Respeto, el derecho que le asiste a los hijos e hijas
de la Soberana Casandra
Damirón de tomar la decisión que consideren en torno al uso público del nombre
de su madre, sobre todo en relación con el premio artístico anual más
importante con que cuenta la República Dominicana. Con la petición de la familia, ha perdido Casandra Damirón. El premio, que es una estructura, una
maquinaria, no un nombre, seguirá
adelante.
Ante la situación planteada me siento en el deber de
aportar el conocimiento que tengo sobre la conducción del galardón y en torno a
la gestión de la Asociación
de Cronistas de Artes, en general, y el manejo de sus dirigentes, en
particular, en lo referido a los recursos económicos.
Con su petición, independientemente de que sea justa o
no, sus hijos despojan de un nombre que, como tal es genérico, se encuentra
registrado legalmente y destina ahora a un paulatino proceso de desconocimiento
de cara a las nuevas generaciones, luego de 27 años de difusión y promoción
permanente, en el marco del espectáculo de mayor teleaudiencia del país.
Me parece un
error que ahora trae consecuencias legales con el recurso que están elevando
abogados de Barahona que cuestionan esa petición en tanto afecta a Barahona
como comunidad que ve perder una plataforma para su figura pública más trascendente.
Conozco el interior de la Asociación de Cronistas
de Arte de RD y por ello me parece oportuno, levantar una voz en medio de la degradación del debate que ha
seguido a la petición de la Familia Damirón
(creo que Acroarte ha hecho bien con poner término a la crisis, complaciendo a
sus hijos).
Viví por cinco años el interior intenso y agotador de
la vida de los dirigentes de Acroarte y no me puedo permitir el lujo de
silenciar mi testimonio respecto de cuanto se ha dicho, en un descenso del
debate que no esperaba.
Mas, me siento en el deber de testimoniar porque lo viví, que en Acroarte nadie recibe
tiene dinero o beneficios especiales por su trabajo a favor del premio o
del gremio.
No hay pagos directos o indirectos para los dirigentes
de Acroarte.
Para esos dirigentes, a quienes les motiva la pasión
por la labor que realizan, les motiva el deseo de servir.
Desde luego, seria mucho pedirle que, perteneciendo a
una institución con un presupuesto, también tengan que asumir los gastos que
les implica su labor, desde las
picaderas hasta los viajes, propios de su función.
Lo que no se sabe es que muchos de sus dirigentes, y en particular sus presidentes y su
presidenta (para el caso de Maribell Contreras) es que ven reducir sus ingresos
personales al suspender , durante su
ejercicio, contratos de servicios por
relaciones públicas..
No hay dirigentes con cuentas de banco engrosadas por
beneficios económicos producto de su labor.
Acroarte es una entidad sin fines de lucro.
Cierto que el premio tiene un presupuesto millonario
aportado por su patrocinador principal, la Cervecería Nacional
Dominicana, que invierte en función de imagen y a la que asiste el derecho de
compensar esa inversión cuantiosa, procurando otros anunciantes y aliados comerciales para acometer la tarea
de montar los premios artísticos de mayor presupuesto del país.
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