Benard Diederich ha sido un testigo y narrador de la historia del Caribe y en particular de Haití, República Dominicana, El Salvador y Nicaragua. Foto: Centro LeónBernard Diederich sostiene que los blogs han permitido la multiplicación de opiniones en el escenario virtual y público, pero tiene una advertencia....
El escritor, historiador y periodista de renombre internacional saludó la modernización que han aportado las computadoras y el ciberespacio, pero advirtió que éste está lleno de delincuentes y criminales.
Bernardo Vega, Rafael Emilio Yunen, Bernard Diederich y Félix García. Foto: Centro LeónSostuvo el comunicador, autor del conocido libro “Trujillo, la muerte del dictador”, publicado en 1978 y de “Papá Doc y los Tontons Macoutes”, en colaboración con Al Burt, que la comunicación con la era digital se ha facilitado, pero entiende que el mundo del ciberespacio está lleno de criminales, porque la delincuencia se ha montado igualmente en la poderosa fuerza de lo virtual.
Afirma que los blogs han permitido que se multipliquen las opiniones, pero advirtió que se debe preservar a los periódicos escritos, amenazados por una grave crisis mundial.
Sostiene que un domingo en la mañana sin la circulación de The New York Times, sería un "domingo muy triste".
Destacó que sin dudas la tecnología en la comunicación digital ha revolucionado el mundo y ha falicitado el quehacer, pero alertó contra el abuso del ciberespacio: "Hay un gran problema en Internet, bastante serio, los criminales pueden manejar electrónica. El ciberespacio está lleno de criminales", declaró en el Almuerzo de los multimedios El Caribe.
Bernard Diederich ratificó su condición de testigo excepcional de la historia dominicana durante su encuentro con la memoria, realizado anoche en el auditorio del Centro León, ante un público que incluyó a parientes de los héroes del 30 de mayo, participantes directos en los acontecimientos que se sucedieron en el agitado período 1960-1965.
El escritor y periodista, hablando por medio de traducción, ofreció una cátedra sobre el compromiso social de los comunicadores con la verdad y con su deber de denunciar las dictaduras, los abusos de los gobiernos y la importancia que tiene la preservación de los medios escritos.
En el libro “Una cámara, testigo de la historia”, Bernard Diederich, recoge la crónica visual del país de 1951 a 1966, o sea desde el último decenio de la Era de Trujillo hasta los días siguientes a la revolución de abril de 1965.
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