Johnny…el musical, salvado por la música y la coreografía


El musical Johnny, presentado anoche en función especial de prensa y patrocinadores, pese a su tono amateur y aficionado que se dejó sentir en una serie de fallos técnicos evitables (y que deben ser corregidos partir las funciones que faltan de hoy viernes y hasta el domingo  en el Palacio de Bellas Artes), tuvo cinco  aliados para convertirlo en un espectáculo  artístico que se recuerde con dignidad y respeto, incluso más allá de la las sinceras  lágrimas  de emoción por el propio Johnny Ventura, el productor y artista Antonio Melenciano. 



También lloró de buena gana mucha gente por la intensidad del instante en que el artista subió a escenario a agradecer el homenaje.  Fue un  gran  final cargado de una emotividad tan espontánea por su sello de  de justicia pública para reconocer la trayectoria de un artista que ha amplió las perspectivas del merengue.


Pero hubo errores….
El musical se sintió amateur.  Debe ser  revisado hoy para  corregir lo siguiente: acortarlo en 50 minutos cuando menos. Concluyó a las doce de la noche al cometer el error de libreto de ofrecer demasiados detalles de la  infancia y juventud del homenajeado. Se espera que para las funciones restantes sean corregidos numerosos fallos en la disponibilidad a tiempo  de utilería y escenografía.


La dirección actoral tiene que corregir nueve entradas o salidas a destiempo de los talentos de soporte, incluyendo las salidas de Jandy Ventura, sin abandonar  el aura el crucial personaje central que representa.


El sonido vocal  fue un desastre, incluyendo personajes centrales que entraron a escena con el micrófono pendulando  al aire como un cabo por la espalda del talento y algunos que entraron a escena sin micrófono y debieran actuar a capella o incluso “quedarse en el aire” a media canción.



Hubo fallos también en el diseño de luces, dejando a  oscuras a los talentos mientras actuaban o direccionando incorrectamente las perseguidoras a los solitas mientras actuaban.


El primer aliado era el tema (Johnny Ventura), que garantizaba por si solo adhesión incondicional de quienes le siguen y respetan y que anoche se empoderó por la presencia del homenajeado a pocos metros del escenario.
En segundo lugar,  la música en vivo de parte de un grupo selecto de músicos y tremendamente bien ubicados, que dieron un magnífico encuadre musical a los éxitos del Combo Show. Esos músicos aportaron el “color” de la música de Ventura, y de dejaron sentir gracias a su desempeño profesional en cada uno de sus instrumentos.



El tercero fue la coreografía, de Yessenlly Marte, quien acaba de elevar sus bonos profesional al lograr un  casi indescriptible desempeño grupal: coordinación plena aun en los giros más acelerados, fuerza visual a partir de una entrega al ritmo, intensidad y sensualidad bien manejadas por estos danzantes.


Esta actuación aporta un valor singular  en si mismo al musical que lo dignifica y lo hace representable en cualquier gran espectáculo de cualquier sala del mundo. La Marte, una de las más lucidas por su estelar actuar en el grupo, se pudo haber ido tranquila a dormir, tras las lágrimas generalizadas y justificadas de aquel emotivo final.



El cuarto factor positivo  fue el vestuario de época y algunos de los aprestos escenográficos, que recrearon el ambiente de la infancia y la adolescencia de Ventura.
Y el quinto  fue el sorprendente desempeño vocal de las sopranos Pura Tayson y Glemmer Pérez, sopranos, como madre y abuela de J. Ventura. Particularmente la Tayson se lleva las palmas por su desempeño adicional  como bailarina y actriz.



Pura Nos dejó boquiabiertos. Nunca la habíamos visto tan fresca, audaz e integrada a un trabajo de género popular. Ella, su actuación, su voz y su baile, es un atractivo. No se la pierdan.




El musical se sigue presentando hasta el domingo en Bella Artes. No se lo pierdan y ojalá no les toquen los fallos.

www.joserafaelsosa.com

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