Catana: "El público es más puntual"

Catana Perez de Cuello

La profesora Catana Pérez de Cuello se encuentra satisfecha con su labor al frente del Teatro Nacional. Pianista y educadora musical, Catana tiene por estos tiempos la responsabilidad más grande de su vida. Foto: Teatro Nacional.

En el Teatro Nacional se siente, desde hace un año, que algo nuevo ocurre.
Se trata de una combinación poco común que da como resultado una dimensión nueva:

-un orden que cuida de los detalles,
-un inquieto y responsable espíritu femenino que tiene del peso emocional,
-el aliento de una artista que se ha dedicado - cuerpo-inspiración y alma- en una tarea nacional que resulta única.
Catana Pérez de Cuello es la directora del TN que ha cumplido su primer año al frente de la institución que es el más elevado escenario nacional
La reconocida pianista y educadora musical, ha enfrentado con esta designación una de las tareas más formidables de su existencia.


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A continuación una entrevista que nos concediera nuestra amiga Catana:

JRS¿Es fácil ser la responsable artística la institución cultural más emblemática del país?
CPC: Dirigir el Teatro es algo muy complejo. Son muy variados los puntos y temas a los que hay que poner atención permanente, desde y hacia lo interno de la institución y desde y hacia fuera. Nos visita mucha gente diferente con todo tipo de ideas y planes y tenemos un flujo grande de público. Dirigir el Teatro es para mí vivir alerta constantemente, para poder atender todos los requerimientos de la forma más correcta, firme, cordial y justa que sea posible.


JRS.¿Cuál fue la concepción que te hiciste al asumir esta responsabilidad?
CPC: Honestamente, no tuve el tiempo material para hacerme ninguna concepción, fue todo muy rápido. Sin embargo, toda mi vida he estado ligada al Teatro (como pianista, maestra, etc.) y conocía bien su estructura, su personal. Además, como trabajaba allá desde el año 2000 (dirección revista Teatro, Programa de Apreciación Musical, dirección del Museo de la Música Dominicana), de alguna manera entendía y sabía espontáneamente no sólo lo que había que hacer, sino que rápidamente pude priorizar estas necesidades. De todas maneras, la experiencia, la observación consciente, el contacto permanente con el personal y el análisis del día a día (a solas y con quienes me rodean) se cuentan entre los puntos más enriquecedores y valiosos de este primer año de gestión.

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JRS- ¿Cuáles fueron los problemas, deficiencias o dificultades que te propusiste como prioridad superar?
CPC: A grandes rasgos, podría decirse que de manera natural dividí esos problemas en ejes temáticos: recursos humanos, infraestructura, funcionamiento e institucionalidad. El personal debía sentirse integrado e identificado con la institución y aunque soy la cabeza, la responsable, todos somos Teatro Nacional Eduardo Brito. En cuanto a la infraestructura, vamos resolviendo problemas continuamente y existen otros que requieren, obligatoriamente, de una gran intervención económica; confiamos en que podremos resolverlos.
El funcionamiento depende mucho de la comprensión que tiene cada empleado de su papel, de sus responsabilidades y hay que permitirles que cumplan con ello; en este punto hemos avanzado mucho.
Además, a este renglón le compete la realización de una programación bien ponderada, con el tiempo justo para montar y desmontar espectáculos sin perjuicio para el Teatro ni para el productor.
Y en cuanto a la institucionalidad, un Teatro de esta categoría no puede funcionar sin normas precisas, sin objetivos a corto, mediano y largo plazo tanto para quienes allí trabajamos como para quienes desean presentarse en nuestras salas. Ya elaboramos la Misión, la Visión y los Valores del Teatro Nacional Eduardo Brito y hemos trabajado durante meses con los Reglamentos para el uso de las Salas y otros Espacios, que están listos, hemos ido implementando con muy buenos resultados y se darán a conocer oficialmente muy pronto.


JRS- ¿Qué se ha logrado en materia de puntualidad de la gente a los espectáculos?
CPC: Me siento bastante satisfecha en este sentido. Durante dos meses hicimos la campaña “La puntualidad nos beneficia a todos”, con el aviso de que el 1 de noviembre del año pasado se ponía en marcha. La gente que por una u otra razón se retrasa para una presentación sabe que debe esperar el momento oportuno en que nuestros acomodadores puedan introducirlos en la sala, si es que lo hay. El público que llegó a tiempo y los artistas que están en escena merecen el mayor de los respetos.


JRS-¿Qué colaboración has tenido de parte de los artistas, técnicos, empresarios y gestores culturales?
CPC: Ha sido una colaboración inmensa, hermosa, importante. Cuando me nombraron me pasé dos meses recibiendo gente que quería verme, saludarme. Aunque muchos fueron por asuntos de sus fechas en la programación, la cual respeté aunque no siempre se cumplió como estaba pautada, la mayoría fue a visitarme para ponerse a la orden, para compartir sus ideas. Eso me hizo sentir muy, muy bien. Espero haber reciprocado con creces tantas buenas intenciones.

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