¿Dónde radica el poder de gustarnos de James Bond tras 50 años?

Portada de la Edición 50 Aniversario de James Bond.
Derechos Reservados MGM.
Tengo mi inclinación irrenunciable, desde muy joven, por las películas de James Bond… el agente 007, en una especie de pasión que se ha mantenido a lo largo de los años.

Reconozco que  Bond es un personaje colonialista, interventor en los asuntos internos de otras naciones, increíble y deshumanizadamente  autorizado a matar… pero entre la racionalidad de los valores éticos universales y su aplicación al caso particular de  Bond, parece haber ganado la fantasía y la mística de un super-espía inglés q  ue supo entrar al pasillo que conduce a las honduras del alma y radicarse en ellas hasta hoy, tras 50 años de haber iniciado sus aventuras.


Y ahí ha permanecido por años, siguiendo cada cambio de personaje, cada época   Bond, desde el ya mítico y simbólico Sean Connery, considerado el mejor hasta ahora.
el fracasado George Lazenby (falta de impacto y  ausencia  de creatividad interpretativa, 
la elegancia  sugerente del satírico   Roger Moore, 
el inexpresivo Timoty Dalton,
el ascenso actoral que representó la gracia de Pierce Brosnan 
y finalmente (hasta ahora) la renovación  que en lo  físicas y psicológico, representa el más efectivo de la saga: Daniel Graig.

Con sus aventuras,  su humor tan inglés, su vestir elegante, los artilugios de lucha (que han cambiado de volumen y tecnología con el paso del tiempo), incluso por la belleza de las chicas Bond, lo que no deja de ser un resabio machista de mi parte, Bond se fue convirtiendo en un personaje de culto. No es nada racional. Es fantasía ilusoria y evasión.
Cuando se estrenaban sus películas, asistía a la primera tanda, jueves como ahora, y que regularmente me quedaba a verla de nuevo o  ese mismo día o el fin de semana.



Sospecho que algo especial  tiene este personaje creado por  fue creado en febrero de 1952 por Ian Fleming, mientras estaba de vacaciones en su casa ubicada en Jamaica, llamada "Goldeneye" -término que posteriormente se utilizaría en una de sus novelas dentro de la serie acerca del mismo personaje.

La señora Wikypedia cuenta que  el nombre James Bond, fue tomado por Fleming de la vida real: era el de un investigador de las aves del Caribe.

Deseo confesar que mis hijos e hijas se coordinaron por Internet (están en Santo Domingo, Canadá, Inglaterra y España) para ver que me obsequiaban con motivo del Día del Padre.

Concluyeron en que una de mis pasiones predilectas es el cine y que, en el marco de la gran pantalla, el personaje que más me impacta es Bond. Decidieron unir esfuerzos y recursos para regalarme la edición especial de 50 aniversario de James Bond, en el sistema Blue Ray y como yo no tenía ese sistema, también me obsequiaron el equipo, viniendo uno de ellos (Giordano) a instalarlo en la casa.

Agradezco a esos hijos e hijas el gesto de determinar un obsequio tan determinante para mi y tal hermosamente coordinado transnacionalmente para su concreción el último domingo de julio.

Gracias Giordi, Aurora, Carolina y Cristabel. Su gesto me ha conmovido más allá del valor monetario del obsequio. Han hecho el proceso de regalar lo que exactamente resultaria ideal, han pensado en su padre, han buscado las formas más exactas de agradarle y lo han hecho con total premeditación y por sorpresa, para que fuera mayor el impacto.

Por razones de tiempo y oportunidad, no participaron en este proyecto (ya lo harán en su momento) Faruk, que desarrolla su profesión de psicólogo urbano en New York y el siempre atento y muy digital Noel Sosa, a quienes amo tanto como a los cuatro primeramente mencionados.
Decir gracias, en algunos momentos, es una caricatura de lo que se quiere expresar realmente en agradecimientos innombrables.




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