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Dreams Girls supone un proyecto que llega mucho más allá del hecho de su montaje.
Se trata de un avance en firme de s la generación dominicana de relevo del género escénico más demandante, ese que demanda de sus talentos habilidades multivalentes en danza, actuación y canto
La coreografía es un elemento resaltante en el musical.
Un género cuyo desafío formidable es tener que producir, dirigir y crear las condiciones para que el hecho artístico deje de ser idea y se transforme en catapulta de emociones en capacidad de levantar de sus asientos a un publico enardecido o de generar, suaves y espontáneas, las lágrimas que brotan cuando el criterio estético llega más allá de sus propias fronteras y sorprende la dureza de los corazones dormidos.
El cuerpo estelar del musical se luce ampliamente.
Dreams Girls es mucho más que el tema a comentar por parte de quienes describen, califican o critican el montaje en si mismo. Se trata de mucho más que el hecho crítico.
Ese proyecto devuelve la certidumbre de que el futuro del arte escénico musical está no solo asegurado sino que resulta promisoriamente positivo.
Cristal Marie mostró el camino verdadero del arte cuando la canción
es capaz de remover el corazón más insensible. Aqui hace el solo "No Me Marcho"
El Equipo
Lo prioritario será reconocer los avances artísticos y técnicos que implica este montaje, un poco más allá de los rostros que el público ve en escenario y las voces que encandilan el oído.
DIRECCION .Es bastante difícil de describir lo que supuso ensayar durante más de doce semanas cada uno de los aspectos, montar teatralmente todo el accionar, asumir la dirección general de tantos recursos humanos y técnicos, ha sido el aporte de una mujer del teatro como María Castillo (cuya labor tantas veces se nos escapa a quienes escribimos sobre teatro).
Con este montaje, la Castillo vuelve a ratificar el sitial que ocupa y la fuerza del compromiso que la une a la escena dominicana. Ella es una mujer que hizo del teatro su vida, vinculo que renueva a cada aventura escénica planteada.
Stephanie Fatule, en uno de los momentos cruciales del trabajo.
COREOGRAFIA: La Elizabeth Crooke, responsable del festival de coreografía de este musical, supo validar su trabajo de Chicago, renovándose y enmarcando muy bien las corrientes coreográficas que le llevaron dadas por un trabajo montado una y otra vez y llevado al cine. Sin temer, Crooke llevó esta danzaria propuesta al nivel profesional que le hace indiferenciable del trabajo de cualquier otro equipo de talentos del mundo.
ESCENOGRAFIA. Un artista llamado Fidel López, embargado de esa necesidad de dejar huella de grandes aportes a un aspecto artístico y técnico tan determinante como es el de dotar del espacio adecuado y fascinante a los montajes, no podía ser menos.
Además de la forma en que marca con efectiva sencillez, al seleccionar ajustadamente las piezas adecuadas para ubicar público y artistas en el decurso de los hechos, Fidel fue un atrevido. Se atrevió a elevar los recursos técnicos al máximo nivel:
Utilizó con eficacia y por primera vez (que sepamos) en esta nueva etapa del auditorio de Bellas Artes, una rampa giratoria, que le permitió cambiar de un ambiente a otro con gran facilidad y sentido plástico.
Le lució con el uso de video e imágenes fijas en la pantalla, particularmente en la descripción del viaje de las chicas por Estados Unidos y en la que usa un tramo de la autopista Duarte, manejada con un desenfoque elegante para darle sentido internacional, en lo cual fue apoyado por Luichy Tejeda, (Chips Unlimited).
Cristal Marie nos hace verla con nuevos ojos.
VESTUARIO. José Alexis Vásquez y María Luisa Reynoso logran el que probablemente sea su principal logro profesional en el presente año. Sobriedad, elegancia, glamour, sentido del compromiso para aportar desde su especialidad, al lucimiento del espectáculo. En el vestuario se nota que hubo toda la libertad necesitada para darle un tratamiento de valor global a este trabajo.
LUCES Y SONIDO. Jancel Santana, en las luces, también logra reproducir la espectacularidad del la industria del arte , gracias a un diseño acerrtado, al uso exacto de la columna de humos y el juego de colores en el marco cromático preparado para el proyecto. En el sonido, a cargo de Franklin Gedeón, aun cuando fue claro y fuerte, en general, tuvo dos problemas:
A veces la música arropaba las voces.
El diseño de luces fue efectivo y resaltador de las acciones artísticas.
En la función del domingo 14, hubo fallos sobre todo en quienes tenían el micrófono en la frente, situación que no se produjo, por ejemplo, en la primera función, normalmente más difícil de enmarcar auditivamente.
Vicente Santos se luce en todo su talento.
ACTUACIONES:
Vicente Santos (M.C, asistente de Curtis Taylor) Sencillamente exquisito. Su presencia llena el escenario. Este actor, director, poeta y bailarín mostró gran manejo adecuado de su voz y su gestualidad. Fue una de las grandes conquistas de Amaury Sánchez.
Waddy Jáquez (Jimmy Early): Posiblememente el mejor refuerzo estelar del proyecto. Chispeante, creativo, cantante, bailador, actuante. Rica muestra de talento.
Julio Galán. Una verdadera sorpresa. Cantante de gran ternura y bien acoplado al escenario, este muchacho se las trae. No es una promesa. No lo es.
Orestes Amador (Marty) Se metió con fuerza en la piel de su personaje y logra dar la tónica exacta del manejador fiel y amoroso, angustiado y exigente.
ORQUESTA.
14 músicos que casi no se ven por estar en el hondón del pozo hacen de sus instrumentos (piano, trombones, trompetas, saxofones, teclados, flauta, clarinete bajo, clarinete tenor, guitarra, bass, percusión y drums) el soporte imprescindible para que tome cuerpo el hecho artístico. Lo mínimo que se puede hacer es nombrarles con respeto: Roberto Brito, Rafael Peña Castro, Guarionex Merete, Carlos Eduardo Torres, Juan José Flete, Juan Gabriel Jimenez, Pedro Antonio Liberato, Dario bueno, Eleonai Medina, Miguel Leclerc, Federico Méndez, Jeremias King, Ezquiel Francisco y Pedro Ferreiras. Los coros invisibles los hicieron Dolly García y Ameris Cepeda, mientras que Mario Ayala cogió la pela de ser coordinador de esta parte fundamental del espectáculo.
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