Un documental necesario sobre Peña Gómez

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Una jovencita observa la imagen de una admiradora de Peña Gómez que formó parte de la ambientación instalada anoche en el Palacio del Cine para la premiere del documental Huellas de un Demócrata, de Video AAA. Foto: joserafaelsosa.com
Huellas de un Demócrata es una producción histórica notable, oportuna e importante, realizado con una técnica expositiva efectiva y directa, apoyada en la fuerza documental del blanco y negro que permite tener una idea del ejemplo que fueron los 40 años de vida pública, segmentados en cinco períodos, de la vida de José Francisco Peña Gómez.
Un acierto profesional de altísimo nivel de Video AAA, a cargo de Adalberto Grullón y Altagracia Salazar, con una edición precisa de Puro Moreno.
Hay que ver ese trabajo, producido con el objetivo de educar sobre lo que fue la obra de este singular personaje de la vida nacional y que resume sus características en actitudes que basó en la vocación democrática, el desprendimiento sin límites frente a sus propias y legítimas aspiraciones, conciliador cuando tenia que serlo, convocante a las armas cuando fue necesario rescatar la constitucionalidad y que evitó ríos de sangre dominicana cuando otras crisis asomaron. Peña Gómez es inabarcable, pero Huellas de un Demócrata, logra dar una perspectiva cronológica bastante precisa.
ADALBERTO PENA
Adalberto Grullón presentó anoche Huellas de un Demócrata, documental que narra una historia que cobra actualidad tras 11 años de la muerte de José Francisco Pena Gómez. Foto: joserafaelsosa.com

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Técnicamente es un trabajo digno y basado en el manejo correcto de lo visual. Ideológicamente es oportuno tras 11 años de su partida, recreando un Peña Gómez al cual en gran parte se debe el relativo clima de libertades que superó la etapa de la represión sangrienta ilustrada de los 12 años, una etapa que para mucha gente parece ahora que no existió.

Si una conclusión se puede sacar de este documental, ella es clara: la sociedad dominicana no aprovechó como debía el talento social y político de José Francisco Peña Gómez, perseguido por la represión y rechazado por sectores conservadores que le combatieron a partir de premisas tan cuestionables como su origen y su color de piel.


Realizado con una técnica cinematográfica efectiva, en base a una narración lineal, propia del medio del cual provienen sus productores (la televisión) este trabajo no tiene objetivos intrincados ni apela a efectos especiales. Para ser un gran documental, a Huellas de un Demócrata, le basta con contar con apego a la verdad y mediante una capacidad expositiva digna, la vida del personaje que le sirve de tema.

Huellas de un Demócrata debía ser espectáculo obligado para quienes hoy (y ayer) tienen interés tanto en la historia integral como en la participación social y política.

El trabajo audiovisual de Adalberto Grullón y Altagracia Salazar (Video AAA) tiene una estructura narrativa lineal que lleva al espectador cronológicamente a recorrer 40 años de una participación política iniciada desde el momento en que Peña Gómez se le presenta a Ángel Miolán, de la avanzada que envió al país el PRD desde Cuba en 1961, diciéndole “Soy poeta, orador y profesor de Yaguate, sé a que ustedes vienen y quiero sumarse a la construcción de la democracia en el país”, hasta el momento de su muerte, en el sepelio moderno más masivo y sentido que ha registrado el país, compitiendo con los de Juan Bosch y Joaquín Balaguer, los dos caudillos que normaron la vida política nacional por años.

Realizado con motivo del 11 aniversario de su Muerte Huellas de un Demócrata es un documental redimensiona y redescubre a un líder político con una personalidad singular y que pone de resalto a un José Francisco Peña Gómez que generó las más altas pasiones contra su origen y su color de piel, un dirigente políticos que llamó al pueblo en 1965 a reconquistar en las calles, la constitucionalidad perdida por el golpe de estado de 1965 y que sin embargo, frente a otras crisis políticas optó por negociar y llamar a la paz, ahorrando sangre y dolor al país y que supeditó más de una vez sus aspiraciones a la presidencia para apoyar otras figuras de su partido, sin recibir ni el agradecimiento ni el reconocimiento por su desprendimiento.

La vida de Peña Gómez, ejemplo de enardecidas pasiones a favor y en contra, al ser expuesta ahora, once años tras su partida, tiene un valor en este momento que no puede ser medido únicamente por las centenares de personas que llenaron los pasillos del Palacio del Cine la noche de la premiere.
Grullón y Salazar se lucen como experimentados conocedores del lenguaje de la imagen, favorecidos por la disponibilidad de fotos y videos que encontraron para realizar este trabajo, realizado a instancias de Ana María Acevedo y Margarita Cordero.
Para el crucial momento del inicio, utilizan la voz de Alicia Baroni con unas letras que ubican de inmediato la trascendencia del papel de Peña Gómez en los 40 años de vida pública que protagonizó. Otra voz importante es la de Sonia Silvestre, que aporta valor artístico, junto a la Baroni, al resultado final.
Resulta notable la base de documentos fílmicos, de video y fotos para ilustrar la importancia de este líder y que lo evidencia como un maestro de la oratoria frente a las masas y en la cual manejaba los factores dramáticos, educativos y hasta humorísticos.

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