Las novias de Travolta dan un susto en Las Máscaras

Las Novias de Travolta, del dramaturgo y guionista  de cine Andrés Tulipano, natural de Uruguay, es la pieza que es la más remontada de las de su cosecha, superando el éxito que logro con Busco el hombre de mi vida (marido ya tuve), montado también por Las Máscaras en el 2010, si la memoria no nos traiciona, como es tan frecuente en un hombre de mi edad.

Las Novias de Travolta es desde 2011, el buque insignia de Tulipano, quien ha logrado su montaje en  más 10 países latinoamericanos y España, incluyendo su montaje masivo  en Festivales de Teatro, como el de Osorno en Chile, logra un montaje incisivo, ácido a cargo de Lidia Ariza (Cris),Pamela de León (Gaby),Grace More (Estela) y Wendy Alba(Lucía). 


En la obra original, esos no son los nombres que asigna del dramaturgo.

Es esta una de las piezas de  un  esquema teatro-panel en el cual,  sobre la base de un tema de alto interés común como es son los muchos enfoques y experiencias en las relaciones de hombres y mujeres, y a veces de mujeres y mujeres, (como es el caso), pero tiene en el titulo de la especie, el uso de formas distintas de parlamentar sobre el eje, hacerlo con diálogos que casi se entretejen uno al otro, confeccionando un discurso casi incesante, premiado de sarcasmo y gracia y diciendo de forma distinta lo que desde muchas obras de este sub-género, ya se ha intentado decir con anterioridad.

Las cuatro actrices cristalizan una química incesante que no da respiro al recorrer los pasajes escasamente visibles, cuando no se desean ver,  de las miserias masculinas.

Nos llamó poderosamente la actuación de Pamela de León, quien nos impacta con una voz firme y timbrada, modulada con profesionalidad y que llena el escenario con una imagen fresca, marcadamente distintiva.

La De León logra ubicarse de igual a igual con sus otras cómplices del montaje pero logra penetrar la sensibilidad del público, enrumbando sus acciones histriónicas con gracia, inteligencia y procurando mantener el vínculo emocional entre personajes femeninos.

Ella dibuja una caracterización cuidada en su personificación y circunstancias y
Wendy Alba es otro valor  actoral sorprendente,  que se ha formado a golpe de estudios, talleres y actuaciones en el abrevado río que es la obra formadora de la Quintana, aprovecha la expresividad sobresaliente de su rostro, la comicidad o dramatismo que puede alcanzar, para entregar otra actuación memorable.
Noble en sus movimientos y parlamentos, corre con un papel desacralizador del tabú social, atizada por la culturalidad europea que le viene por la vía Suiza, para enfrentar situaciones con una actitud tradicional de la cultura forjada en los cánones del Caribe afectado por la estrechez de visión.

FICHA TECNICA :

Dirección: Germana Quintana
Escenografìa: Noé Vásquez
Musicalización y coreografìa: Alejandra Jhonson
Técnica de sonido: Diana Valck

TALENTOS:

Lidia Ariza /Cris/
Pamela de León (Cris/
Grace Moore /Estela) .- Alterna con Marison Marion Landais
Wendy Alba /Lucía/

El argumento
Cuatro amigas, que pertenecen a la generación del Oso Yogui, Los Picapiedra, Embrujada y escuchando a los Bee Gees,  se reúnen para el cumpleaños de  una de ellas Gaby. Cristina cumplió el sueño de sus padres, es médico, y ha dedicado toda su vida a la profesión. Lucía se casó muy joven, y ahora está descubriendo cómo funciona el mundo real.  Hacen un balance de sus vidas, su infancia de su adolescencia, de la amistad y el sexo. Tienen una visión muy personal sobre los sueños y sobre la vida y  algo que decir.

Creación de públicos:
Cuando fue fundado, El Teatro Las Máscaras, cantidad de gente no lo tomò en serio. El tiempo ha pasado y este proyecto se ha impuesto creando  una tradición teatral con características definidas al tiempo de haber gestado un público que no se arrepiente de llenar en cada función sus 39 butacas.

Los elementos han sido disciplina, inspiración, definición clara de las temáticas y géneros, labor docente permanente promoviendo la formación de nuevos talentos, buen programa de difusión y promoción de lo que se hace  y excelencia en las relaciones con públicos y medios de comunicación.


Ya el sueño de Germana Quintana  y Lidia Ariza dejó hace 14 años de serlo y ahora es una realidad concreta que convoca casi todos los fines de semana, el público ávido de llegar a disfrutar de un teatro que si bien provoca el denso pensamiento interior, lo hace con la gracia que tiene la carcajada como pináculo de expresión.

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