Jorgy Cruz durante su conferencia sobre el Guión de Cine, en el Pabellón Juvenil de la Feria del Libro, auspiciado por Claro-Codetel.Foto: joserafaelsosa.comLa posibilidad de seleccionar adecuadamente a cuál actividad asistir del menú de más de mil que oferta la XII Feria Internacional del Libro de Santo Domingo, es una de las suertes que depara el destino. Cuando uno se decide por ir a una conferencia y no a otra, y el resultado es la posibilidad de crecer conceptual y humanamente, el beneficio vital se ha asegurado.
Es lo ocurrido con el conversatorio interactivo que ofreció el cineasta y guionista Jorgy Cruz, sobre el guión y el cine dominicano, en el Pabellón Juvenil Claro de la Feria del Libro.
No teníamos de Cruz, más que las referencias indirectas de algún anuncio de prensa ofertando sus talleres para Altos de Chavón y declaraciones por medio de entrevistas periodísticas.
Jorgy Cruz es más que la imagen que se pueda uno formar por vías indirectas.
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Cruz tiene una postura admirable en cuanto a quienes quieren hacer cine: hay que unirse sobre la base del amor, el entendimiento, la humildad y la tolerancia. No comprende porque se estimulan o producen tantos enfrentamiento si todo el mundo se supone interesado en el avance del cine.
Cruz es un ser humano cargado de buena voluntad, a lo cual suma una fuerza clarísima que pone impulso a sus proyectos lo cual adorna con una actitud de abierta colaboración para quien lo necesite a fin de contar una historia en pantalla (así sea un corto, que es el camino que aconseja) y una postura de humildad que resulta tan crucial en un medio tan cinematográfico tan tóxico que permite florecer egos y condicionantes académicos y de mercado y ver una campaña mortal en cualquier cuestionamiento.
Jorgy, ese que conocimos ahí, en aquel escenario, con una gracia para la exposición docente del tema del guión, ése nos ganó toda la simpatía. Sabe lo que tiene. Está cargado de buen deseo. Vibra en la solidaridad y el consejo oportuno y está presto a poner su mano para ayudar a hacer cine.
Su planteamiento a favor de imponer en el ambiente del cine local la solidaridad en lugar del enfrentamiento, la humildad frente al crecimiento de los egos, es válido.
No tiene campaña emocional contra el cine que se ha hecho. Plantea que se puede hacer mucho mejor.
Hace falta estudiar
Lejos está este creador de entenderse como el más capacitado de todos los directores y guionistas. Su actitud no es esa.
El joven creador, que consiguió su beca en Estados Unidos para estudiar cine gracias a que escribió una carta, no quiere asumir el papel de consejero oficial de los cineastas dominicanos, pero llama a estudiar a fondo la técnica, única manera de perfeccionar talentos.
Llama a investigar sobre cine, a buscar información en Internet, a estar pendiente de cursos y talleres, a leer sobre cine, a ver cine. Entiende que al día de hoy, es fácil conseguir capacitación en cine. Llama a leer , leer mucho sobre la historia, la técnica y el futuro del cine.
Para el problema no es la falta de historias. “Las historias sobran. Cada quien tiene una, dos, tres muchas historias” . El asunto es saberlas llevar y se puede comenzar con los cortos. Cortos de bajo presupuesto. Cita que muchas de las grandes películas del cine, que hoy son clásicas, se hicieron “con tres pesos”.
Insiste en que no se siente en actitud de “mandar a nadie a una escuela”, sino en la importancia de la formación técnica para poder sacar lo mejor de la historias.
Explicó que los diferentes aspectos de una película (producción, dirección, locaciones, dirección de arte, y otros) no existen para gobernar al director sino al revés.
Estudiar lo local
Sostiene Cruz que hay que estudiar el tipo de dominicano de acuerdo con la región y darse cuenta de que el hombre del sur, es distinto del Cibao en una serie de características y que ambos son distintos a los hombres de la capital.
Para Jorgy Cruz es básico estudiar para dar credibilidad a lo que se cuenta. Y para lograr que sea eficaz, entendible e impactante porque debe ayudar a crecer a la audiencia.
Pidió que se olviden los finales de moraleja. Las películas no existen para moralizar ni indicar caminos trillados y previsibles.
“Mi guión nadie lo entiende”
Se refirió a la dificultad que presentan algunos cineastas o estudiantes en el sentido de que nadie entiende sus guiones.
“Si nadie entiende tu guión, hay un problema. Eres tú” afirmó categóricamente.
Aconsejó que el guión sea específico, efectivo, directo, poético cuando sea necesario, pero sin tratar de ofrecer salidas previsibles o moralejas.
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Amen!