¿Por qué llorar cuando alguien canta al alma?

La garganta se cierra, la respiración detiene su ritmo de siempre, el pecho no se adapta al lugar asignado y los ojos se humedecen. Y hay lágrimas que inexplicablemente muestran un camino. Es esa una sensación de placer taladrante y al mismo tiempo sutil penetra el alma, todo se precipita sobre el invisible manto de la emotividad, cuando una poderosa, educada y seductora voz encamina sus notas para elevarse como el instrumento musical de mayor excelencia conocida.

¿Por qué, sin que nadie lo ordene, sin que nadie sea factor de dolor o carta de tragedia, las lágrimas son inevitables, cuando es el curso del arte vocal el que abre sus avenidas al centro del sentir?

Hay explicaciones dadas del llanto cuando se escucha, por ejemplo, ópera

No se sabe aún exactamente por qué lloramos cuando la voz escuchada nos toca a fondo. La voz humana en fiesta elevada de su propia canción, toma cuerpo, cuando es armoniosa, cuando la música que le sustenta tiene paletas de colores auditivos, entonces, el único y el válido camino digno es el del reconocimiento a ese talento, mediante nuestras lágrimas.

Escuchando voces no conocidas por ser aficionados, en las entregas del show de talentos Factor X, no he podido menos que llorar. Mucho. Con decidida voluntad de dejarme embriagar por las sacudidas emocionales de estas voces.