El cine local se encuentra en su etapa inicial como industria. O, para mejor decir, no es industria. Es intento, esfuerzo, campo de experimentación artística, social y empresarial.
Un país sin Ley de Cine que garantice a los inversionistas lo que aportan para una producción cinematográfica, obliga - y es comprensible- a orientar recursos hacia proyectos que hayan demostrado rentabilidad, impacto, tasa de retorno, para decirlo en un lenguaje simple y matemático.
El verdadero cine dominicano no ha nacido, en lo cual coincidimos con Alfonso Quiñones. Es, precisamente "no-nato",
PIE DE FOTO.
La imagen es de José García y presenta las filas en la noche de estreno de Cristiano de la Secreta.
Y frente al quehacer cinematográfico que hacemos, creo que es muy seria la responsabilidad que se tiene como sujetos que evalúan, elogiando o censurando, cuanto se hace en cine.
La imagen es de José García y presenta las filas en la noche de estreno de Cristiano de la Secreta.
Y frente al quehacer cinematográfico que hacemos, creo que es muy seria la responsabilidad que se tiene como sujetos que evalúan, elogiando o censurando, cuanto se hace en cine.
Creo que hay criticas y hay criticas.
Y que hay críticas y crónicas.
Y críticas y desahogos.
Y críticas y posturas sinceras.
Y críticas y posturas pre-establecidas.
El cine que hacemos tiene cantidad de ángulos que enfocarle.
Y tiene fallos.
Y errores.
Y miserias temática.
Y condicionantes de mercado.
Y desaciertos.
Y aspectos faltos de lógica.
E incongruencias.
Tal y como las tienen muchos cines de muchos otros países, incluyendo algunos muy desarrollados, con muchas horas de vuelo y a los cuales se les escapa un micrófono que sale cuando no debe, un guión malísimo, una edición desastrosa o una dirección realizada con los piés.
Creo que al cine local hay que indicarle sus fallas.
Y si se hace con base técnica, mejor.
Y si se hace con sentido de educar al público, todavía mejor.
Pero me parece injusto cargarle el dado emocional.
Me parece abusivo subirle el color y maximizar su intensidad porque es "cine dominicano".
No tengo nada contra nadie.
Incluso reitero mi afecto por todos los colegas que hacen crítica y comentarios de cine. Todos excelentes personas.
Pero ello no me impide decir que "se pasaron" algunos de ellos.
Hay emocionalidad en sus enfoques.
Mucha emoción en sustitución de ese papel educativo y de respaldo (no incondicional) a una industria que requiere apoyo para abrirse paso. Sin dejar de indicarle los aspectos a superar.
Felix Manuel Lora acierta en sus puntos de vista, casi todos objetando la película Cristiano de la Secreta, sin embargo no se "carga" contra el proyecto.
No se que pasa.
No lo comprendo.
Y simplemente lo expreso.
Y me pregunto por qué la diferencia de tonalidades.
Cada quien puede seguir escribiendo como entienda debe hacerlo.
Pero no debería pensarse en la posibilidad de que un texto escrito al calor de cada uno de nuestros pequeños prejuicios puede destruir una industria cultural.
Me dolería que volviera a pasar.
Importantes proyectos cinematográficos, luego de años de trabajo y una inversión millonaria - contentivos incluso de elementos positivos para el cine local- han tenido un fracaso total por una crítica colorizada emocionalmente dos días antes del estreno.
Hay que abogar por una Ley de Cine.
Y tambien bajar los egos.
Los de los directores.
Los de los críticos.
Los de los comentaristas.
El asunto es muy serio para reducirlo a una proclama incendiaria y una demanda que quema en cruz contra quienes se atreve a hacer cine, riesgo que muy pocos críticos y comentaristas acometerían.
Son los que se atreven.
Los que hacen el camino.
Los que se equivocan.
Pero son los que se atreven en una nación que no protege su cine.
1 Comentarios
Gracias... por mi parte en la industria nacional.
Gracias... por mi parte espectadora.
Gracias... por mi parte lectora.
Gracias... por mi parte justa.
Ana Martin