La de Luis Carbonell es una voz que no se ha ido

Su voz es la más afectuosamente recordable de todos los cubanos. Ronca y firme, suave, atrevida, tímida en el lance cuando era la imposición interpretativa, la de Luis Carbonell es hoy día, a pesar de su fallecimiento, un patrimonio inmaterial que pertenece a cada  residente en el Caribe. No se ha ido. Aun cuando no esté
Músico universal, poeta salido de callejuelas y plazas resonadas con el bongó y la cigarrería santoral, Carbonell tiene la suerte de permanecer con su arte junto a cada audiencia, a pesar de su partida.
Esta es una de sus piezas màs conocidas y disfrutadas, como si al escucharla de nuevo, fuese la primera vez:
La información se difundió el jueves 29 recién pasado y mucha gente al enterarse, se lamentó del fallecimiento en la Cuba que le vió nacer, del quien sin dudar ha sido el máximo exponente en la declamación  de la poesía caribeña y popular, Luis Carbonell, cuyo nombre real es Luis Mariano Carbonell Pullés.
No podía haber nacido en un lugar que no fuera  Santiago de Cuba, y llegó al mundo  el 26 de julio de 1923. Negro, despierto y creativo, desde temprano en su vida dio notaciones de un talento para la actuación, la música popular cubana, la escritura poética untada de bongó, rumba, cabellitos crespos y toda la negritud detrás de la oreja.
Consagrador de sentencias populares como “¿Y tu abuela donde està?” fue desarrollador de su propio método de interpretación  basado en la respiración, la emisión de la voz, la utilización del diafragma, lo que le permitía dar una paleta de colores sonoros distintos a los personajes masculinos y femeninos que llevaba a la imaginación mediante un discurso declamatorio que conquistaba públicos desde la primera palabra.
Su secreto para llegar a ser quien fue: disciplina y las infinitas horas de estudio diario.
Cuentas las versiones biográficas que fue alumno del Conservatorio de Santiago que dirigía la profesora  Dulce María Serret. Allí fue alumno de Josefina Farret, pero bebió de otros maestros como Eugenia Rodríguez, Zenaida Manfugáz, Esther Borja.
En 1999, recibió la Réplica del Machete de Máximo Gómez como reconocimiento a su obra. En el 2003 le fue otorgado el Premio Nacional del Humor y el Premio Nacional de Música.

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