Renania Reyna, periodista, actriz, madre, a veces amante de la vida y de gente que no lo ha merecido, decidió escribir un libro para contar su historia.
A Renania la amo de modo especial.
Hemos sabido persistir en un afecto que ha superado las pruebas del tiempo y las monedas falsas que en más de una oportunidad trafiqué en el mercado de promesas incumplidas y sensaciones procuradas.
Por un acto inmenso de generosidad de su parte, me tocó hacer la presentación del libro, en un acto sencillo, - tanto como ella misma- en la Quinta Dominica.
Quiero compartir con mis visitantes, lo que dije en la oportunidad.)
Seguir Leyendo...
Cuando nace una poeta, la Patria toda, mujer de todas las mujeres, debía batir palmas.
Cuando es una poeta la que nace se deberían revertir todos los valores y se pervierten los signos del mundo ordinario y se levantan los estandartes naranja en los horizontes imaginados más de una vez, en cada uno de sus sueños en los cuales acunó deseos reprimidos, fuerzas intimas bien o mal encaminadas o ilusiones que, a todo color, llenaron de fantasía, sensaciones y experiencias la bien vivida juventud de esos otros tiempos innombrables.
Cuando nace una poeta y lo hace proclamando una palabra fresca, irreverente, marginada del temor a mostrar sus interiores sensibles, marcados por más de una burla de oportunidad o un querer que ofreció las faltas promesas de consistencia, entonces la fiesta cobra sentido.
Fue la historia mil veces contadas de una mujer que decidió transformar su dolor desgarrante en notas de dramático silencio que un día dejó de ser silencio.
Cuando es una mujer la que desnuda sus sueños al frente de un mundo que apenas ofrece el espacio para respirar entre episodios y desencuentros, entonces el milagro se consagra
Es que se trata de la vieja crónica, un millón de veces repetida de un ser al cual la vida le ha deparado largas noches de angustias, amplios tiempos de amores pesarosos y desgastante.
Es la misma angustia de millones de mujeres en procura de realización y vidas respetables.
Es la misma trayectoria que ha cobrado tantas vidas que se perdieron en el hondón del silencio y la perdida de los signos vitales, que desquiciaron mas de una cordura, que minaron más de una personalidad y que arrojó al zafacón emocional a vidas dignas de tener para si el amor y la dicha.
Esta noche nace una poeta.
Una que se atreve a lanzar al viento sus palabras, a mostrar sus interiores cargados de dolor, de dependencias, de negación y autoafirmación, una que nos deja sin aliento con el criterio agudo y cortante con que describe sus viajes emocionales que arrancan tirones de piel o capullos olorosos del alma.
Esta noche nace una poeta que nace de nuevo como mujer, que mira al futuro a pesar de que sus verbos los usa en tiempo pasado, como mirando en plenitud de su debilidad, cuando ha sido.
Alta y sensible, esta mujer es expresión esta noche y mucho tiempo antes, de rompimiento con los moldes de una sociedad que se ha regodeado en su propia superficialidad.
Alta y sensible, esta mujer decidió una noche, proclamar su palabra, romper amarras, clamar por la libertad ensortijada en las ofertas de un tiempo que parecía no ser el suyo.
Es que esta mujer, Alta y Sensible, decidió proclamar su dolor y su éxtasis para dejar sentada una palabra nueva, un fluir poético que a partir de ahora debe ser tomado en cuenta tan solo por el valor del ejercicio emocional y la perfección técnica de unos versos que la consagran.
Alta y sensible, esta mujer nos convoca esta noche a conocer sus cuitas y caras desconocidas, más allá de su altura y su limpia sonrisa, más allá de su forma de abrazar y pretender lo infinito en cada gesto.
Es una poeta la que nace.
Y una poesía la que inicia su tránsito
Tan solo uno de sus poemas sintetiza el mosaico de pasiones y quereres, de presentes y ayeres compartidos.
Un poema en el cual pide le suelta y se le dejara partir, para darnos, así como al pasar inadvertido, un poema que desde ahora comienza su papel de referencia de mujer que reclama su ser, a pesar de cuya renuncia sigue marcada por el amor y sigue amando,
a su ritmo,
a su modo de para cantar ahora....
