Cruzada contra el "amargor" de (alguna) gente...



Imagen: dos mujeres dominicanas sonríen al lograr que aleteé , que la paloma que acaban de crear en un taller de Origami, como parte de la Exposición Tan Tierno como el Papel, que concluye el 10 de Agosto en Teatro Guloya. Ellas no conocen del extraño fenómeno del "amargor".

He notado gente muy joven y muy amargada. Gente que tiene un trabajo de prestigio. Un salario. Un lugar acogedor para trabajar. Sin embargo se les siente un amargor, palabra que he inventado. Pero...tiene razón de ser?
¿Es aplicable a alguien que usted conoce?
¿Quién no sabe que la vida es sólo una, irrepetible y que cada quien es responsable de sus actos?.
Me llama la atención la actitud de alguna gente que transpira amargor. Y lo hacen de forma automática.

Conocer a quienes han sido ganados por el amargor es fácil
Y hasta me atrevo a producir un Decálogo del Amargor:


1- Nunca te miran fijamente a los ojos cuanto les hablas.
2- Nunca saludan de primera intención. Esas personas se desarrollan como con miedo de estar vivos. No esperes jamás que vengan a saludarte.
3- Viven con temor de tomar decisiones.
4- Sus expresiones más frecuentes ó son negativas o son evasivas.
5- Nunca te dirán: "Cuenta conmigo".
6- Nunca te dirán: "No te preocupes, yo me hago responsable".
7- Su proceder se fundamenta en lo normativo, no en lo cotidiano, en lo práctico, en lo real, en la solidaridad.
8- Miden con exactitud las palabras que dicen. Hablan poco, se expresan negativamente y prefieren aislarse y concentrarse en lo sagrado de su trabajo.
9- Nunca adoptarán una actitud de ayuda proactiva. A todo le buscarán dónde está el fallo, la debilidad o la miseria.
10-Su mirada es apagada y carente de luz.


Qué hacer?
En lugar de regodearnos en criticar el amargor de alguna gente, quienes no somos así tenemos una responsabilidad: lograr que despierten, que se integren a la vida, mostrarles lo difícil que es vivir de esa forma triste, aislada y negativa.
Lo primero que debemos hacer es no aislar esas personas, que están donde quiera: desde nuestro hogar hasta en el trabajo. Luego de reconocerles, nuestro deber es ayudarles.
Podríamos molestarnos por sus desaires, sus actitudes silenciosamente agresivas, pero no. Hagamos un ejercicio de conmiseración y operemos como quien corre la milla extra.
Lo más lógico es salir corriendo de esos avatares viscosos y deleznables. Pero no. El valor que hay que tener para enfrentar el amargor, demanda actitudes nuevas. Y la más importante es la de ayudarles a abandonar esa coraza. En el fondo, el "amargor" es una actitud de defensa.

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4 Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Entonces la gente como yo, que es todo lo contrario, tiene un "dulzor"?
Anónimo ha dicho que…
Jose, me conoces tan bien que has inventado esa palabra para mi. Verdad?
Anónimo ha dicho que…
Hola José, me llegó de verdad esto que has escrito, me considero una persona contraria a las que son amargadas. Me encanta sonreir, tocar y abrasar a la gente, aunque no soy empalagosa, pero confieso que mi actitud contra los que tienen ese "amargor", era simplemente de alejarme. Ahora se que esa es su forma de protegerse y que debemos ser más abiertos con ellos y ayudarles a sanar esas heridas, o enseñarles a enfrentarlas con otra actitud, así como lo hacemos nosotros los que sonreímos, reimos y parecemos felices todo el tiempo y es que esta vida es demasiado corta para desaprovecharla con actitudes negativas y estupidos orgullos. Gracias por permitirme ser parte de la familia que lee tus bellos mensajes.
Carolin Guzmán ha dicho que…
Excelente post Rafael, muchas veces nos rodean personas de este tipo, que no disfrutan la vida porque todo simplemente le molesta o le disgusta.

Es una pena sabes, quienes viven de esta forma lamentablemente nunca puedan saborear el gozo de la felicidad.

Una sonrisa siempre es buena para estos casos!