Debo confesar que me sentí en principio poco atraído por el anuncio de que se montaría una comedia llamada La Cosa, de Juan Rivero, en la Sala Ravelo del Teatro Nacional.
No me agradaba el titulo, extraordinariamente poco descriptivo porque cualquier cosa puede ser "una cosa"
La puesta en escena de La Cosa produce varias reflexiones complementarias entre si y una gran lección.
La primera es que bien dirigidos a los talentos se les puede sacar el máximo en beneficio del arte y el público.
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Los dos protagonistas masculinos de La Cosa, aun cuando no alcanzan el mismo nivel interpretativo, producen un rejuego de personajes y situaciones en torno a situación de los clientes de una empresa cualquiera de electricidad, frente a la cual es imposible validar una queja por un cobro excesivo.
La trama de esta comedia es bien conocida por el público que cuando menos una vez en la vida se habrá visto en situaciones similares. Afortunadamente, para el caso dominicano, la situación ha mejorado considerablemente desde que ese servicio ha pasado a considerarse como una prestación empresarial.
Actoralmente los lauros se los lleva Raeldo López, una verdadera revelación histriónica para nosotros al hacer siete personajes distintos, todos con caracterizaciones diferenciadas, asumirlos con gracia, con códigos gestuales particulares y hacerlo bien. Raeldo, un muchacho de buena imagen exterior es mas que una cara bonita o un modelo de anuncios de alto presupuesto. Hay talento, intensidad, fuerza y un tremendo sentido de responsabilidad profesional.
Para López ha sido una carta de presentación que llamará la atención de productores y directores, quienes deben ir a ver aquello. El tipo ofrece un recital de actuaciones haciendo diversos roles. Hay en el algo fresco y nuevo que valorar.
René Castillo lo encontramos bien, pero sólo bien y podría ser mejor si supera algunos aspectos interpretativas . Debe trabajar con agudeza para las próximas funciones la vocalizaciòn y el movimiento escénico en el subir y bajar escaleras. Tiene condiciones que demostró cuando hizo “Yeyo” en la película Yuniol, dirigida por Alfonso Rodríguez.
Pero a la hora de reconocer meritos hay que sacar lauros aparte para Warde Brea por su labor de maquillaje de los personajes. Un despliegue de recursos para dar, a la velocidad de un montaje en vivo, la caracterización de una oleada de personajes disímiles: empleados burocratizados, alocados, un Superman que le quedo bien, una señora de actitud aplastante, un bailarín gay, un viejo. ¿Cómo pudo haber logrado eso? Ese solo aspecto vale todo el esfuerzo que usted pueda hacer para disfrutar este fin de semana que viene de La Cosa.
Miladys Martell, quien hace de la conserje y la bailarina sexi, tiene sus propios méritos como personaje comidín de la situación y pese a sus escasos parlamento, el público siente que está ante una verdadera artista. Tiene futuro. Buen futuro.
El autor de
La Cosa
El dramaturgo mexicano Juan Rivera Saavedra, es Premio Nacional de Teatro concedido por el Instituto Nacional de Cultura (INC) 1987.
Es un creador de argumentos del teatro cargados de gran dosis social que llegan al público en el marco de un humor satírico muy bien manejado y con desenlaces que llevan a lo poético.
Escribió este drama cómico La Cosa, inspirado en la burocracia y dificultades que tiene el público común y corriente para hacerse valer ante las instituciones oficiales que prestan servicio al cliente.
La Cosa es una pieza que ha pasado al dominio popular y que es montada continuamente por grupos populares de la escena, recibiendo la acogida de la gente por su carga de denuncia.
Rivera Saavera utiliza la exageración y la caricaturización de los personajes para obtener un producto escénico que deja huellas en el auditorio y provoca carcajadas y reflexión.
1 Comentarios
saludos att. Carlos