Olga Bucarelly se roba el montaje con una de sus mejores y más sentidas actuaciones, en este trabajo original del venezolano Gustavo Ott. No deje de verlo en Bellas Artes el próximo fin de semana. Foto: joserafaelsosa.com Lo que ha logrado el equipo que está montando Divorciadas, Evangélicas y Divorciadas es mucho más que un montaje que esté llenando de bote en bote las 516 butacas del Teatro Máximo Avilés Blonda, del Palacio de Bellas Artes y lograr que esas masas de asistentes reían hasta lo indecible. Lo que ha logrado el equipo que dirige Elvira Taveras y Juancito Rodríguez, es exponer al país y al mundo un necesario ejemplo de desprendimiento y solidaridad para con una de sus iguales: la artista del teatro Olga Bucarelly. La representación se disfruta y si usted no la ha visto, le invitamos a que pase por boletería de Bellas Artes para garantizar sus asientos y disfrutar de una experiencia que le desconectará del afán diario y le llevará a las situaciones de estas tres mujeres, más comunes en la realidad de lo que se llega a avistar en lontananza. Un instante de drama en la representación de Divorciadas, Evangélicas y Vegetarianas. Foto:joserafaelsosa.com La Olga ha sido responsable de años de buenas emociones que ha hecho parir desde el entablado y ahora necesita de una operación que solucione el aneurisma cerebral que le afecta. Sus compañeros y compañeras del teatro decidieron dedicar el producto de las ventas del montaje a financiar la operación que ella requiere. ¿Hace falta alguna palabra que ilustre o califique esta actitud? No. No es necesario hablar de bondades y seres con alma en trascendencia. Hay que agradecer quienes han respaldado el montaje: CDN2, El Caribe, www.presumida.com , Alba Paredes (Fotografía), Mercasid, Ballet Studio Doris Infante, Cortés Hermanos, Merca Flor. Hablemos solo del montaje en si mismo, que esperamos se repita el próximo fin de semana para que vuelva a llenarse el teatro como el que acaba de pasar. Visto muy por encima el titulo de esta pieza y la participación en el elenco de Georgina Duluc, cualquiera se imagina que se trata de un montaje superficial para atraer público condicionado casi criminalmente por su inclinación la televisión comercial y las megadivas hechas a golpe de quirófano. Lo que no es tan sencillo de ver por encima, es constatar la que la pieza que vincula comedia y drama es original de un dramaturgo y periodista de Venezuela, que tiene en su haber una larga serie de triunfos de escenario a partir de una dramaturgia que si bien se apoya válidamente en la risa y el sarcasmo, no desmerita en nada su fuerza conceptual, su arraigo en un pensamiento intelectual que se proyecta hacia los modernos problemas femeninos de la soledad, la dependencia y el abandono, tríada de sensaciones y situaciones de las cuales vale la pena reír, de cuando en cuando. Gustavo Ott Es comunicador social egresado de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB, 1990, Venezuela), y Fellow Writing de la Escuela de Filosofía y Letras de la Universidad de Iowa, Estados Unidos. Un dramaturgo que se ha proyectado en el teatro latinoamericano y Europeo gracias a la terminación de sus 30 piezas, algunas de ellas representadas y traducidas en todo el mundo. Ott ha sido reconocido en su creatividad intelectual por el premio Juana Sujo en Venezuela (1990); fue galardonado con el Melharen Playwriting Comedy Competition en EEUU(1996) y recibió el premio Lawrence Spstain Playwriting Award (EEUU) por “Pavlov”. Divorciadas, Evangélicas y divorciadas es una especie de “pequeño clásico” en el teatro local por su poder de conexión por la vía del humor y la gracia con que suelen sus intérpretes meterse en la piel de las tres ciudadanas de tan diferenciada y a la vez tan coincidente relación afectiva con la vida. Pero, para el caso de esta representación teatral que acabamos de ver en el Palacio de Bellas Artes, el montaje significa mucho más que un punto brillante más en la carrera de Elvira Taveras como directora teatral, una oportuna producción de un teatrista que ha demostrado mas de una vez, lo que es capaz de dar y entregarse por el noble ejercicio de la representación escénica y una hilarante actuación salida de la química de Olga Bucarelly, Yamile Sckequer y Georgina Duluc. La química actoral
Las tres mujeres se entregan a una faena que plantea el texto de Gustavo Ott y rejuegan con sus giros orales y gestuales, dando un sentido muy local las líneas del dramaturgo caraqueño. Olga Bucarelly alcanza el nivel más alto en interpretación por la carga de hipocresía tan fuerte de su “evangélica”, parangonada por la experiencia de la Yamilé, efectiva, oportuna y conectante con el público. La Georgina Duluc, con más prejuicios de los que merece por parte de gente que no la acepta, intenta, y logra, poner se a tono y saca una actuación coherente.
Otros aspectos
La escenografía es solo sugerente, directa, económicamente concebida sobre la alfombra de un minimalismo que lo permite todo. Pero es efectiva: induce los ambientes con En algunos momentos la interpretación oral de la Duluc, pierde efectividad por lo rápido que transcurre son sus líneas y hay alguna dificultad, a ratos para entender lo que dicen las tres, sobre todo en las últimas filas. Eso hay que revisarlo. Hablar más despacio aun en contra de la dinámica de los parlamentos.
0 Comentarios