Piedras con un millón de Filos. Mensaje 2009


El 2008 entregó anoche su último aliento.
Y se ha cerrado el inventado círculo del tiempo, creado por nosotros mismos para hacernos la ilusión o la esperanza de que reiniciamos todo de nuevo.
Tal y como se se abriera una página en blanco.
Anoche, mientras los fuegos artificiales decoraban efímeramente el firmamento en saludo del nuevo tiempo, en Gaza seguía la masacra, Intolerancias y agresiones desiguales mostraban con sangre y dolor, la capacidad destructiva en nombre de la ideología, la nación o la fe.
Era una noche de principio y de fin.
Ahora, henos aquí embriagados de la fantasía de que todo se reinicia.
Henos aquí con calendarios y agendas nuevas pensando que tenemos control del tiempo.
Henos aqui, cargando nuestras virtudes y defectos.
Nuestras ofensas y nuestras miserias.
Nuestras verdades y nuestros chismes ancestrales, como si no hubiera nada más trascendente que atender que la vida de los otros.
Anoche nos autoengañamos todos en esa iniciativa de recomienzo.
El tiempo es el mismo, pero el ser humano se alimenta de sus propios mitos de homenaje a la esperanza.
Hoy es bueno comenzar a trazar metas.
A vendernos la idea de perder peso.
De ser seres más amorosos.
Seres más productivos.
Queda, en el dintel de la puerta, un año que se fue.
Y nos visita un reto enorme llamado 2009, del cual tanto se ha dicho.
Llega con toda su carga de incertidumbre y esperanzas.
Quedan los amigos verdaderos.
Y sobran los que han perdido el rumbo y optaron por la puerta estrecha de la infamia desde revistas "culturales".
Quedan entonces iniciativas y proyectos.
Quedan las horas.
Quedan los días planteados como sucesión de instantes para amar y servir.
Quedan las amistades verdaderas.
Las que sonrien con alegría infinita.
Las que no se miden por dinero o sensacionalismos.
Las que no escarban en la basura de los miseriosos huecos que nos adornan.
Quedan atrás cada una de las debilidades, revestidas de opciones.
Quedan nuestras palabras flotando alrededor cual piedras con un millón de filos.
Queda toda prenda de amor y ternuras.
Quedan los recuerdos y su pasaporte de viviencia vuelta a ser.
Quedan las flores no entregadas.
Quedan las luchas no libradas.
Queda la verguenza ajena.
Queda el Destino, curiosa manera de ver la realidad que de todas maneras llegará con su carga de golpes, ensueños y sonrisas.
Quedan los derroches.
Quedan la siembra y el camino.
Quedan los tiempos de espera.
Y los tiempos de cambio.
Ahora todo, ilusoriamente aceptado, todo está por comenzar.
Nos esperan el campo, la siembra y las luces.
Nos espera el afecto renovado.
Nos esperan cada uno de los proyectos.
Ese es el infinito ritmo que nos mueve.
Girar sobre el tiempo, como si fuera nuevo. Vana ilusión.
Esperanzas y luces. Miserias y dolor, todo en un mismo hondón de verdades y mentiras.

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1 Comentarios

Hipólito Delgado ha dicho que…
Feliz año nuevo!

http://www.hipolitodelgado.com