Un Don Quijote que fue más que danza y escenario


De los diez años que cumple como maestra de danza en el pais, llevo seis  dándose seguimiento a su trabajo, sobre todo a los montajes de graduación. He estado en Teatro Nacional, el teatro de las Escuelas de Bellas Artes, el Palacio de Bellas Artes y siento, a la distancia, - no la conozco  y personalmente, nunca he cruzado una sola palabra con ella-   que esta guia de lo danzario, cumple con una labor fundamental:  aporta a crear la generacion danzaria de relevo que reclama, en todos sus ambitos, el país y en el caso de su area, la danza clasica.


Anoche estuve en el Palacio de Bellas Artes, con un publico que en la misma medida en que es complice, es mas exigente que todos los otros publicos amorfos e irregulares desde el punto de vista de sus lazos en comun con los artistas. Se trata de un publico conformado por padres y madres de quienes actuaban. Tremenda la responsabilidad para que todo quedara a a perfeccion.


Les cuento ahora, lo que vivi y senti de este montaje del Ballet Estudio de Doris Infante, Don Quijote:



Doris Infante, maestra de ballet que ha entregado, a la juventud y la niñez de la Republica Dominicana los últimos diez años, su capacidad de maestra y su paciencia como líder de un arte de ritmos y silencios, de cuerpos y almas que se adiestran en uno de los quehaceres mas nobles de a humanidad , con toda seguridad  que, pese a dificultades e incomprensiones del pasado, debió sentirse el sábado en la noche, en la Sala Máximo Aviles Blonda, del Palacio de Bellas Artes, cuando los cerrados aplausos de un público tan comprometido, como cómplice y exigente (nada menos que los padres y madres de sus alumnas) ovacionaron desde el alma, el buen empeño de hacer arte danzario de primer nivel, para sus edades y entrenamiento, a partir del talento infanto-juvenil que la existencia ha puesto en sus manos.


Desde luego, no se trata de una labor exclusivamente de la profesora Infante, ya que se trata de un empeño colectivo  en el cual hay que registrar la disciplina y el entusiasmo, pese a que pudieran doler mucho las coyunturas óseas de tanto repetir una misma escena, de su elenco, tanto el infantil como los pujantes jóvenes que entregaron a escenario cuanto pudieron...y mucho mas. 


Hay que agregar, a la suma de factores de este Quijote en Danza Clásica, el aporte de Marianella Sallent, directora del Ballet Nacional Dominicano, quien con gusto y solidaridad entre artistas, accedió a entregarle algunas de sus primeras figuras para el eje protagónico de este montaje.
La profesora Infante, quien debe alguna vez escribir su experiencia como maestra y guía de la danza en el país, estuvo tras bastidores, allí, en la dirección y supervisión de cada entrada y salida, en el desempeño, en el seguimiento de los tiempos, de los giros y modelos del giro al aire, para asegurar que toda la calidad expresiva de su masa de ejecutantes, diera justo en el centro del gusto de la platea, conformada por padres, madres, hermanos y hermanas de quienes lucían desde el entablado, como los ejecutantes del mas amable gesto del arte de  la danza.


La conocida historia de Quijote, montada con dignidad y pese a tener como precedentes un magnifico espectáculo teatral con el cual el Teatro Nacional celebro su 39 aniversario, no arredro a la maestra  y acometió la tarea, sin importarle para nada la casi inevitable línea de comparaciones entre uno y otro, pese porque, pese  a sus diferencias en el género, el tema es el mismo y los recursos para cada montaje, desiguales.



La Infante, desde su percepción empoderada del baile en la expresión más noble, se sabía en capacidad para lograr un montaje digno. Tal cual ha sido.

El prólogo y  sus tres actos, este Don Quijote, muestra nueva vez el poder de la enseñanza como forma de perpetuación de los mejores actos de que es capaz el ser humano, y sirve de ejemplo a una sociedad que se regodea en valores insanos y actitudes socialmente despreciables.
Estos danzantes,  de todas las edades y destrezas, enviaban a la conciencia de la nación toda, el  mensaje de que es posible dar lo mejor de cada quien, para que esa gran empresa y proyecto nacional que es el país y la nación, se encamine de otra forma hacia un mejor destino.



El Equipo
La dirección técnica y artística (Doris Infante); música (Ludwing Minkus); coreografía (Doris Infante, sobre la versión original de Marius Petipá/Alexander Gorski); escenografía (Ana María Nardo/Francisco Guanabacoa)


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