Marivell Contreras, vestida sport, mantiene su serenidad pese a ser, en este proceso final del ceremonial del Casandra, la mujer que mayor presión recibe, de todas partes, a todos los niveles, en todos los tonos. Foto: joserafaelsosa.com
Los días que faltan hasta el martes próximo son tradicionalmente tiempos en que arrecia la presión sobre Acroarte y, en este caso, sobre su primera presidenta mujer: Marivell Contreras.
Me sorprende la capacidad de esta mujer de mantener la compustura y el fresco temperamento que tiene, ante todo cuanto se levanta ahora como expresión final del deseo de cada quien de llevar los resultados a su acomodo.
En este tramo final se publicarán noticias y declaraciones que obeceden a campañas de relaciones públicas cuidadosamente planificadas, para favorecer determinados nominados o desprestigiar otros, tambien determinados postulantes.
Todo lo que se pueda decir en mal del competidor, saldrá en estos días.
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El objetivo es contaminar, convencer o predisponer, según sea la dirección de esa presión, a los cronistas de arte y los miembros del jurado clásico especializado, para que orienten su voto en una determinada orientación.
El Casandra es una gran competencia de egos.
Hay pocas dimensiones humanas tan complejas como el ego humano en general y el ego artístico en lo particular.
Al final, al igual que la paz y la alegría que suele asentar sus leños en rostro de Marivell, todo habrá de quedar en orden divino.
La selección nunca será unánime ni complacerá a todos y todas. Como siempre. Como habrá de ser siempre.
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