Cuando el tumor se reduce
Para casi todo el mundo, auto palparse determinadas partes
del cuerpo, sobre todo a aquellas que suponen una deficiencia, una alteración de
la estética exterior, o una falla en la función de determinados órganos, es
normal. Es una especie de íntimo auto chequeo al que apelamos pero que no vamos
proclamando por todos los caminos que lo hacemos.
Para un paciente que vive con cáncer, palpar que el tamaño de
su lesión, ya a casi a la mitad de su tratamiento, se hay reducido, se
encuentra frente a una de esas alegrías extraordinarias.
Es de una satisfacción muy íntima el sentir con tus dedos que
la dimensión que tenías en la base de la lengua, se ha reducido, que es más pequeña,
que hay ahora se sienten mayores espacios en torno a ella al punto de que casi
te permiten tener una idea de lo que ha reducido, que se sienten menores y en
descenso los síntomas, el dolor y los efectos incómodo – incluso estéticos- de
esa disminución.
Cuando, gracias a una biopsia que hizo la otorrinolaringóloga
E. Cheas,/ Plaza de la Salud, se confirmó la lesión cancerígena en la base
derecha de la lengua y ese crecimiento anormal de células se hizo fuerte, el
impacto en el ánimo de quien sea – incluyéndome— es intenso y afecta
el espíritu, incluso por más hermosa que sea mi
textualidad para decirlo de otra forma.
La doctora Cheas, con todo y lo incómodo y mortificante de la
operatoria para hacer esa biopsia en una zona cargada de nervios, con cuatro
residentes que debían también auscultarme, me hizo el gran favor de ubicarme en
la claridad de mi situación clínica: una vuelta del cáncer a mi cuerpo. Cheas es certera, sabe lo que tiene entremanos, habla directo con el paciente abordando todos los aspectos de la condición de salud recién encontrada.
Antes de la biopsia, dos estudios de imágenes y sonografia
(probablemente a que aún no se había conformado el tumor como tal) habían dado
resultados negativos. Pero persistían la dificultad, la incomodidad en esa
parte de la garganta. La biopsia fue la diferencia entre una nebulosa clínica y
el haber logrado la trayectoria terapéutica correcta.
Aún estamos en ese camino. Nada de proclamar victorias
adelantadas. Es labor de día a día, de paso a paso.
El hecho que ayuda a sobrepasar todo, está en la actitud
personal. No hay secretos en ello. Y en esa actitud, se involucran valores, fe,
creencias, oración, medicina y farmacología de última generación.
Hoy día, es claro que el camino para vencer este cáncer, está
marcado: Llevo ya la décimo-quinta radioterapia (en Savia Care/Plaza de la Salud) y
mi segunda quimioterapia – (al viernes 15 de septiembre) como acciones
concurrentes decididas por mi doctora Nancy Alam, quien – al
atenderme este viernes, produjo una de las expresiones que he escuchado en todo
el proceso de este tumor.
“Sus análisis están muy bien, lo que indica que
estamos en el camino correcto y palpo que el tumor se ha reducido de tamaño”.
Yo, el paciente, que soy quien mejor puede percibir el tamaño de la lesión, me dio cuenta por una serie de factores, que el tumor ha reducido la dimensión, disminuyen las molestias al hablar y que no hay dolor o molestia cuando tengo que abrir la boca o bostezar.
Acabo de salir del segundo internamiento programado por la Quimioterapia ) y esta vez no se tomó el fin de semana completo (viernes a domingo en la tarde) sino que fue concluido el proceso el sábado a las tres de la tarde.
La quimio fue administrada viernes,
conjuntamente con una serie de medicamentos para evitar efectos nocivos o
incómodos asociados: vómitos, mareos, dolor de cabeza, y otros. Ninguno de
ellos se produjo en el anterior internamiento, y ahora prácticamente fue igual.
Ingrese a la unidad hospitalaria de Onco Plaza, con la
mentalidad de que regresaría a casa, como la primera vez, prácticamente domingo
en la noche.
No fue así.
Incluso para sumar bondades, el proceso de facturación para
cerrar, con apoyo de mi seguro Senasa Contributivo, fue
sumamente rápido y amigable. Me atendieron en mi internamiento: Noel Sosa quien
ha evidenciado una presteza admirable y solidaria, mi compañera de vida
Jackeline Díaz, que me acompaño durante el día en el
proceso de consulta y la extendida espera de una habitación privada, con una
fortaleza extraordinaria y en la noche fui cuidado por Yanet, asistente
fundamental de nuestra casa con la que ya sobrepasamos los 15 años de trato de tú a tú
en la casa.
Durante todo el proceso, viví esa agradable sensación de estar presente en la esperanza y el ánimo de mis seres más cercanos: Cristabel y Giordano, por videollamadas.
Cris vino a estar conmigo desde Canadá durante 10 días y me acompaño diariamente a las sesiones de radio y se internó conmigo en la primera radioterapia.
Giordano, que no puede viajar
desde Houston por trabajo, ha estado pendiente y asistiendo en cuanto ha sido
necesario y posible.
En comparación con el conjunto de acciones para enfrentar mi
cáncer de próstata del 2008, siento que ahora hay avances en el país que
colaboran para una rápida recuperación. Que el avance es evidente.
Que se despejan dudas y temores. Es claro que el camino
terapéutico decido por la doctora Nancy Alam, investigadora y
tratante de estas afecciones, ha sido el correcto, el oportuno, el adecuado.
Pero no se puede cantar victoria. Si no hay disciplina de
paciente, si no se cuentan con los recursos que impone una catastrófica – hasta
ahora han aparecido—, si no se contara
con las estructuras y recursos de un centro como Plaza de la Salud.
Y si no estuviera tan al acceso efectivo Savia Care, centro de
radioterapia avanzada, cuya operación –, han facilitado y democratizado el
proceso y sus costos.
En su página web- se dice:
“El centro más moderno en República Dominicana para el tratamiento del Cáncer con Radioterapia, el cual cuenta con tecnología de punta, médicos y técnicos especializados y certificados por las más importantes y reconocidas entidades nacionales e internacionales, para ofrecer atención y servicios personalizados para nuestros pacientes y sus familias”.
( https://www.saviacare.com.do/sobre-nosotros/_).
Eso,
desde sí mismo, es fácil decirlo, pero quien ha visto reducir el tamaño y las
molestias de su tumor, soy yo. La radio-terapia concurrente con la quimioterapia,
al parecer han sido el recurso terapéutico que ha facilitado el avance ante la condición
de salud.
Esta
historia será larga…. continuará
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