¿Debe una mujer que tiene el Virus del VIHdecirlo previamente al hombre con que se acostará, quien lo ignora? Mariana Iacono, una hermosa joven argentina de
29 años , portadora del virus, argentina, trabajadora social y gestora de la
lucha latinoamericana por las personas jóvenes que lo tiene, no es obligación
declararlo, si se garantiza la protección
y seguridad de la relación intima.
El concepto es novedoso e incluso entra en contradicción
con la Ley 135-11, no así respecto de la Ley Argentina.
Mariana Iacono es una activista
y militante en la Red
Argentina de Mujeres viviendo con vih/sida, co-fundadora de la Red Argentina de Jóvenes
y Adolescentes Positivos. Impulsora de Jóvenes positivos LAC junto a otro grupo
de compañeros activistas jóvenes que viven con VIH. Miembro de la REDAR ¨Positiva, Red
Argentina de personas que viven con VIH de adultos.
Sobre SIDA sobre el Síndrome de
Inmunodeficiencia Adquirida y el virus del VIH la sociedad ha tejido, desde su
inicio como epidemia, la más amplia estela de prejuicios, discrimen y estima,
al punto de que tener la enfermedad era casi una declaración de aislamiento
social, de rompimiento de la representatividad social de la persona con tal
condición.
Hoy día, gracias a la efectividad de los
medicamentos anti-retrovirales, a la conciencia pública que ha ido reformulando
sus conceptos sobre esta condición, pese a los muchos prejuicios y discriminación
que imperan, la condición de tener el virus está circunscrita a la de unaenfermedad crónica, similar a una diabetes.
Pero socialmente es mucho lo que
hay que hacer para equilibrar los hechos clínicos con el imaginario social
popular que sigue despistando y
segregando a quienes tienen esta condición.
"Si les digo que
tengo VIH muchos hombres tienen miedo y te rechazan. Una tiene derecho a
decirlo, o a no decirlo, no es obligación que tengamos, siempre que cuidemos no
hay que decirlo. Yo lo tengo establecido en mi página personal de Facebook. Soy una figura pública identificada por mi condición. Pero no es obligación dar a conocer
estatus serológico, tenemos derecho a disfrutar la sexualidad. Cuando se dice,
aparece el miedo, dicen no. “No tenemos que andar diciendo por ahí : Tengo
VIH. Ese es un derecho, el de no decirlo. Basta con proteger la sexualidad con
un sentido responsable.” dice con una claridad y firmeza meridiana.
"Estuve íntimamente
con mi compañero, la persona que me
infecte, a los 19 años. Hace diez años
que vivo con VIH. Luego estuve con otra
persona que tenia VIH. Posteriormente he estado
con hombres que no tienen VIH. Conmigo no hubo cadena de transmisión de VIH. Mi
cadena termino ahí. Siempre uso el condón " resalta la joven.
Mariana ha venido al país a participar como facilitadora del l II Encuentro
Nacional de Jóvenes Positivos al VIH, a fin de desarrollar un liderazgo juvenil
dominicano con esa condición. Fue
invitada por el Consejo Nacional del VIHy el Sida. Al encuentro asisten muchachas con edades entre 13 y 17 años, los
temas de empoderamiento, autoestima y discriminación.
Mariana es una mujer sumamente atractiva, dotada de vitalidad,
portadora de la imagen “baby face”, que a la mentalidad ordinaria cualquier
hombre podría llevarla a asociarla con cualquier condición, menos con el
virus del VIH. Ella es una fuente de conceptos novedosos, de proclamas
por la vida y que ubica la presencia del virus en su cuerpo, a la cotidianidad
normal que no le impide el desarrollo de una existencia plena. Tiene diversos
medios en la red para propagar sus ideas y actividades,. Una de ellas es la
pagina www.hojablanca.net, otra es www.pasionporlavida.org , en las que escribe con gran belleza al punto de haber ganado premios internacionales de literatura por la calidad de su narrativa. Tiene su página
en en la principal red social FB.
Mariana es una activista y militante en la Red Argentina de Mujeres
viviendo con vih/sida, es una de las fundadoras de la Red Argentina de
Jóvenes y Adolescentes Positivos, activista de la Red de Jóvenes positivos LAC
y forma parte del liderazgo de la Red Argentina de personas
que viven con VIH. Trabaja asalariadamente en el dos escuelas secundarias con
jóvenes agredidos o abusados. Entrena su cuerpo con aparatos en el
gimnasio cuatro veces por semana. Su pasión en la vida es
nadar en el mar y toma sus anti-retrovirales puntualmente cada día.
La líder juvenil sostiene que tener el virus no implica un rompimiento de
la representación social y sostiene que se imponer terminar con todos los
prejuicios de los años 80: que son gays, las trabajadoras sexuales, que
tienen marcas, que son enfermas, demacradas, que son solo personas en
situación de pobre”
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