De los géneros escénicos existentes, del que se
conoce mayor exigencia interpretativa, mayor esfuerzo técnico de los recursos
del teatro y mayor demanda adaptabilidad individual y colectiva a sus múltiples formas de expresión, que
viajan del baile al teatro y de éste quehacer al canto, es del musical.
Por años, los públicos escénicos locales debieron conformarse, para ver un buen musical, con que alguna compañía internacional dejara
que uno de sus puntos de agenda fuera Santo Domingo.
Video en base a fotos de JRS:
Gracias a precursores como Nuryn Sanlley, que abrió el camino a cómo era
posible, con su personaje La Pinky y la secuela de personajes que derivó a
escena, y a Amaury Sánchez que profesionaliza y adopta los estándares
internacionales, larga relación de exigencias que cuestan dineros y talentos,
para reconvertir el panorama y ver como florece ese mágico y lúdico quehacer:
el musical de facturación dominicana.
Tras dos años sin montar musicales, Sánchez ha regresado por sus lauros, con un montaje bien seleccionado: “In the heights” (En las alturas), con música y letras de Lin-Manuel Miranda,
guión de Quiara Alegría Hudes y concebido en su montaje por Lin-Manuel Miranda,
pieza que relata el amor y el desamor
redundantes en la comunidad dominicana en el populoso sector de Washington Heights,
de New York, obra que estrenó en el
Teatro Richard Rodgeres de Broadway en
marzo del 2008.
Su
impacto, producto de la calidad del montaje, el poderoso mensaje de integración
de étnias nacionales especialmente del
Caribe girando sobre el eje de lo dominicano.
Fue
nominada a trece Premios Tony, ganando cuatro: mejor musical; mejor música original; mejor coreografía y mejor orquestación. Tambien fue nominada al Premio Pulltizar en Drama (2009.
In the Heights sobresale en la producción criolla del complejo
género. de los últimos años, ya que se convierte en una plataforma para el lucimiento en su grado máximo de
talentos veteranos que cruzan cargas con una selecta constelación de
intérpretes nuevos que sorprendieron y provocaron emociones, lágrimas y huellas
en lo más profundo de la sensibilidad del público.
La pieza nos deja ver a un Javier Grullón que despinta ya como un líder
joven imprescindible para trabajos demandantes y al que se unen los
probados talentos de Checho Lora y Dolly García, junto al rescate
artístico que se hace se Sonia Alfonso, quien estremece la gente con un solo
extraordinario. Héctor Aníbal es clase aparte.
Los nuevos y deslumbrantes talentos : Laura Lebrón, el
sorprendente Ian Castillo, Diomarys La Mala, Alejandro Moscoso, Karla Fatule y
JJ. Sánchez, que confieren con sus voces, cantos y actuación, la certidumbre de
que el escenario dominicano tiene firmados todos los seguros vitales necesarios
para tener altura mundial.
Laura Lebrón(Nina) logra la mejor
de sus interpretaciones en su corta y prometedora carrera. Tiene un notable
perfume a liderazgo artístico tempranero. Devela una voz potente, libre y de
gran proclividad emocional; Alejandro Moscoso (Piraguero) que sorprende por su
efectiva frescura Si puede, no se la pierda; Ian Castillo (Sonny) y resulta el personaje empático
e imperdible del musical, dinamismo
creativo en un ser bajo solo en estatura y JJ. Sánchez (Graffiti Pete) mientras otras mujeres exhiben niveles interpretativos
fuera de lo previsible: una Diana Pou,
cargada de gracia, personalidad vocal imperdible y un factor de contagiante seducción que cautiva al público; Diomaris la
Mala, deja clara demostración de talentos en su actuación como comediante y
acentuada intérprete profunda de la salsa; Karla Fatule, muestra que tiene
condiciones para brillar por ella misma, desechando herencias que no le hacen
falta para nada.
Sonia Alfonso, (Abuela Claudia), la mayor sorpresa venida de años
pasados para acunar y estremecer con un solo que aun retumba en las memorias
emotivas de quienes tuvieron el gusto de ser testigos de luna reivindicación artística
tan sorprendente.
Patrocinios
Un musical es una empresa costosa de
arremeter, solamente posible si existe conciencia y actitud en quienes pueden
determinar el oportuno apoyo.
Resalta la importancia de las empresas líderes que prestaron el pie de
amigo para que este milagro de imagen, danza y sonido fuera posible: Orange,
como auspiciador principal, La Sirena, Burger King. Propagas, la Embajada
EU, y Papa Johns, cumplieron su papel de mecenas mientras que también colaboraron Crisol, Caribbean Cinemas, Listín Diario y Grupo
Rojas.
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