En Acroarte hay que volar alto, dejando por los suelos lo que no vale la pena y es rastrero.
Alguien debe recordar a algunos compañeros y compañeras que se encuentran ahora en la campaña electoral de la Asociación de Cronistas de Arte de República Dominicana, que Acroarte no termina con la entrega del último voto en los próximos comicios.
Creo en la buena fe y la preparación de ambos candidatos a la Presidencia, Máximo Jiménez y José Tejada Gómez, y, de poder votar,- lo haría por Cheo, pero eso no me impide ver las condiciones de Jiménez,que se echó encima el gremio en un momento en que hacía falta un impulso especial para mantener el ritmo del proceso del premio. Y eso hay que reconocérselo.
Alguien debe recordar que el camino del enfrentamiento electoral, no es personal.
Alguien debe recordar que afectar el Premio Casandra es igual destruir el buque insignia del gremio de cronistas.
Alguien debe recordar que luego de las elecciones, en las que habrán de votar 300 cronistas, todos deberán seguirse viendo las caras y tratándose como miembros de una institución que merece.
El Premio Casandra se encuentra, de acuerdo con las investigaciones en el gusto del público, en su más alto nivel.
Sería saludable que los radicales de parte y parte dejen a un lado el tratar de empañar la imagen de la más reciente premiación, sólo para afectar a Jiménez.
Esa premiación, como las anteriores, no se le vende a nadie. No hay quien la compre. Y lo digo con la autoridad de conocerla desde dentro, donde he sido Miembro de la Comisión Mixta Asesora. Puede que en materia de gustos, no haya complacido a todos, incluyèndome, pero eso no da derecho a transformar el ataque a esa entrega solo con fines electorales.
El enfrentamiento debe ser de programas. Los candidatos a la presidencia no deben ser distanciados por un diferendo comicial.
Defendamos el Premio Casandra.
Defendamos Acroarte.
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