Juan Pablo Duarte, inspirador y constructor de la nacionalidad dominicana y a quien debemos ser hoy una nación soberana e independiente, tuvo una vida militar en la cual llegó a tener el rango de General de las nacientes Fuerzas Armadas Dominicanas. La develización de la plaza patriótica General JuanPablo Duarte, se realizó este 27 de Febrero en el patio interior del Instituto Duartiano, a donde un grupo de invitados e invitadas, acudieron a inaugurar este homenaje, levantado a intención del Capitán de Navío Juan Gilberto Núnez (Marina de Guerra). Junto al presidente del ID, el doctor José Pérez Saviñón, descubrieron el trabajo escultórico, un busto heroico en que se observa al Patricio con uniforme militar en cuyo conjunto se destacan las charreteras.
Desde el día de ayer, en el patio del Instituto Duartiano, se destaca una estructura, la mayor instalada allí, en la cual se destaca la figura del patricio.
Numerosas personas, tanto de la sociedad civil como de los estamentos militares y en especial de la Marina de Guerra, además del licenciado Luis de Le´n, vice.ministro de Educación, en representación de la Ministra, Josefina Pimentel, quien se encontraba en el Palacio del Congreso en la presentación de las memorias del presidente Leonel Fernández.
La vida militar de Duarte es poco conocida luego que se iniciara a iniciativa suya, ingresando al ejército haitiano de ocupación para entrenarse. Duarte llamó a sus compañeros de lucha clandestina, a hacer lo mismo.
Juan Gilberto Núñez destacó que en el Instituto Duartiano hay bustos y otras representaciones del Duarte Civil, pero hacía falta un homenaje al General Duarte. Explicó que con la fundación del Partido Duartista (La Trinitaria) Duarte quedó como en General en Jefe del Ejercito Libertador, y a seguidas nombró el Estado Mayor: Coronel Juan Nepomuceno Ravelo, coronel Pedro Alejandrino Pina, Coronel Juan Isidro Pérez, Coronel Matías Ramón Mella, entre otros, en evidencia de que tenía una es clara visión militar.
Recordó que Duarte, en ocasión de haberle entregado el Gobierno Provisional Dominicano un dinero para cumplir tareas de campañas militares, presentó un informe detallando los gastos, centavo por centavo y devolviendo lo sobrado.
Sostuvo que ese ejemplo de honestidad y transparencia sigue siendo un desafío para quienes ejercen funciones públicas al día de hoy, sean civiles o militares.
Para Juan Gilberto Núñez la gente no tiene todavía una noción exacta de lo que fue Duarte como militar.
Alfonso Torres Ulloa, en un estudio sobre la vida militar de Duarte, sostiene: “Su visión de estratega militar quedó demostrada cuando decide pactar una alianza con los reformistas haitiano para derrocar la férrea dictadura de Boyer, pues eso le permitiría fortalecer sus posiciones y debilitar el enemigo, forzando la profundización de la división y enfrentarse luego a un enemigo más débil. Para lo cual envió a Ravelo a Puerto Príncipe y cuando este regresa sin cumplir el cometido, Duarte decide enviar a Matías Ramón Mella, quien logra pactar con los reformistas. Y demuestra, además, su don de mando y liderazgo”.
Recuerda que es conocida la acción militar que desplegó en la Plaza de Armas el 24 de marzo de 1843, en lo que es hoy el Parque Colón. Y su posterior retiro a San Cristóbal para enrolar al Comandante Roca y desde allá venir y forzar la salida de las tropas de ocupación. Su entrenamiento en Caracas en 1843 en esgrima junto a Juan Isidro Pérez, Pedro Alejandrino Pina y su tío materno José Prudencio Diez.
Además en su biblioteca tenía libros militares, sobre el particular nos dice Emilio Rodríguez Demorizi: “Se conservan libros que pertenecieron a Duarte y hasta traducciones fragmentarias, de su puño y letra, que evidencian que estudiaba y enseñaba manejo de armas”.
Y cuando Duarte retorna al país, en marzo de 1864, para incorporarse a la guerra de la restauración, insiste en irse a los campos de batalla a correr toda suerte con los patriotas, y dice: “El deseo de participar de los riesgos y peligros que arrostran en los campos de batalla los que con las armas en la mano sostienen con tanta gloria los derechos sacrosantos de nuestra querida patria…”.
Pero dice, igualmente, “si he vuelto a mi patria después de tantos años de ausencia ha sido a servirla con alma, vida y corazón, siendo cual siempre fui motivo de amor entre todos los verdaderos dominicanos, y jamás piedra de escándalo, ni manzana de la discordia”.
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