Claudio y Viena merecen todo el respaldo posible

Viena González y Claudio Rivera, tienen capacidad para el riesgo y el ideal.Luego de haber estado sin un local y de tener que usar salas prestadas o alquiladas, se decidieron a crear un espacio teatral propio.
Contrataron una casa bajo alquiler en el sector de Gazcue que operó con relativo éxito, pero decidieron mudarse a la calle Arzobispo Noel, en la zona colonial, a una vivienda mucho más grande y funcional.

Con sus actividades, con apoyo de Grupo León Jimenes, la Secretaría de Cultura y Banco Popular, han intentado demostrar que es posible crear altares para el arte de la escena.Les hace falta más respaldo.

Les hace falta que acuda mucho más público, que más gente acuda a los talleres y otras actividades. El nuevo teatro es grande y tiene necesidades.

Estos dos precursores del Teatro bien logrado merecen todo el respaldo que se les pueda ofrecer.)
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La sensación de que se está frente a un quehacer teatral de fuerza, calidad, consistencia y trascendencia, no tiene forma de ser pagada.
No hay taquilla que pueda lograr que se ha pagado lo justo por lo que se ha experimentado.
Tras ver Nuestra Señora de las Nubes, pieza del dramaturgo argentino Arístides Vargas, el gusto que queda en la garganta es el que refiere la complacencia con el arte realizado al más alto de sus niveles.
Claudio Rivera y Viena González se empapan de los múltiples roles de los que se vale el autor para plantear la realidad social, política y cotidiana que toca a las poblaciones nacionales de América Latina.
La multiplicidad interpretativa, el marco de la música de violín en vivo, el aprovechamiento de las cualidades histriónicas, el indudable rapor entre ambos artistas que deviene en una química en la cual cada uno de ellos sabe exactamente que hacer en el momento preciso, la sencillez escenográfica, los recursos de vestuario, dignos y profesionales, conforman una propuesta que debe ser vista por muchos más espectadores en los fines de semana en que seguirá en cartel.
Los procesos interpretativos de intensidad y de humor son desarrollados por Viena y Claudio con alto sentido de la propuesta de Vargas, redundando en detalles sobre el poder, el exilio, la injusticia social, la corrupción y la esperanza que se anida en la trama.
El montaje se estrenó en diciembre pero la demanda de personas por verla, tocadas por la calidad del mismo promovido por el "boca a boca" ha impuesto su montaje una y otra vez.Es teatro con sabor a teatro. Es esencia verdadera de un quehacer teatral hecho en base a una combinación maravillosa de amor, preparación actoral, suma de solidaridades profesionales, para dar con un hecho que merece más audiencia.
Bruna y Oscar son interpretados por Viena González y Claudio Rviera, son ellos y son múltiples personajes, llenando de fantasía realista el foro de los protagonistas del fenómeno Guloya. Hay pasajes interpretativos verdaderamente resaltantes y disfrutables, destinados a inscribirse en la historia actoral dominicana.
Ficha técnica:Autor: Arístides VargasIntérpretes: Viena González y Claudio RiveraEscenografía: Lenin Paulino y Oliver González.Vestuario: LuisHidalgo.Confección: Maritza Soto.Musicalización: Alberto Iznaga.Dirección: Claudio RiveraFotografía: Carlos Nieto.

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