Lucy Arner fue la directora del Coro y la Orquesta de la Catedral en el XXIII Concierto de Viernes Santo en la Catedral Metropolitana de Santo Domingo. Foto: JRS
(La noche del Viernes Santo recién pasado, no será olvidado con facilidad. Un evento lo dejará marcado en la memoria colectiva.
Un concierto sin precedentes por la cantidad de público dentro y fuera de la Catedral, por la calidad del programa y por la personalidad y talento de la directora Lucy Arner, quien se ocupó de entregar al país una experiencia de arte sacro como para atesorarla por siempre.
Este XXIII Concierto de Viernes Santo fue un tiempo de excepción, de alejarse del sentido promedio del arte que se dispensa abrumador todo el tiempo, de placer estético y sorpresas.
El aplauso del público en la Catedral fue en memoria y
homenaje de Carlos Piantini, recientemente fallecido en Miami.
A la derecha, el público que disfrutó del Concierto en pantalla
gigante en la plaza delantera del tempo.
Fue la oportunidad para mostrar el potencial artístico de una mujer del Caribe que supo aprovechar las posibilidades de la formación profesional en la música, para ser hoy una figura respetada internacionalmente.
Enrique Pina Serra, probablemente el mejor de los tenores dominicanos de la actualidad.
Ahora nos tocó la experiencia de conocerla y disfrutarla. Nos cautivó a quienes seguimos, año tras año, la convocatoria a las grandes y solemnes columnas de la Basílica Catedral Metropolitana de Santo Domingo, Santa María de la Encarnación Primada de América, el nombre correcto y completo del principal e histórico templo católico de la República Dominicana.
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Es la primera vez que una directora orquestal y coral asume el podium para el Concierto de Viernes Santo, Lucy Arner, nacida en Cuba, comenzó sus estudios musicales a los doce años en Indiana, recibiendo Licenciatura en Música y el título de Master de Música y continuó sus estudios de doctorado en la Universidad de Miami.
Arner evidenció una singular y sensitiva maestría en la conducción del concierto, protagonizado por las 141 voces del Coro de la Catedral y sus 55 músicos clásicos. Fue todo un espectáculo marcado por la calidad, la sonoridad y la armonía lograda,
El Concierto de Viernes Santo en la se inscribió, por la consistencia de talentos que lo protagonizaron, en la categoría de lo magistral, de la excelencia técnica y artística de quienes, desde el instrumento y la voz, entregaron cuanto debían para dejar la marca de un espectáculo, el único cultural que se montó en la fecha, que pasará a la memoria colectiva.
Una directora coral y orquestal, nacida en Cuba y formada en Estados Unidos, con una trayectoria impresionante, Lucy Arner, directora del Metropolitan Opera House de Nueva York , se erigió como la primera mujer que dirige este espectáculo sacro, en un podium que hizo sentir orgulloso al titular del Coro, el profesor José Delmonte Peguero, maestro de capilla del Señor Cardenal, director y fundador .
Su excelencia reverendísima Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez y el administrador general de Banreservas, Daniel Toribio, fueron los anfitriones de este recital religioso que conmemora la crucifixión de Jesucristo, y que estuvo abierto para todo el público.
El programa
Guiseppe Verdi fue la base del programa. Sus creaciones Réquiem, Dies Ire y el Ofertorium, tres partes que se prestaron a interpretaciones a cargo de los solistas Paola González (Soprano), Ondina Matos (Mezzosoprano), Enrique Pina (Tenor) y Moisés Franco (Bajo), permitieron el vuelo del disfrute estético tanto a los invitados especiales como al público que llenó la gran nave del principal templo católico en el país y la plaza frontal, donde se podía ver el concierto en pantalla gigante.
La calidad de los solistas se lució en los más altos niveles, tanto de los residentes en el país (González, Franco y Matos) como Enrique Pina –considerado en círculos especializados como el mejor tenor dominicano y un patrimonio artístico nacional del cual el país no tiene plena conciencia y orgullo de la República Dominicana.
Entre los temas interpretados : “Descanso”, “Día de ira”, “La Trompeta pavorosa”, “Un libro se abrirá”, “¡Qué diré triste?”, “Rey de tremenda majestad”, “Llanto”, “Gimiendo”, “Acuérdate”, “Ofrenda”, “Luz eterna”, “Cordero de Dios”, “Santo”, y “Líbrame”.
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