Auro Sónico logra su mejor actuación de su vida como artista. Ningún otro personaje le hubiera quedado con la adecuación que logró como Rum Tum Tugger. Foto: imágenes dominicanas.comAsistí anoche al estreno de la versión dominicana del musical Cats, dirigido y producido por
Amaury Sánchez, y me propuse la tarea de escribir un solo párrafo. Este fue mi intento:
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Tras el complejo abanico de sentimientos y actitudes que surge cuando termina la pieza, y que incluyó aplausos arrancados abrumadores y en justicia, sonrisas muchos nudos de garganta, (tanto en los artistas enlazados sus manos y avanzando para el ritual de despedida , como en el público que no creía haber visto lo que vio), bastará con escribir un solo párrafo: la historia del musical como género desarrollado en República Dominicana anoche cambió para siempre y dicho sea no para animar vanamente el ego de los artistas y técnicos responsables de Cats, que esta misma tarde estarán agitando, proyectos como éste (que ahora estará en el Palacio de Bellas Artes planteando su estética compleja y bien lograda), cuando hace más falta creer en el país, ratifican la vocación nacional frente a los momentos de crisis y la necesidad de concreción de los imposibles, justo ahora cuando el ambiente de la farándula se llena de trivialidades y competencias innecesarias, precisamente cuando Amaury Sánchez se encuentra en su etapa omega de creación; justo ahora que hacía tanta falta que el arte validara su papel, inspiró a un grupo de artistas y patrocinadores del arte, despejando en éstos toda duda inoportuna, pasando por encima a los ramalazos de una crisis que lo que demanda es ejemplos de este tipo para ratificar que todo cuanto se ve ahora como obstáculo, en realidad era el quehacer de fe necesario para poder expresar en este escenario remozado, una coreografía múltiple expresividad en danza acompasada y desarrollada sobre la cadenciosa cadera caribeña, en la cual había que marcar la agilidad felina como manda el librito, y que demanda el reconocimiento especial para el carisma que alcanzó un Auro Sónico que mostró cuan grande es su talento, ( y que se encargó como otros muchos estelares de bajar de peso ya que no era posible un solo chichito en el cuadro general de gatos ágiles y delgados, para reafirmar el concepto estético); una Ana Rivas que se responsabilizó con la parte dramática y tierna del complejo musical y que fue recompensada de modo especial por el público al que cautivó por su inusual intervención, una de las gatitas (la vestida de lila) admirable en su cuerpo afinado y con un aliento gestual incomparable; la coordinación de voces, la expresividad del grupo, la magia, las luces, el escenario cobrando vida, los giros, las vueltas, la música, todo en un proceso artístico que ahora se ofrece como ejemplo de lo que es posible hacer cuando se demuestra que los límites de antes, eran una caricatura a superar. Ya no es posible decir nada más. Busquen las boletas que quedan …o castíguense el resto de sus vidas.
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