¿Cuántas veces nos hemos puesto a reflexionar
en torno a los afectos, amigos y amores que
se han perdido a lo largo de nuestras vidas?
Los amores merecerían una consideración aparte y especial, debido a que esos se pueden perder con la facilidad con que se consiguen, dadas las muchas complejidades, debilidades y egos extraordinarios inmersos en el peso emocional de amores o amoríos, según cada caso.
Pero...¿y las amistades y afectos que vamos dejando perder?
¿Cuántas veces hacemos un balance objetivo, una especie de auditoría emotiva y causal, para determinar qué ha ocurrido con gente que queremos mucho y que dejamos perder quien sabe por cuáles razones, por nuestra culpa, por la responsabilidad de la otra persona, por circunstancias sociales fuera de control, por una combinacióon de los protagonistas del hecho amistoso en el cual beligerancia e intolerancia se ocuparon de dañar el invento?
Hacer un balance de los amigos y amigas extraviados en las vueltas de la vida implica una actitud muy valiente porque nos lleva a mirar nuestros fallos, miserias, defectos y discontinuidades. No es posible que la culpa la tengan siempre los otros y las otras...aun cuando es mucho más cómodo victimizar el entorno que ver hacia nuestras entrañas emocionales.
No es agradable. Ni fácil.
Hacer balance de lo perdido
implica cuando menos la
esperanza de la recuperación.
Nuestras propias fallas
Perder amigos y afecrtos puede obedecer a multitud de razones. Las amistades y afectos tienen, como los amores, una etapa inicial en la que sólo se ven y disfrutan las virtudes y fortalezas de la otra persona. Es con el paso del tiempo que se podrá vislumbrar al objeto de nuestro cariño....!es un ser humano con defectos!.
Hay muchos factores a considerar:
a) Nuestra prepotencia. En muchas oportunidades, ese sentido de la preeminencia de nuestra autoridad nos instala en un pedestal inamovible y nos lleva a entender que nuestros válores son los únicos propios de ser considerados. Y nos lleva a imponer criterios, rechazando los aportes de los demás.,
b) Nuestro ego. Esa perspectiva que nos hace ver todo con el color con que deseamos verlo.
c) Las confusiones entre amistad-amor-amoríos-gusto carnal- Un coctel de sentaciones y percepciones que nos oscurece el entendimiento, sobre todo cuando la otra persona involucrada en la amistad, nos agrada, nos gusta.
d) La diferencias existenciales.
e) Las diferencias políticas.
f) Las diferencias socioeconómicas.
g) El ambiente comunitario en que se desenvuelve la vinculacion.
h) La distancia.
i) El sentido utilitario que tenemos de la existencia.
Perder afectos es igual a perder parte de nuestras vidas.
Se impone mirar criticamente esas pérdidas
7 Comentarios
Sosa... a que nunca haz entrado a mis blogs :P
Nos has abierto los ojos a quienes los teníamos cerrados por negligentes, por no ver el camino que nos trazábamos.
Un texto que, de mi parte, será elemento autoevaluador a mi conciencia.