No nos sumamos al coro mediático que ha pretendido matar moralmente a José Carlos Hernández. Con su muerte en esas condiciones, que nunca debió haber sufrido, nos parece suficiente de cara al morbo inagotable de periodistas y comunicadores que se han saciado en discrimen y sangre, y de un púiblico que gusta de esos insumos para tomar su primera taza de sangre de la mañana. Con el final que tuvo esta joven existencia, ¿no nos parece suficiente? . Ahora tambien queremos crucificarlo por su forma se adornar su cuerpo, por los temas que int…
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