Nadie puede
imaginarse la dotación de valor que debió tener Sánchez, para dejar una
iniciada carrera de derecho que le llevo a ser el turbo vivo de cobros
compulsivos, a un artista que se entrego al humor vivencial, capaz de provocar
la risa continua, organiza y visceral genuina
en sus espectáculos hasta de por dos
horas y hacerlo con rostro
imperturbable.
Desde sus
primeras funciones, a las que asistimos como uno del público, hace ya muchos
años, en la Casa de Teatro, Sánchez supo que su ruta era la del humor de contenidos.
Hizo entonces
conciencia de que su desafío el hacer reír de la mejor manera y que era esencial que aprendiera técnicas del
llamado “Stand Up Comedy” – para lo
cual incluso hace pocos años estudio en dos escuelas en Los Ángeles.
En Sánchez se ha
ido afinando todo lo necesario para definir al líder del humorismo coloquial
dominicano: repentismo, improvisación (herramienta fundamental cuando se esta
cara a cara con la gente que ríe), la capacidad de su memoria, el manejo de la
expresión corporal y gestual y el sexto sentido indefinible que le permite
crear un lazo de proximidad y complicidad con la gente.
Se reconoce influido
por Freddy Beras Goico, Jerry Seinfeld, y Bill
Cosby, George López, Pablo Francisco y Eddie Izzard.
El
cavernícola
En
su búsqueda de nuevas formas expresivas, Sánchez decidió hacer un monologo
teatral, titulado originalmente Defendiendo el cavernícola, (cuyo título original inglés es Defending the
Caveman) es una comedia escrita por el actor y comediante estadounidense Rob Becker entre 1988 y 1991 y que radica su atractivo en la forma en que e
actor y dramaturgo expone las inconveniencias y los vacíos y coincidencias en la relación entre hombres y mujeres.
Famosísimo, el monologo es dirigido por Manuel Chapuseaux y se está
presentando todos los jueves desde Febrero pasado en el teatro de Galería 360).
La representación tiene el récord de permanencia en Broadway, y que se ha representado en cuarenta y cinco países, con un público que supera los quince millones de personas.
Es una obra cuyos derechos los dispensa la compañía Theater
Mogul. La obra de Becker obtuvo en Inglaterra el Premio Olivier al Mejor espectáculo de
entretenimiento en el año 2000.
Este montaje le ha representado, imaginamos, el mayor
desafío profesional de su carrera hasta ahora. Cerca de dos horas y cuarto de
actuación que produce oleadas de carcajadas continuas, sobre un texto que
comporta una historia valedera: la diferencia de formación original de los
hombres y mujeres, que les lleva a tener
un comportamiento previsible, poco diestro,
competitivos y escasamente creativos (en el hogar) desorganizados,
negociadores, en tanto que las mujeres, por igual herencia dela civilización humana,
resultaron ser recolectoras, agricultura, creativas, cooperadoras, ampliamente
comunicativas y organizadas. Las
distancias entre esas dos distanciadas formas de ser son expresadas en un
monologo rico en alternativas y arcos emotivos. Lo que se vive en este montaje,
vale cada segundo vivido y cada peso pagado, por lo que lo recomendamos con
ilusión sobre todo a quienes sean capaces de reírse de sus propias limitaciones
y escasas luces cotidianas.
Sánchez
necesita un nivel más en cine. ¿No se le
ocurre a ningún director darle un rol protagónico y dramático para una cinta
dominicana de las del nuevo estilo, de esas películas hechas sin mucho
presupuesto y demasiado corazón?
Carlos Sánchez, creo, no se ha dado cuenta del aporte
que hace con El Cavernícola. Solo se presenta los jueves en Galería 360.
)
0 Comentarios