Esta película constituye el punto de calidad más elevado que haya alcanzado el cine dominicano. Lo que han logrado Laura Amelia Guzmán e Israel Cárdenas, es un precedente que abre una perspectiva completamente nueva y que demuestra la capacidad creadora que parte de un hecho tan aparentemente local y bi-nacional, para pasar a compartir la condición humana universal del trasfondo enfocado.
Jean Gentil, además, es una película oportuna que muestra otro enfoque de la vinculación entre etnias, grupos y comunidades nacionales, condicionadas desde los enfoques del poder, al enfrentamiento y al discrimen entre sí.
En su relativamente corta trayectoria, la industria del cine dominicana, despojada hasta el presente de una Ley Nacional que estimule la inversión y libre selección de temas y géneros, el cine hecho artistas nacionales, no había tenido una obra con las condiciones y características de Jean Gentil.
No hay derecho a condenar todo el cine nacional hecho hasta el presente. El arte cinematográfico es la suma de todos sus géneros. El cine es amplio y variado. Y depende de muchas condiciones. Pero a veces aparecen joyas. Jean Gentil es una de ellas. Creo que la más importante del naciente cine de concepto, de autor, en la República Dominicana.
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