Amaury Sánchez consagra nueva generación de artistas

















La única condición pública que supera al artista en Amaury Sánchez, es la de maestro. Con una notable visión y ante una necesidad de aportar a la generación de relevo del escenario nacional en danza, teatro y canto (es decir, el musical, el género  que es junto a la Opéra el más exigente  de talento, trabajo y sacrificio, respecto de todas las expresiones histriónicas posibles), Amaury Sánchez creó su Academia de Formación (AFA), que presenta, como acto de graduación final de la promoción de cada año (inició en 2011), una  producción ciertamente profesional, pese a estar basada en nuevos valores, muchos de ellos niños y jóvenes que por vez primera suben a un escenario exigente como el de Bellas Artes. Lo alcanzado ahora en el Festival AFA 2012, no me deja a mi indiferente. Ni ha nadie que lo haya visto. !Increible!.



La presentación de la edición 2012 del Festival de la Academia  de Formación Artística Amaury Sánchez, independientemente del sus increíbles 32 segmentos que erizan la piel y convocaron más que las lágrimas y el millón de recuerdos asociados a los temas interpretados.


Queda el buen sabor en la garganta y la seguridad de que el camino se ha tomado por el sendero correcto. Queda la enseñanza a una sociedad, plagada de violencia, de apetencias, de corrupción de parte y parte, que tenemmos una comunidad nueva, la que llega, la que sube, que probablemente nos garantice un mejor futuro.






Han pasado muchos años desde que se inició su complicidad con los musicales, por medio de sus producciones de conciertos en base a la música de películas, en las que  incluía mucho talento joven de donde pudiera ser localizado, para bailar y cantar al ritmo de la afinada orquesta seleccionada para dar la plataforma de armónicos sonidos, hasta hoy que sin lugar a dudas es el factor de producción de musicales más importante de República Dominicana.

El Festival  AFA 2012 aporta más que nuevos rostros, voces entonadas vibrando la emoción indescriptible del rictus del arte, cuerpos armonizando con músicas de hoy o del pasado, jóvenes existencias que ya tienen un rumbo definido, ese que llama a comunicar desde sus almas, lo mejor que se lleva en el interior, bajo el tintineo de las luces y con el clamor infinitamente desafiante de la música.

 Nadie que pueda hacerlo, debía dejar de ir a la Sala Máximo Avilés Blonda a disfrutar de  de las  cuatro funciones de sábado y domingo (hay dos por día) para disfrutar 32 entregas  buen arte escénico en las cuales danza, música, teatro tienen su propia recompensa, tras todo el trabajo que ha debido plantear la formación de sus talentos.


148 nuevos  artistas, 10 profesores , una idea  concebida cuando debió ser y mucho trabajo, han hecho la diferencia . 

AFA se superó a si misma .


Amaury, puede dormir tranquilo.


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2 Comentarios

Anónimo ha dicho que…
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