Seguir Leyendo...
Cuando nace una poeta, la Patria toda, mujer de todas las mujeres, debía batir palmas.
Cuando es una poeta la que nace se deberían revertir todos los valores y se pervierten los signos del mundo ordinario y se levantan los estandartes naranja en los horizontes imaginados más de una vez, en cada uno de sus sueños en los cuales acunó deseos reprimidos, fuerzas intimas bien o mal encaminadas o ilusiones que, a todo color, llenaron de fantasía, sensaciones y experiencias la bien vivida juventud de esos otros tiempos innombrables.
Cuando nace una poeta y lo hace proclamando una palabra fresca, irreverente, marginada del temor a mostrar sus interiores sensibles, marcados por más de una burla de oportunidad o un querer que ofreció las faltas promesas de consistencia, entonces la fiesta cobra sentido.
Fue la historia mil veces contadas de una mujer que decidió transformar su dolor desgarrante en notas de dramático silencio que un día dejó de ser silencio.
Cuando es una mujer la que desnuda sus sueños al frente de un mundo que apenas ofrece el espacio para respirar entre episodios y desencuentros, entonces el milagro se consagra
Es que se trata de la vieja crónica, un millón de veces repetida de un ser al cual la vida le ha deparado largas noches de angustias, amplios tiempos de amores pesarosos y desgastante.
Es la misma angustia de millones de mujeres en procura de realización y vidas respetables.
Es la misma trayectoria que ha cobrado tantas vidas que se perdieron en el hondón del silencio y la perdida de los signos vitales, que desquiciaron mas de una cordura, que minaron más de una personalidad y que arrojó al zafacón emocional a vidas dignas de tener para si el amor y la dicha.
Esta noche nace una poeta.
Una que se atreve a lanzar al viento sus palabras, a mostrar sus interiores cargados de dolor, de dependencias, de negación y autoafirmación, una que nos deja sin aliento con el criterio agudo y cortante con que describe sus viajes emocionales que arrancan tirones de piel o capullos olorosos del alma.
Esta noche nace una poeta que nace de nuevo como mujer, que mira al futuro a pesar de que sus verbos los usa en tiempo pasado, como mirando en plenitud de su debilidad, cuando ha sido.
Alta y sensible, esta mujer es expresión esta noche y mucho tiempo antes, de rompimiento con los moldes de una sociedad que se ha regodeado en su propia superficialidad.
Alta y sensible, esta mujer decidió una noche, proclamar su palabra, romper amarras, clamar por la libertad ensortijada en las ofertas de un tiempo que parecía no ser el suyo.
Es que esta mujer, Alta y Sensible, decidió proclamar su dolor y su éxtasis para dejar sentada una palabra nueva, un fluir poético que a partir de ahora debe ser tomado en cuenta tan solo por el valor del ejercicio emocional y la perfección técnica de unos versos que la consagran.
Alta y sensible, esta mujer nos convoca esta noche a conocer sus cuitas y caras desconocidas, más allá de su altura y su limpia sonrisa, más allá de su forma de abrazar y pretender lo infinito en cada gesto.
Es una poeta la que nace.
Y una poesía la que inicia su tránsito
Tan solo uno de sus poemas sintetiza el mosaico de pasiones y quereres, de presentes y ayeres compartidos.
Un poema en el cual pide le suelta y se le dejara partir, para darnos, así como al pasar inadvertido, un poema que desde ahora comienza su papel de referencia de mujer que reclama su ser, a pesar de cuya renuncia sigue marcada por el amor y sigue amando,
a su ritmo,
a su modo de para cantar ahora....
(El presentador lee el poema Libre, página 52)
Debemos felicitarnos esta noche. Por encima de las crisis locales y de marca transnacional, Hoy, el país recibe una poeta.
Debemos felicitarnos esta noche. Por encima de las crisis locales y de marca transnacional, Hoy, el país recibe una poeta.
1 Comentarios
Renania, te felicito. Sé que el pecao, también estuviera feliz de tus letras.
Recibe un fuerte abrazo.
im