Viajeros, un trabajo del Taller Creativo Papalote, uno de los proyectos de mayor calidad del FITE, es una pieza inspiradora, escrita bajo la garra de un texto de calidad para todo escenario del mundo por la mezcla genial que alcanza al concretar en un solo montaje, un conjunto de valores familiares y sociales, imaginación tan sencilla y directa como desbordante y rica, a lo cual suma las artes escénicas de tres talentos que logran un desempeño ejemplar para cualquier teatro del mundo.
Muchos padres y madres acudieron con sus hijos e hijas porque “es el último montaje del Festival”, sin percatarse que Viajeros no es teatro infantil. Adopta el código establecido para un quehacer escénico limitante y segregado como “arte teatral menor” (“Eso es para niños”), pero sorprende porque sólo usa la referencia para entregar una pieza estimulante, genial en sus soluciones textuales y su expresión corporal.
Viajeros logra una perfección técnica en la interpretación de voz y corporeidad de Mateo, (el títere que sirve de eje a toda la historia), a lo que se añade la destreza actoral de Vladimir Báez, quien se gana el corazón del auditorio con una interpretación orgánica, conquistadora, dulcemente seductora del corazón del público. Notable su entrega a los musicales.
Karina Ubiñas, sin dudas el alma de todo el Universo presentado, vocalmente impecable al hacer a Mateo. No se puede obviar la calidad en la confección de Mateo a cargo de Haicel Lazala y el respaldo titiritero de Jaqueline Marte.
Karina Ubiñas gana con este montaje el respeto total de la comunidad artística y el público, por su dramaturgia simbólica, inteligente y sensible y que sirve de plataforma para concretar un montaje que, dirigido a toda la familia, se transforma en una pieza de referencia para el teatro latinoamericano y universal, todo envuelto y perfumado en la destreza de recursos histriónicos locales de gran versatilidad.. La joven dramaturga aporta con este concepto, la diferencia que consagra el arte verdadero y rompe en encasillamiento de “arte menor” que con que se etiqueta el teatro infantil,
Viajeros debe reponerse nueva vez. Debe dársele el valor que demanda su calidad. Debe llevarse a las escuelas. Debe hacerse un DVD que otorgue alas a su mensaje familiar y social ungido de poética visión, rica en valores y que valida una perspectiva existencial cuyo signo es el amor y cuya norma, la entrega a la positiva fantasía de sueños y aspiraciones.
Viajeros fue, el último de los montajes escénicos ofrecidos durante el Festival Internacional de Teatro 2011 y que llegó a la Sala Ravelo bajo la clasificación limitante de “teatro infantil”. Ante su calidad y agudeza en el montaje, la perplejidad hizo su aparición ¿cómo es posible lograr una consistencia estética de este nivel y que la misma se nos ofreciera como “montaje infantil” y nada más?
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