esa tricotomía.
Es como ser padre, Hijo y Espíritu Santo, o bien sea, Dios, lo que quiere decir que el artista que no cae en su santo seno estará triplemente fuñío o fuera del estado de gracia divino, porque ni en los proyectos del gobierno, ni en la valoración pública de sus obras ni en la promoción internacional tendrá perdón de Dios.
En situación parecida están Cuchi Elías, (Director de la Cinemateca Dominicana), León David, (Asesor de la Secretaría de Estado de Cultura) y Amable López Meléndez (Curador del Museo de Arte Moderno), entre otros, aunque Carlos Francisco Elías ha bajado la guardia respecto a su función crítica para concentrarse, como debe ser, en su rol de guía y promotor del cine desde la Cinemateca.

En esta lista caben también los curadores de los festivales y muestras de cine que se realizan el país, que son generalmente las mismas personas que acaban con las películas en los periódicos.

En Derecho, no se le permite a un juez, que ejerza al mismo tiempo la abogacía privada, pero en arte todo se vale.

Es que en arte la ética es muy creativa.

¿Quién entonces podrá salvarnos?

Angel Mejía
Anónimo ha dicho que…
El ARTE DE SER JUEZ Y PARTE: UNA ÉTICA ARTÍSTICA MUY CREATIVA
(O EL SÍNDROME DE LA ANTROPOFAGIA CINEMATOGRÁFICA ACTUAL)

Otra cosa sobre la que me parece pertinente reflexionar es sobre eso de ser juez y parte.

Por un lado están los actores y los directores de teatro y de cine que sólo esperan un estreno para dedicarse a destripar a sus compañeros para comérselos vivos como si fueran antropófagos y por otro lado están los llamados “críticos especializados” que son al mismo tiempo funcionarios del gobierno o miembros de entidades privadas que se supone están al servicio de la promoción cinematográfica nacional.

Veamos el primer caso. ¿Contra quién actúa un director de cine cuando sale públicamente a acabar a sus colegas? ¿Acaso cree que con eso se suma puntos o promueve el cine?

Lo que me parece es que se hace daño a sí mismo porque desacredita la actividad de la cual él mismo es protagonista. Los resultados se ven más adelante, donde de antemano existe una predisposición a cine criollo, una predisposición a la que los mismos cineastas han contribuido. ¿Quién gana con esto? ¿Acaso resulta ético que los miembros de una misma familia salgan a desacreditarse el uno contra el otro frente a terceros?

¿Quién gana cuando una sala de cine se queda vacía porque no se le ha dado al público ni siquiera la posibilidad de que haga su propio juicio?

Ya esto pasó en el teatro y ahora mismo estamos en una crisis de público de la cual los únicos enemigos hemos sido nosotros mismos.

Segundo caso:
Me imagino lo difícil que debe ser para Arturo Rodríguez llevar la doble función de Director Nacional de Cine de la Secretaría de Cultura y crítico cinematográfico en un periódico comercial.

Su primer deber de funcionario es promover el cine criollo, que supone ser el más importante objetivo de la Dirección Nacional de Cine. Ahí tiene que desarrollar programas, alentar a los trabajadores del cine, premiar, reunirse con ellos, elegir y apoyar proyectos, promocionarlos internacionalmente, etc. (parte)
Su deber de crítico (juez) es el de ser fiel a su visión y concepción personal de lo visto en sala, lo que a juzgar por su larga cadena de juicios críticos, parecería ir en contraposición a la función “promotora” del cine nacional.
Tal situación es común a Marianne de Tolentino, quien es Miembro del Consejo Nacional de Desarrollo Cultural de la Secretaría de Estado de Cultura, directora de una institución privada que promociona el arte caribeño (CARIFORO) y al mismo tiempo crítica de arte independiente.
Sus escritos en el área del teatro y las artes plásticas reflejan esa tricotomía.
Es como ser padre, Hijo y Espíritu Santo, o bien sea, Dios, lo que quiere decir que el artista que no cae en su santo seno estará triplemente fuñío o fuera del estado de gracia divino, porque ni en los proyectos del gobierno, ni en la valoración pública de sus obras ni en la promoción internacional tendrá perdón de Dios.
En situación parecida están Cuchi Elías, (Director de la Cinemateca Dominicana), León David, (Asesor de la Secretaría de Estado de Cultura) y Amable López Meléndez (Curador del Museo de Arte Moderno), entre otros, aunque Carlos Francisco Elías ha bajado la guardia respecto a su función crítica para concentrarse, como debe ser, en su rol de guía y promotor del cine desde la Cinemateca.

En esta lista caben también los curadores de los festivales y muestras de cine que se realizan el país, que son generalmente las mismas personas que acaban con las películas en los periódicos.

En Derecho, no se le permite a un juez, que ejerza al mismo tiempo la abogacía privada, pero en arte todo se vale.

Es que en arte la ética es muy creativa.

¿Quién entonces podrá salvarnos?

Angel Mejía
Evan Lewis ha dicho que…
Jose Rafael.

Mi nombre es Evan Lewis

Y te escribo para solicitar tu permiso para incluir un link de tu blog en mi blog.

Dejame saber.

elewis@soluciondigital.com

gracias.
Evan Lewis ha dicho que…
Jose Rafael.

Mi nombre es Evan Lewis.
Quiero incluir un link de tu blog en mi blog evan-lewis.blogspot.com

Necesito tu bendicion.

Gracias.

elewis