En la imagen: Cristabel observa al infinito por una de las ventanas de su casa, en Urbanización Mari Pili, Honduras.
Por más de una razón me siento muy orgulloso de mis hijos. De todos ellos, incluyendo virtudes y defectos, ausencias, distancias, deudas, alegría, momentos de gran intensidad en todo sentido.
Uno de esos seres especiales que he traido al mundo es mi hija Cristabel. Es casi psicolologa. Trabaja ahora en Habitad para la Humanidad,apoyando a grupos nacionales y extranjeros (casi siempre jóvenes voluntarios y empleados de corporaciones) que construyen con sus manos casas decentes para familias humildes dominicanas. En su blog tiene ella un escrito que me permito compartir con ustedes, más como educador popular que como padre.
Ser o no ser
Si hay algo que genera mas cambios y retos en la vida, lo llamaría: la búsqueda de la identidad. Nuestra familia nos dice como ser, la sociedad nos da el esquema de quien debemos ser, al abrir una revista o ver la tv se nos desbordan las mil y una cara de quienes podríamos ser, que si no seguimos pagamos con el precio de ser llamados distintos, raros, totao' etc...
Te cogen, te halan, te presionan, te entregan el disfraz con el que los harás reir o sentirse cómodos... una cosa es ser infantil otra es vivir como un niño, desde la perspectiva de dar, amar, soñar, disfrutar el helado que te comes, la canción que cantas, el sueño que duermes, la historia que escuchas...
Dios nos creó distintos, especiales, con patrones biológicos, emocionales, cognitivos comunes, pero al mismo tiempo nos hico diferentes, con mas énfasis en un lugar que en el otro, y me doy cuenta que muchos de mis temores vienen de querer ser alguien que no soy, de encajar, cumplir y avanzar hacia una meta que otros soñaron no que yo soñé, uyyyy!
Sin embargo, creo que las reflexiones tienen un valor, porque ultimamente me reto a mi misma, a hacer las cosas con el sentido de mi individualidad, con el sentido de quemar etapas que enterré por temor a comentarios o malinterpretaciones, o a caer, y la realidad es que todos estamos sujetos en distintos momentos de nuestras vidas, a uno o a otro resultado, lo que marca la diferencia es la actitud que uno toma frente a ellos, si te valoras en términos de los demás, un día a volar se ha dicho! de la alegría, pero otro día no serás comprendido y la verguenza te aplastará.
Recientemente tuve una de las experiencias mas preciosas de mi vida, me bañé en la playa de madrugada mientras veía las estrellas, otra fue que, mientras salía de Acropolis con Jaime a las 11 y pico, nos bañamos en el tetero de agua frente al parqueo!! sentir la lluvia en mi piel (que calooorr hacia!), en mis mejillas, en mis brazos, fue como un suero de vida, que me recordó que a veces estamos tan ocupados pensando nuestro futuro o dandole mente a nuestros problemas, que nos perdemos de los tesoros mas áperos de la vida: los detalles mas sencillos que a ti te hacen feliz...
Con esto no digo que uno no aprende de los demás, que es chulisimo uno tener modelos a seguir, pero nunca te niegues a tu dignidad como ser humano, nunca permitas que en el camino la niebla sútil de la aprobación te frustre tu valiosa personalidad, que obviamente sufre transformaciones en el camino producto de muchisimas cosas, porque las cosas en la vida no son tan cuadradas, pero parate y piensa...
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