Gardel, siempre Gardel

Cuando se escribe con la emoción comprometida con el arte visto. Las parejas danzantes hicieron anoche que el 14 de febrero (Día del Amor) tuviera sentido. La foto es cortesía de El Nacional/Casimiro de la Cruz.

DEDICADO A LORENZO GOMEZ MARIN

Soy periodista. Y mi trabajo me lleva a eventos, hechos y presentaciones a las que debo narrar a los lectores del único diario vespertino de República Dominicana, El Nacional, un medio que para mi es una escuela que diariamente me enseña una nueva lección. Es extraordinario compartir profesionalmente con Radhamés Gómez Pepín, con su acendrado sentido crítico ante todo, con su extraordinario compromiso con sus ideas y su respaldo a quienes necesitan de una voz.
Esta crónica fue mi reporte del musical La Esquina de Gardel, que presentó la Dirección del Teatro Nacional y la Secretaría de Estado de Cultura.
Es una crónica en la cual, lo confieso, me dejé llevar de la emoción.
Este es el reporte:
"Nunca como anoche el tango se había premiado de tanta onírica belleza. El mejor espectáculo gardeliano que hayamos visto.
La noche de vistió de tango y aromas. De cabriolas y giros increíbles. La noche se hizo música penetrantes hasta el fondo, suave, intensa, dramática, apasionada y lúcida.
La noche se transformó en nostalgias, recuerdos, callados homenajes al Zorzal Criollo (Carlos Gardel). La noche se hizo lágrimas que zurcaron calladamente los rostros cuando se sintió "Mis Buenos Aires Querido", con la presencia de un cantante que como Javier Domínguez, sin ser comparación ni caricatura, hizo viva la imagen de Carlos Gardel en el centro del escenario.
La noche se hizo música por parte de cinco artistas silenciosos que sólo hablaron por el caleidoscopio sonoro de sus instrumentos, con una reproducción de sonido antológica. Virtuosismo, entrega y pasión en el tango resumidos en un violín increíble, dos bandoneones que establecieron el sello porteño, un piano acústico inmenso, indescriptible y un contrabajo que parecía nido de mariposas auditivas.
La noche se hizo danzar al infinto.
El espectáculo se tranformó en milagrosa unión de dos cuerpos que se hacían uno, indivisible, circular, rejugador de piernas y caderas, contacto visual que bastaba para comunicar la intensidad y el orgullo de llevar al mundo un ritmo nacional que es más que eso: el tango trasciende a los argentinos para ser motivo de veneración hemisférica, estandarte ante el mundo, proclamación de un orgullo de una patria que resume en su arte musical y danzario, mucho más que la elegancia de un perfil argentino. El tango no es argentino y Gardel no es porteño. El tango es patrimonio de la humanidad y Gardel una criatura inmensa que vive en el corazón interminable de cada persona tocada, alguna vez por las notas de "Volver, con la frente marchita..."
El espectáculo, que auspicia la dirección artística y general del Teatro Nacional y la Secretaría de Estado de Cultura, es imperdible. Lo mejor que hemos visto en tango.

Estos son los responsables
De La Esquina de Gardel


El personal artístico y técnico de La Esquina de Gardel produjo un espectáculo anoche que no será olvidado. Vale destacar esos talentos: Los cantantes, perfectísimos y dignos, Patricia La Sala y Javier Domínguez (con un parecido físico y metal de voz que inevitablemente traían a Gardel a la Memoria); las parejas bailantes: Silvio Grand y Mayra Galante, Marcos Ayala y Melina Mouriño, Guillermo Salvat y Silvia Grynts, Pive Avellaneda (el de mayor edad) y Lidia Mantovani, Juan Fernández y Carlos Córdova, Julio Altez y Carolina García.
Los músico, sencillamente virtuosos hasta el joven violinista con cara de niño César Emilio Rago, Germán Gonzalo Martínez (piano), Jorge Omar Spessot, Emiliano Antonio Nicolás (contrabajo) y Alejandro Zarate (bandoneón y dirección musical).Ellos fueron la base del espectáculo.

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1 Comentarios

Cristabel Sosa ha dicho que…
a mi me gustó la producción, pero debo admitir que por momentos me aburrí, muchas cosas que no son de mi época debe ser, pq en calidad hicieron un excelente trabajo, ademas el tango es algo que merece atencionm