La Razón Blindada y el relevo necesario que auspicia Teatro Guloya



El montaje  en Teatro Guloya de La Razón Blindada, de ArtistidesVargas,  dramaturgo,  gestor teatral y   radicado en Ecuador,  tiene una particular importancia basada en presupuestos artísticos y culturales. Poca gente sabe que Vargas fue el formador como actriz de Jorgelina Cerritos, la dramaturga y poeta salvadoreña y cuyo texto Al otro Lado del Mar, acaba de ser presentado en Bellas Artes, con Karina Noble y Víctor Pinales.

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Nos alegra sobremanera el hecho de que se haya montado  un nuevo trabajo sobre textos de uno de los más importantes creadores de la imaginación llevada a escenario y  que implica el debut real de tres jóvenes actores con un encargo histriónico de peso considerable: Aristides Vargas.



¿Quién es el autor?
Vargas  nació en Córdova, Argentina en  1954. Dramaturgo, actor y director teatral. En 1977 se radica de forma permanente en el Ecuador, en donde, conjuntamente con otros interesados en el teatro, funda el grupo Mala Yerba. Es autor de Nuestra Señora de las Nubes, La Razón Blindada,  “Jardín de pulpos”, “La edad de la ciruela”, “Pluma y la tempestad.
La Viena no está fácil
Este es el segundo proyecto bajo la dirección de Viena González, una de las fundadoras de Guloya (el primero fue Oterlo Sniff..) una mujer entregada al teatro por firme convicci{on de que es el frente que le ha tocado jugar.


Ella justifica, junto a Claurio Rivera el liderazgo que como institución privada  tiene Teatro Guloya, al cabo de sus cinco años de operación, pese a las limitaciones de recursos, que al parecer solo estimulan el trabajo para extender en eficiencia el uso de los recursos que se captan en una nación donde es cada vez más difícil lograr el mecenazgo de quienes, pudiendo, se deciden a respaldar el arte en una de sus manifestaciones más nobles: el teatro.


Lo textual
El virtuosismo creativo de Arístides Vargas no llega por casualidad. Su maestría para manejar con profundo sentido existencia y poético, las más dramáticas y tristes situaciones humanas, resalta en cada uno de los textos que le conocemos, bastando recordar Nuestra Señora de las Nubes, en la cual – al igual que en otros trabajos- sus personajes parecen itinerantes o convocados a la tragedia innombrable.




Los actores
Daniel Sosa, (con dos años de experiencia en presentaciones de menos responsabilidad) Fernando Pucheu y C. Cordero,  (ambos debutantes) se encomiendan a los duendes más intrincados del teatro para sacar algo digno de un texto muy representando en América Latina por actores veteranos y probados.






Los tres chicos no tienen el rigor ni la experiencia, pero si el valor de meterse en la piel de sus prisioneros personajes, que aprovechan sus encuentros del domingo en la prisión para divagar cruzando ideas del ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha (a lo que se suma la notable presencia  en Vargas de La Verdadera Historia de Sancho Panza (Franz Kafka), a lo que  se agrega cuanto le contaron al autor, presos políticos  como Chicho Vargas (su hermano).





Sosa, Pucheu y Cordero se entregan para ser De la mancha 1, De la Mancha 2 y Panza, jugando con las locuras  racionales  creados por el célebre Manco de Lepanto, a fin de dar en el centro del animoso gusto del público que les sigue en silencio desde la platea. Y lo hacen sin los despliegues escénicos usados en otros países. Adoptan, amparados por su directora,  en la concepción Guloya, caracterizada por el uso minimal de la utilería y escenografía, apelando a los procesos interiores, a la intensidad que no requiere estructuras ni complicados sistemas de montaje, llevando a escena lo que puede resultar un apoyo para el despliegue del discurso corporal, textual y psicológico. Lo han hecho bien. Es un trabajo que recomendamos.











Algunos movimientos escénicos de Panza pudieron ser más precisos y mejorada la 
gestualidad de De la Mancha 2, pero son pecatas minutas a la hora de ver su brevísimo prontuario teatral y su arrojo indudable para acometer un empeño que podría superar hasta las posibilidades de los veteranos del resto de América Latina. 
Daniel Sosa saca mejor partido  de su personaje, su figura  y su voz.
Si pueden, les invito a ver  La Razón Blindada. Gracias a Giovanni Cruz por la recomendación que nos hizo llegar y por las atenciones de la Compañía. 

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