La zona de los restaurantes de La La Atarazana, el Museo de Casas Reales, el Panteón Nacional, el Alcázar de Colon, la Iglesia del Rosario y el Hostal Nicolás de Ovando está afectadas por la contaminación que produce el humo del ferri de Américan Crouise Ferries. Los espacios de esos puntos privados y públicos se llenan de humo y el olor a aceite quemado, afectando sus instalaciones y las vías respiratorias de clientes, visitantes y viandantes.
El humo, que podría ser controlado si se usara otro tipo de combustible o no se arrancara en alta, ha originado una contaminación que afecta especialmente el Hotel Nicolás de Ovando, frente al cual atraca el ferrie y también a los clientes y el personal de los restaurantes al frente de Plaza España. La llegada de turistas por el ferrie beneficia a los restaurantes porque éstos acuden a comer allí, pero entonces se encuentran con la humareda que produce la nave.
Las partes están negociando desde hace varias semanas. Los propietarios de restaurantes, los directivos de las instituciones culturales afectadas y los arrendatarios del Hostal han indicado que el humo contaminante es evitable debido a que existen combustibles para este tipo de embarcación que no contaminan a lo cual se suma el encendido en "alta" de sus motores, lo que genera la expulsión innecesaria humo.
El ferrie en referencia representa una buena fuente de ingresos para el movimiento turìstico de la zona, pero se impone que su llegada sea armónica con el medio ambiente ya que turismo y contaminación no bailan en los mismos tonos.
"Tanto el ferrie como los restaurantes y el hostal, tenemos interés en que se mantenga la llegada de esa nave con turistas, pero hay que regular lo de la contaminación del ambiente" dice uno de los propietarios de los restaurantes.
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