La Civilización del Espectáculo denuncia manejo de los medios y mercantilización de la Cultura

Mario Vargas Llosa ha estremecido el mundo intelectual al salir con su primer trabajo luego de recibir el Premio Nóbel de Literatura, un crítico, agudo y polémico enfoque sobre el papel de los medios en sus vertientes casi inevitables de superficialidad, morbo y sensacionalismo y la degradación y mercantilización de las manifestaciones de la cultura, determinada en sus precios más por los mercaderes que por el valor que estéticamente puedan tener. La Civilización del Espectáculo ofrece una lectura intensa, rica en detalles, abundantemente crítica con la agudeza de un escritor profundo, con el que se puede estar en acuerdo o desacuerdo ideológicamente, pero que representa una voz a ser tomada en cuenta, sobre todo si se plantea una revisión cuestionadora de la sociedad mediáticamente considerada.

Solo su introducción, con su sabor a estilete sin clementcia teórica, da una idea de la fuerza potencial para el debate que aporta este título.

Este es el libro que los intelectuales corren a los estantes de las librerías y que se vendió bastante en la recién finalizada XV Feria Internacional del Libro Santo Domingo 2012, en los tres días finales del evento, traido en avión gracias a un esfuerzo que hizo Editorial  Alfaguara, tras el lanzamiento, una semana antes en Madrid.



































El Premio Nobel de Literatura ha provocado, con  la publicación de La Civilización del Espectáculo, apoyado en el agudo bisturí de su análisis, dolor y reflexiones amargas, pesimistas y esperanzadoras, sobre el papel de los medios, su sensacionalismo, la desarticulación de los criterios de la estética cultural, llevada a un reducto de mercancía comercial  cuyo precio (no su valor) se maneja y manipula por los modernos e inescrupulosos  “merchandais” en la era digital.

Aun cuando tiene un precedente temático (no decir plagio, de ninguna forma, en La Sociedad del Espectáculo,de Guy Debord.

La Civilización del Espectáculo (Mario Vargas Llosa, Alfaguara), implica un enfoque ácido y novedoso, pese a la avalancha de enfoques que se enfilan en enjuiciar una sociedad que se ha maquillado a si misma para espectacularizar y superficializar su modo de vida, desplazando los valores estéticos verdaderos por un  mejurge o mezcla que conforma un ser social atiborrado por el  el sensacionalismo de los medios como insumo principal, la pérdida del precio del producto cultural verdadero suplantado casi delincuencialmente por las modas gerenciadas por los merchandais, verdaderos determinantes en el despliegue mediático a las obras cuestionables de artistas que se pliegan a los mandatos de un  mercado que ha dado la espalda a la genialidad  inconformista.

Un libro buscado
Todo el que tiene un interés en los temas de cultura, medios y existencia humana, está corriendo tras este ensayo periodístico a fondo de Mario Vargas Llosa, el primer trabajo que proyecta luego de recibir el premio Nóbel de Literatura, justicieramente otorgado al hispano-peruano de ideas tan propias.
Lo que destila Vargas Llosa sobre medios, cultura y existencia humana es puro acetileno conceptual, rasgando profundo en las capas supuestamente intocables de una comunidad global que se ha entumecido por su culto a los medios, a elevación  las andanzas de los artistas y la rancia nobleza y reinados de Europa, a  tema de debates cruciales, mediante el uso generoso de los espacios de revistas como ¡Hola!,  inicialmente sólo en español y ahora popularizada en una cantidad de idiomas.



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