"Respetuosamente", hay ahí un tal Raeldo

He visto, y respeto, todos los criterios publicados sobre la película Cristiano de la Secreta.

Yo he tragabajado en la promoción de esa película, por lo cual no he escrito valorándola ni en El Nacional ni en el portal http://www.cinedominicano.net/o.net

No obstante creo que entre todo lo que se ha dicho, se le ha pasado a mucha gente que le ve tantos defectos (no discuto su derecho a decir lo que entiendan) la irrupción de una figura nueva en el cine local.

Hablo de Raeldo López, por solo mencionar uno de los interesantes aportes de esta cinta que ahora entra a las salas.

Recordemos que el cine dominicano es la expresión de una industria que comienza y se encuentra en esa etapa dificil de avanzar sin una ley y bajo el fuego graneado de quienes sólo ven defectos.

Me permito destacar la actuación de Raeldo López e informó que ya terminó mi trabajo promocional para esa cinta. Por si las moscas.
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Respeto, “repetuosamente” , los criterios vertidos en torno a Cristiano de la Secreta.
Muchos de estos conceptos no los comparto, creo incluso que algunos defectos que tiene (como toda obra humana) no han sido señalados, y me parece que en muchos juicios se le está cargando el dado.
Y hablo ahora no como el profesional de la comunicación que trabajó en su promoción. No sería serio. Pero mi trabajo ha terminado y no me luce autoexcluir mi propio criterio por el autochantaje trasnochado.
Hablo como el amante del cine hecho en el país. Un amor que no impide ver defectos pero que me aleja del fundamentalismo teórico que se gerencia por medio de etiquetas y prejuicios.
El concepto “cine dominicano” no debería usarse. Carga con demasiado prejuicio y malas experiencias. Y eso contamina la conciencia de quienes tienen que juzgarlo, tendiendo a la absolutización de sus defectos y la omisión (voluntaria o no) de sus aportes y riquezas.
Hay cine o no hay cine.
O en todo caso, hay “cine hecho por dominicanos”.
Respeto, insisto, los criterios de cada quien y ojalá que ayuden a corregir errores o defectos reales o imaginarios que señalan porque eso beneficia al cine dominicano.
Prefiero referirme a un tremendo aporte artístico que presenta la cinta que ahora pasa al juicio de la gente cuando se trata de ver la acogida popular en la pantalla grande.
Y me refiero a Raeldo López es la gran sorpresa actoral de Cristiano de la Secreta. Este joven artista de la escena y la radio, irrumpe en el cine con un papel bien seleccionado como el Víctor.
No intento ponerlo a competir con el resto del elenco. Cada uno de ellos tiene su estilo, su forma de entrar a sus personajes.
En el caso de Raymond Pozo, la influencia del medio del cual proviene es evidente. Si tiene influencia de la TV es entendible. Es lo que puede hacer y ha resultado efectivo en sus proyectos de cine.
Raeldo aporta con esta su primera actuación de cine, una fuerza interpretativa resaltante. Su dominio del personaje le permite mostrar una versatilidad gestual, una entrega total al Víctor que nos propone.
Raeldo, desde el margen secundarial de su papel, toma la película para si mismo, de la cual para el público general el centro seguirá siendo Pozo (cuya actuación la hubiera preferido más de cine, menos de TV), trasciende hasta un primer plano compartiendo estelaridad con el comediante oriundo de San Cristóbal.
La actuación de López es una de las grandes dimensiones que estrena el cine local.
Buen dominio del personaje, hábil en su uso de la voz, intensidad en los momentos necesarios. Ese muchacho se ha preparado y esta muestra indica que ya no es promesa alguna.
Les recomiendo ir a verlo. Es mucho más que un rostro agradable.
La película, con todo y lo que se diga (sin restar razón a los planteamientos racionales de nuestros colegas) le hará pasar un buen rato.