Lo que pudo ser mejor en Vamos de Robo

Vamos de Robo es lo mejor hecho fílmicamente  hasta ahora por Roberto Ángel Salcedo, sobre todo en lo técnico, aun cuando el humor sigue siendo muy televisivo, apoyado en la oralidad, el vocerío, los gestos previsibles,  lo que no parece restarle fuerza a la hora de la decisión del publico por verla o no.
Alegra mucho que esté teniendo excelentes ventas, porque de alguna manera recompensa el trabajo de quienes la han gestado y le conviene al cine dominicano en general porque refuerza la idea de respaldar nuestro cine. Cuando una película fracasa en taquilla, no es un revés único de sus productores. Se refleja en el impacto del cine criollo que le sucede en cartelera.
Deben ser mejores los guiones, menos insistentes en ideas ya planteadas (como la obsesión del personaje de Anthony Ríos (el jugador), los mismos parlamentos del de Carlos Sánchez (el celoso) y hay que pasar del chiste oral al visual: una que está pendiente y que no se  ha concretado adecuadamente por el origen televisivo de los talentos que generan los guiones. Es en este punto que radica nuestro enfoque crítico.  Este es el punto más censurado por la crítica, pero que se entienda que esto es parte de un proceso de crecimiento del cine. Tampoco estamos de acuerdo con fusilar “mediáticamente” a Roberto Ángel y a otros directores, porque hacen lo que hacen.
Este factor parece ser obviado por el público, que este fin de semana siguió formando filas muy nutridas frente a la boletería, lo que nos alegra.
Vamos de Robo, recién estrenada este jueves 16 con enorme éxito de público apunta a restituir la fuerza comercial formidable de la comedia dominicana con su boletería que ya ha establecido un record para una primera noche de estreno y que, de seguro, habrá de ampliar con el paso de sus proyecciones durante las semanas siguientes, lo que nos alegra, independientemente de nuestras observaciones sobre su manufactura y su concepto de hacer cine (equivocadamente dijimos que Roberto Ángel Salcedo se alejaba del “concepto” del cine. 
El tiene, con todo su derecho, su propio concepto del cine, que le funciona bien en taquilla, aun cuando sufra los rigores de una crítica que, también con todo su derecho, no lo acepta como creador cinematográfico. Ver crónica de Reynaldo Brito.
Al parecer, la crítica especializada, que señala con razón en buena parte de sus enfoques, las debilidades de este cine, y el gusto del público, caminan por senderos distintos. Mientras algunos, incluyendo al decano de la crítica Armando Almanzar, desaferra fogonazos contra este estilo de hacer cine, la gente forma torrentes humanos para verla, situación que no es nada nueva y que no resta validez ni a los críticos ni a la voluntad de la gente de ver lo que atrae su atención. No es la primera vez que ocurre, ni habrá de ver lo que considera bueno o agradable.
Insisto en que en el marco de lo hecho fílmicamente por Roberto Ángel Salcedo, es su mejor producto, sobre todo en lo técnico, aun cuando el humor sigue siendo muy televisivo, apoyado en la oralidad,  los gestos previsibles,  que si bien son falencias en la producción, no parecen restarle fuerza a la hora de la decisión del publico por verla o no. 
Nos alegra mucho que esté teniendo excelentes ventas, porque se recompensa el trabajo de quienes la han gestado y le conviene al cine dominicano en general porque refuerza la idea de respaldar nuestro cine. Cuando una película fracasa en taquilla, no es un revés único de sus productores. Se refleja en el impacto del cine criollo en general.
Al cine como industria le conviene que el público dominicano siga respaldando las producciones nacionales.  Bueno es saber que una película norteamericana promedio tiene ventas promedio entre 50 y 70 mil entradas como mucho. Las que tienen mayor “ratting” e impacto comercial, las taquilleras, pueden llegar a 100 mil, poco frente a las 350 mil o 400 mil que puede alcanzar una producción criolla, generalmente comedias en las que se utilizan referencias artísticas conocidas, provenientes, casi todas de la televisión, figuras exclusivamente masculinas:
Fausto Mata,
Raymon Pozo,
Manolo Ozuna, 
Miguel Céspedes,
Frank Perozo,
 Etzel Báez, desde su columna en El Caribe, analizando el curso y la dinámica del cine dominicano reaalta que no hay mujeres entre las figuras taquilleras, con la excepción, a la escala debida,  decimos nosotros, de Cheddy García, talento con las condiciones para llegar a ese nivel.
FICHA TECNICA
Dirección: Roberto Ángel Salcedo
Guión: Roberto Ángel Salcedo
Intérpretes: Fausto Mata (Michael), Manolo Ozuna (Mateo), Anthony Rios (Pedro), Carlos Sánchez (Antonio), Sergio Carlo, Lisbeth Santos, Luís José Germán, Kenny Grullón, Nashla Bogaert, Cheddy García, Evelina Rodríguez y Vivian Fatule.
Género: Comedia
Formato: Digital/DCP/35mm
Productora: Miranda Films, Sofía Films, Distribuidora Internacional de Películas y Producciones Coral
Productores: Manuel Corripio, Isabel Turull, Roberto Ángel Salcedo, Paloma Salcedo, Carlos Salcedo
Dirección de fotografía: Francis Adamez
Edición: Johan Vásquez
Sonido: Franklin Hernández
Dirección Artística: Ricardo Folch
Música: Amaury Sánchez
Duración: 1 hora 36 minutos
Estreno: 16 de enero 2014

Argumento: Michael, Pedro, Mateo y Antonio  se desempeñan como encargados del departamento de fiscalización de un banco el cual, una noche, es objeto de un robo de 150 millones de pesos de la bóveda. Esto lo convierte a ellos en sospechosos, ya que se encontraban en el banco en el momento del robo.

ENLACES RELACIONADOS


Publicar un comentario

0 Comentarios