Colombia ha tenido que pagar un precio muy alto por la ostentación de su nacionalidad.
Siendo una Patria Grande y Hermosa, amante de la paz, premiada con los hermosos atributos de una naturaleza sorprendente y multicolor, dotada de un pueblo trabajador, humilde, solidario e inteligente, su imagen por muchos años se había deteriorado y se llegó a pensar que ser colombiano era sinónimo de ser guerrillero, narcotraficante o delincuente.
Conozcamos la verdadera Colombia.
Aprendamos de Colombia cómo organizar eventos de cine de primera magnitud, como su Festival de Cine de Bogotá, Bogocine, en esta edición dedicada a India.
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Las cifras estadísticas son claras: menos de un 1.5 % de la poblacipon de Colombia está involucrada, sometida o aplastada por la situación de violencia o ilegalidad.
30 millones de colombianos merecen respeto.
El delito no puede nacionalizarse con sede en Colombia.
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Ese pueblo tiene derecho a mostrar su capacidad de trabajo, su perfil natural, su cafe, su actitud por la cultura.
En nuestro país se ha planteado, por parte de voceros conservadores, la realización de un censo cuasi criminal para ubicar a cada colombiano y saber donde están y que hace.
Tremendo disparate.
Si hay delincuentes colombianos, como hay delincuentes italianos, norteamericanos, puertorriqueños o dominicanos, no están disponibles para ningún censo.
Dejemos de espantar brujas.
Y comencemos a ver la Verdadera Colombia.
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