Luggy Morales en uno de sus parlamentos en Proceso a un Hombre Loco.
Cuando Franklin Domínguez escribió Proceso a un hombre loco, en plena euforia de la lucha social, lo que hacía en realidad era ratificar el firme compromiso de denuncia que inició con Extraño juicio, (1954) y sus valientísimas Espigas maduras, (1958) esta última montada con Trujillo en el poder y con Jeanette Miller y Miguel Alfonseca en los roles principales.
Proceso a un hombre loco es una de sus piezas referenciales que permite disfrutar de la imaginación socialmente responsable de este autor y que nos acaba de recrear el Teatro Taller del Instituto Cultural Domínico Americano, en Sala Ravelo, con la producción de Amarilis Rodríguez de Durán y Jorge Santiago, en la dirección.
El montaje a cargo del Teatro Taller del IDCA permitió al público concurrente entrar en contacto con la dramaturgia de Domínguez, al cual se le aporta la fuerza juvenil de sus intérpretes, todos estudiantes del prestigioso plantel especializado en la enseñanza del inglés, y en la cual se nota la entrega al trabajo, pese a algunas fallas en la vocalización y falta de intensidad en determinados momentos.
La labor escénica de conjunto, considerando su condición aficionada, merece el reconocimiento: pasión por desarrollar el papel de cada quien. El movimiento escénico, el diseño de luces y vestuario resultan adecuados y cumplen adecuadamente su rol. No ganarán el Casandra en Teatro pero se pudieron ir en paz sabiendo que emprendieron un camino escénico cargado de dignidad y sacrificio.
Todo el elenco saluda al final de la presentación de Proceso a un Hombre Loco.
Habríamos preferido algunas soluciones más naturales a cuestiones como el momento en que se le pone la camisa de fuerza al “hombre loco”, debido a que nadie accede tan fácilmente a ponerse la odiada pieza de seguridad para traslado de enajenados. Luggy Morales se limita a abrazarse a si mismo, dando rapidez a la escena pero sacrificando la necesaria verosimilitud que demanda ese cierre.
Luggy Morales
El joven protagonista del la pieza de Franklin Domínguez tiene el peso principal y logra estimular al público en su discurso socio-político. Este actor cuenta con condiciones que debe seguir desarrollando.
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