Tengo cinco razones, una propuesta y una consideración final para no firmar el Manifiesto
que persigue lograr la prohibición de la comedia dominicana. Respeto los
criterios de los firmantes y los respeto a ellos y ellas también. Pero no
firmo. Por principio, la censura es inaceptable y constituye una irracionalidad
frente a un mundo que lo que requiere es debate y confrontación de ideas y
propuestas.
Hay quienes abogan por el boicot. Hay una pagina en Facebook que respalda el boicot.
Y están quienes, como Severo Rivera, se oponen, en una especie de confrontación total de posiciones. No creo que sean posturas irreconciliables. Las posturas tienen puntos de coincidencia.
Yo no firmo. Nunca apoyaría la censura como medio de control social de contenidos.
Que me perdonen. Pero no. No firmo.
Es oportuno fijar
algunos puntos:
1. 1 Quienes han firmado ya, y los que sigan
firmando - con todo su derecho- están fijando postura frente a una película que no han visto la película. Yo conozco
el guión. Se trata de una comedia que
ridiculiza las apariencias exteriores, la "estrategia burguesa del
vestir", porque quien resulta triunfante es justamente el ser discriminado
por su color, por su "fealdad", debido a que alguien descubre que en
su interior lleva prendas y valores que nada tienen que ver con elementos tan
superficiales como los colores de la
piel. Ese es el mensaje de valores que lleva esta comedia. ¿Por qué juzgar lo
que no han visto?
2. 2 Frank Perozo no es blanco, ni Fausto Mata,
negro. Ambos son mulatos. Ambos son actores dominicanos de una comedia que
tiene un mensaje contrario a la glorificación de las apariencias. Ambos son
talentos de un proyecto cinematográfico que debe ser juzgado por la gente, sin
intentos de censura, reflejo de una época que consideramos superada.
3. 3 Los firmantes están haciendo la mejor y
gratuita promoción al proyecto. La pre-venta de boletos se ha disparado en los últimos
días producto del anuncio de la intención de que sea prohibida. A la gente le
encanta disfrutar de lo prohibido, o de lo por prohibir.
4. 4 La UASD, como institución y sus
profesores y pensadores deben ayudar mucho a combatir todas las taras y
prejuicios discriminadores pero mediante una discusión seria y orientadora para denunciarlos y superarlos, pero desde una
perspectiva dialéctica, abierta, progresista. A ese debate debe convocarse a
todas las partes interesadas,
5. 5 El cine dominicano, gracias a la Ley de
Cine, lo que requiere es respaldo, a lo
que puede contribuir la UASD es poner a disposición de nuestros cineastas:
-
Mejores guiones a partir de cuentos o novelas de sus
escritores. y estudiantes, vía los profesores y estudiantes de Letras y por
parte de profesores escritores.
-
Asesoría de sus profesores y estudiantes de la Escuela de Cine.
-
El establecimiento de una productora de cine como proyecto de su Escuela de
Cine, para presentar propuestas que lleven arte integral, en continente y
contenido, como forma de proponer.
LA PROPUESTA.Debe abrirse un debate con un panel amplio que enfoque el tema tomando este cas partiular como punto de partida, con derecho a participación de todos los sectores interesados en el tema, sin caceria de brujas, con transparencia democrática, para que se discuta el tema en un ambiente académmico, para revisar posturas de parte y parte, para determinar que se ha hecho desde la UASD en toda su historia para combatir el racismo y otras discriminaciones sociales y no centrarlo simplemente en una comedia dominicana que persigue justamente dar valor, no a las apariencias sino a los valores de la persona.(Me permito acreditar la propuesta para un panel, a Maribel Núñez, quien me la envio junto con el documento. Esa propuesta No es mía. Es salulable respetar los patrimonios intelectuales en este mundo de derechos regulados).
UNA CONSIDERACION FINAL. Siento que firmar un documento que busca prohibir una comedia
dominicana, y que ahora está operando como su más efectiva campaña de promoción, es equivocar
el objetivo en la lucha contra el discrimen y que es una simplificación
contraproducente, y que podría transformarse en un movimiento de opinión real
contra el racismo que si difunde la gran industria del cine que nos llega desde
el exterior respecto de la cual no escucho ni una sola palabra en contra de su
carga ideológica cotidiana, venida en los grandes dramas comerciales norteamericanos (para solo referirme al cine, sin incluir el racismo cotidiano que emana de la televisión cada día, ni el de los libros de texto, ni el de las letras de las canciones que con tanto gusto se bailan en los colmadores alrededor de la UASD los viernes por la noche).
Ese
es el reto y la lección que deja esta intención sana de amigos y amigas que
apreciamos pero con quienes, lastimeramente, nos permitimos no estar de
acuerdo.
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