Foto: El Caribe
He defendido que circule y se venda a quien lo desee comprar Trujillo, Mi Padre, de Angelita Trujillo de Dominguez. Oponerse a que circule un libro es una actitud trujillista.
Escribo esta carta a su hijo, Ramfis Trujillo Dominguez, responsable en el pais de la estrategia de mercadeo para promover la venta de ese documento .
Deseo que el conozca detalles de lo que fue la dictadura de la cual el documento intenta despojar de la sangre, el dolor y las muertes que produjo durante 31 años.
La carta dice:
Sr. Ramfis Domínguez Trujillo
Hijo de la Sra. Angelita Trujillo de Domínguez
Le escribe un periodista que ha defendido el derecho a que se venda el documento Trujillo, Mi Padre, Memorias de Angelita, a contrapelo de todas las opiniones de quienes –como un servidor- consideran que se trata de un libelo difamador e irresponsable al utilizar la mentira y el irrespeto a las honras de héroes y mártires, combatientes o caídos en la lucha contra la dictadura de su abuelo.
Hijo de la Sra. Angelita Trujillo de Domínguez
Le escribe un periodista que ha defendido el derecho a que se venda el documento Trujillo, Mi Padre, Memorias de Angelita, a contrapelo de todas las opiniones de quienes –como un servidor- consideran que se trata de un libelo difamador e irresponsable al utilizar la mentira y el irrespeto a las honras de héroes y mártires, combatientes o caídos en la lucha contra la dictadura de su abuelo.
De todos los libros que han escrito los Trujillo, el que nos entrega su madre es el más difamatorio y el que pretende retorcer los hechos históricos.
El libro de Flor de Oro no apela a la mentira. Documenta hechos personales, pero sin irrespeto por la realidad.
Los documentos que su padre Ramfis paso a un reconocido intelectual para publicarlos, también refieren hechos incontrovertibles.
Aída Trujillo Ricard, en su premiada novela A la sombra de mi abuelo, reconoce que tenia una buena imagen de su abuelo y que como pariente era un hombre tierno con su familia, lo que no le impidió venir al país a conocer la realidad histórica, convenciéndose del carácter sanguinario de la dictadura. Y así lo dice en su novela, que al parecer muchos no leyeron completa. Hoy, Aída Trujillo es una excluida de la familia, por si usted no lo sabia. Se le han aplicado criterios de intolerancia trujillista.
El libro se ha comenzado a vender. Lo compran desde nostálgicos trujillistas de la época, hasta interesados en conocer esa versión, historiadores y publico curioso picado por la morbosidad, que ejerce su derecho a leer lo que les parezca.
Esa era una libertad que no existía en la época trujillista. ¡Cuan grande y magnánima es la ventaja de vivir en democracia!. ¿No le parece?
Trujillo llego a hacerle comer las paginas de su libro a Jesús de Galíndez, a quien ordeno secuestrar en N.Y. y traerlo a su presencia. De seguro que ud. Tampoco sabia de ese detalle.
Las presentes generaciones no tienen un conocimiento claro de las raíces y características de la dictadura de Rafael Trujillo, condición de ignorancia que, por lo visto, también le cercena a usted la visión real de lo que fue aquello.
Incluso, sobre la base del incremento de la delincuencia, el narcotráfico y la corrupción postmoderna, hay quienes estimulan la nostalgia de la paz y tranquilidad que imponía el régimen trujillista. Cuando se han hecho encuestas, a raíz de escandalosos hechos de violencia y delincuencia, ha habido jóvenes que han votado positivamente por un gobierno como el trujillista.
Me permito informarle que la dictadura de Trujillo no era como las otras dictaduras. Pongo el ejemplo, para actualizar el contexto, la de Augusto Pinochet Ugarte, en Chile, tras el golpe de estado al gobierno constitucional de Salvador Allende. Pinochet se impuso a sangre y fuego, asesino a quienes protestaron, torturo e incluso impulso mejoras y progresos en la economía del país, características parecidas a una parte de lo que fue la dictadura de su abuelo.
Pero Trujillo fue más allá del concepto de la dictadura tradicional. Me imagino que usted no sabe, y me parece lógico que no lo sepa , que Trujillo y su familia, asumió el país como su finca particular, en la cual todo y todos lo que habían debían ser potencial y realmente, parte de su patrimonio.
Si alguien tenia una finca que le agradaba a su abuelo, allí llegaban los funcionarios públicos a indicarle que debía venderla al Jefe. Y nadie podía negarse. Se vendía al precio que le indicaran desde las alturas o, para estar mejor resguardados, los dueños la regalaban.
Me imagino que usted no sabe que así también se hacia con las mujeres (especialmente jóvenes) que le gustaban a su abuelo y a otros familiares suyos, incluyendo su madre Angelita Trujillo y a Petan Trujillo, que era aficionado a estrenar el sexo inicial de toda chica de la Provincia Monseñor Noel (Bonao).
Me imagino que usted no sabe que incluso, los cuerpos de cadetes de la Fuerza Aérea, era seleccionados atendiendo a criterios de porte y belleza física, para que su madre pudiera seleccionar a los que le gustaban. Me imagino que no sabe que así selecciono a su primer marido. Siéntase ofendido, si lo entiende justo. Hay verdades que duelen, en la misma medida que también han falsedades que deprimen, como las sostenidas por su madre en su libro. La historia es una sola. No acepta interpretaciones. Y los que defendemos el derecho a que ese documento libeloso circule, también tenemos el derecho a recordar la historia.
Creo que su madre debe ser sometida a la justicia, donde quiera que se encuentre, por difamación e injurias. Las Fundaciones Patrióticas deben evitar el tema pase de moda y queden en nebulosa las versiones falsas que propala su madre en su retorcimiento de los hechos. Y junto a ella, usted también debe ser sometido por complicidad.
Si se me siente mal, lo lamento. Pero usted defiende un libro que falta a la verdad y me parece justo referirle otra parte de la historia que posiblemente usted no conozca o no desee conocer. Ha sido su madre quien ha traído el tema de la verdad histórica en torno a la dictadura trujillista en vano intento de limpiar de sangre, dolor y muerte una época . Esa historia es más compleja e intrincada. Y usted, afanado en estos días en colocar en librerías la mercancía que promueve, probablemente no ha tenido tiempo de que se le forme criterio de lo que fue eso que usted no conoció a fondo y que promueve, con todo su derecho.
2 Comentarios
Ud. tiene toda la razón en torno a la realidad de los hechos, pero creo una bajeza, se coloca a la altura de angelita cuando comenta la vida íntima de la misma, realmente eso no es de hombre que se respete.
No creo que el Sr. Jose Rafael Sosa le ha faltado el respecto Sra. Angelita Trujillo de Domínguez porque la verdad no es decisión es un deber y eso es lo que ha hecho el señor Jose Rafael Sosa.
Él esta en todo su derecho de hablar con la verdad porque Angelita Trujillo en su libro ha mentido.
Nota: ¿Por qué no usas tu nombre en vez de anónimo?