Batman contra Ladrones a Domicilio

A partir del jueves próximo, este Caballero de la Noche, cargado de fama, efectos especiales y un guión originalísimo, tendrá que vérselas con unos Ladrones a Domicilio de facturación muy criolla y que implican un nuevo paso en el cine “Made in RD”.
Virtualmente se van a repartir las salas de cine.
El Caballero de la Noche es una cinta muy esperada para este verano y su contendiente local, de la dirección de Ángel Muñiz, con la fuerza de un mensaje social y una elaboración técnica y artística cuidadosa, tiene a su favor la historia que cuenta elementos muy conocidos y que en estos momentos es el tema de todo el mundo en la radio, la revisión y los periódicos.
¿Una derrotará a la otra? No.

La gente optará por verlas ambas y no dude usted que lucha será de lo más intensa y aparejada.
Ninguna de las dos deben dejar de verse.

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Esta versión del alado hombre murciélago que en realidad no vuela, es ya una película de culto. Muchos factores han contribuido a darle categoría de producto cultural obligado.
¿Cuál es el secreto de esta película cuyos avances comenzamos a ver en lontananza hace meses y que hoy la crítica y el público han consagrado como la mejor de las versiones fílmicas sobre el hombre murciélago?
¿Cómo ocurre que un actor australiano (Heath Letger) diera la sorpresa de superar a Jack Nicolson en la interpretación de Guasón para dejar en la historia de todo el cine la impronta de la mejor actuación en una cinta de superhéroes?
¿Qué factores han llevado a esta cinta a obtener 225 mil 161 votos para lograr el tercer puesto de las 250 mejores películas de la historia del cine, con un 9.1% sobre 10, superada únicamente por El Padrino (1972) y The Shawshank Repemption (1994)?
¿Cómo se produce el fenómeno único para éste género que ha permitido una interpretación inolvidable del personaje antagonista (el malo, el bandido), superando a la mítica leyenda creada por Bob Kane, en 1939 cuando registró los bocetos de su hombre murciélago para la serie de comics que se insertaría en el gusto popular de Estados Unidos y el mundo occidental?
Pocas películas nos llegan con un reporte de bonanzas de recaudación en taquilla, de excelentes críticas, con un ambiente de expectación producto de su aceptación en Estados Unidos, marcada por el signo morboso de la muerte de quien resultara el mejor de los actores, el australiano Heath Letger, recientemente fallecido por sobredosis de pastillas para dormir debido a que – cuentan los corrillos de la crónica del chisme cinematográfico internacional- la actuación le dejó tan marcado que alteró su ritmo ordinario de vida.
Tras ver Batman, El Caballero de la Noche, no queda dudas de que esta versión de Christopher Nolan, supera todas las anteriores juntas, y ahonda en cuestiones de ética social que cuestionan incluso el papel de un enmascarado, no sujeto a leyes, apátrida y paramilitar que tiene el encargo de la seguridad de una comunidad que desarrolló un paternalismo sin sentido a la “ventaja” de tener un protector de ensueños en lugar de contar con una estructura social que combata el crimen.
El éxito de esta versión está, en primer lugar, en el guión que ofrece una ciudad gótica distinta, moderna, sin resquicios ni concesiones a la fabulación infantil y unos personajes engrampados el la dualidad ética; en sus efectos especiales deslumbrantes, en aquella fotografía, edición, música y sonido ambiental.
La cinta, larga, no se siente gracias a la inversión de calidad textual, imagen, efectos y ese factor de “caer en gracia” a críticos y público, que es tan difícil de entender.
Los defectos, que los tiene, la exageración en la voz del Batman-Cristhian Bale- y la gomas de la bati-motocicleta.