Juan Bosch merece un buen documental

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El documental Juan Bosch, Gobierno y Caida, realizado por el Area de Materiales Audiovisuales del Departamento de Materiales Especiales del Archivo General de la Nación hay que rehacerlo en honor a la buena memoria de Juan Bosch. No está a la altura. Foto: joserafaelsosa.com
Pese a que fuimos cortésmente invitados para su estreno, no pudimos asistir a la proyección del Documental Juan Bosch, Gobierno y Caida, producido por el Archivo General de la Nación.
Lo solicité para comentarlo y fueron tan amables de enviarlo, con una eficiencia que ya pocas oficinas públicas quisieran exhibir.
Lo he visto y recomiendo que lo retomen, los vuelvan a producir y que se le imprima una vida visual de la cual carece.
No cuestiono la calidad de quienes no hicieron, pero se advierte que les faltó tiempo.
Bosch merece un documental. Roberto Cassá puede lograr que tenga ese documental la misma excelencia de sus otros productos.
Dicho sea con respeto.
Que nadie se disguste. Simplemente sienténse a verlo de nuevo. Eso será suficiente.

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El trabajo documental, bien fundamentado históricamente, incuestionable desde el punto de vista de los datos que expone cronológicamente y que abarcan desde el final de la dictadura de Trujillo hasta los inicios de la Revolución Constitucionalista de 1965.
Tiene de bueno el que nos da a conocer un importante departamento del AGN, su Departamento de Materiales Audiovisuales y su particular Área de Materiales Audiovisuales, que ha recibido y espera seguir recibiendo importantes donaciones de materiales fílmicos y de video vinculados a la historia pasada o reciente de la República Dominicana.
Sería importante que toda persona o institución que tenga materiales fílmicos, fotográficos o en video que refieran la historia dominicana, que los donaran a esta unidad.

Historia y documental

Pero un asunto es el manejo de la historia y otro el género documental en si mismo, su lenguaje audiovisual, sus códigos, su identidad, su capacidad de involucrar a la concurrencia que lo recibe.
En este sentido, el documental Juan Bosch, Gobierno y Caída, adolece de vida propia, de pasión visual, de capacidad de seducción. Parece demasiado de “oficina pública”, huele mucho a trabajo que había que hacer porque había que hacerlo. No está trabajado en sus detalles, carece de aliento y de coqueteo estético.


Entre los fallos que le encontramos al aspecto visual están:

- La falta de unidad en las escenas.
- El inicio abrupto.
- El final aun más abrupto.
- La ausencia de una música creada al efecto.
- La selección de una música interpretada por la Orquesta Sinfónica Nacional que resulta de escaso y divergente apoyo al desarrollo de lo visual.
- La lectura en off a la que falta destreza interpretativa, manejo de las inflexiones y mejor tratamiento en la grabación, además de desniveles de volumen que los capta cualquier hijo de vecino.
- Una selección deficiente e incompleta de los elementos testimoniales. De entre todos ellos, el único realmente conocido es Jottyn Cury. No se resta importancia a los demás y se valida su arrojo en la lucha constitucionalista, son seres anónimos. Faltó diligencia en procurar a muchos otros testimoniales que están disponibles. Y los mismos testimonios de esos personajes pudieron haber sido mejor explotados lo que no se hizo debido a la limitación de producción a media hora y ni un segundo más.
- Falta de estética y de unidad en los títulos. Muchos efectos distintos sin obedecer a una personalidad visual determinada. No era el tiempo de experimentar los efectos. Los efectos son para el documental no al revés.
- Manejo torpe de algunas fotografías que se quedaron distorsionadas, ya alargadas, ya aplastadas, incluyendo la de José Francisco Peña Gómez.
- La presentación en si misma del DVD es deficiente. No se rotuló el DVD con nada. Habría que entender que probablemente se les vino el tiempo encima.

La intención es buena

Pero en cine no bastan las intenciones. Roberto Cassá, acogiendo estos señalamientos, debe ponderar el rehacer este trabajo que no es digno del profesor Juan Bosch, líder político que se caracterizó por su necia exigencia de la excelencia en todo lo que le tocaba producir.
Ese trabajo hay que rehacerlo con calma, con la dirección pensada en los códigos profesionales del documental.
La gente puede comparar entre este trabajo y el que estrena René Fortunato, Titulado Bosch, Presidente en la Frontera Imperial, exactamente con el mismo tema, el próximo lunes 30,en el cual se nota un despliegue documental probablemente sacado en parte del propio Archivo General de la Nación aun cuando está sustentado en documentos encontrados en Estados Unidos. Además el tratamiento de la imagen es distinto. No tiene que ser así. El AGN está en condiciones de producir algo mucho mejor.
No es un trabajo desechable por su contenido. Esos mismos 30 minutos pueden ser manejados artísticamente, sacando el trabajo de sus límites encadenantes de los trabajos que hay que hacer en la oficina. Ponerle amor, detalles, suavidad en sus aristas, unidad en sus secuencias, dotarle de una música original digna, balancear su fotografía y darle una personalidad visual propia, atractiva y única.

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1 Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Esperemos que los responsables del documental en el AGN reciban tus sugerencias con toda la humildad del mundo y echen manos a la obra.
Feliz día.