EL VIAJE A NINGUNA PARTE.
Por: Ramón Osuna
Faltan pocos días para que los dominicanos, los que viven dentro, y los que vivimos fuera del país, acudamos a ese acontecimiento que muchos medios en Europa llaman “la fiesta de la democracia”. Las elecciones generales dónde se elegirán los cargos públicos más importantes del país, ese día, los dominicanos no sólo debemos acudir a votar, sino que debemos, también acudir al futuro.
La
realidad de los hechos más importantes del país, de las conductas, actitudes,
de todo lo que tenga que ver con lo cotidiano, con lo trascendente y lo simple,
nos lleva a la conclusión de que, estas elecciones son el reinicio del
recorrido de un camino largo y minado, hacia un futuro oculto detrás de una
espesa niebla.
Si realizamos una minuciosa radiografía a los partidos más importantes que participan en estas elecciones, aquellos con posibilidades reales de revalidar o reconquistar el poder, veremos que esta conclusión resulta ser una obviedad.
Si realizamos una minuciosa radiografía a los partidos más importantes que participan en estas elecciones, aquellos con posibilidades reales de revalidar o reconquistar el poder, veremos que esta conclusión resulta ser una obviedad.
El Partido de
Tuve
la ocasión de visitar el país unos meses después de iniciada la primera
legislatura del Dr. Leonel Fernández Reina y su partido, el PLD. Me sorprendió
gratamente la situación que encontré en el país, se respiraba un ambiente de
optimismo compartido, creo incluso, que muchos detractores confesos del PLD se
rendían ante la evidencia. Aquello fue solo un impulso al que le falto la
fuerza necesaria para que fuera un movimiento real.
El
PLD se convirtió en un medio de transporte, un barco por ejemplo, con una
heterogénea tripulación, compuesta de: Los Peledeistas iniciales, los hombres
con ideología, que acompañaron desde el principio al Prof. Bosch, que siguen
creyendo en su proyecto y que creen también que el barco navega hacia el rumbo
trazado inicialmente. Los venidos de la izquierda, la izquierda histórica,
muchos de los cuales vinieron a dar esa fuerza que no presidió a aquel primer
impulso. Otros vinieron a buscar una cómoda militancia de izquierda dejando
atrás los traumas de militar en una corriente como esta, dentro del mismo grupo
están los que se creyeron en superioridad dialéctica y que por esa misma razón,
se harían en poco tiempo con los mandos de la organización. Esto, lo de algunos
viejos compañeros de la izquierda, es la historia de la visión perdida, lo cual
no es nuevo. Los terceros, son los venidos de la noche de los 12 años, estos si
saben hacia donde se dirige el barco, han manipulado la brújula, van hacia la
tierra prometida.
Con
respecto al PLD hay una ingenua pregunta que debo hacerme ¿Se olvidó el Prof.
Bosch al marcharse del PRD llevarse al buey que mas jala?
El Partido Revolucionario Dominicano
Cuando conducimos un vehículo son tan importantes la visión hacia adelante como hacia atrás por medio del espejo retrovisor, descuidar cualquiera de estas prácticas en la conducción puede hacernos sufrir un accidente. Creo que este principio guarda mucha analogía con el Partido Revolucionario Dominicano y, sobre todo si miramos detenidamente el acontecimiento más importante celebrado por dicho partido en un año. La convención para elegir al candidato a las elecciones presidenciales del próximo mayo. Estos aspirantes a ser candidatos, tanto el que resulto vencedor, como el derrotado, no se han caracterizado precisamente por la brillantez en lo que les ha tocado ejercer. El primero, como presidente que fue, encabezó el gobierno menos sobrado de ideas, sea el de menos ideas que ha padecido el país dentro de
Pero no dejemos al otro señor, bajo su liderazgo el PRD tuvo el resultado más humillante y vergonzoso en unas elecciones de cualquier naturaleza. Por eso afirmo que el PRD se comporta como un conductor que sólo mira hacia atrás. Mal asunto para un partido. Peor situación para un país. Viví en la creencia de que el PRD había salido tan fortalecido de todos los envites encajados -salida de Bosch del partido, luego del Lic. Hatuey, que hasta pensé que podría dar ejemplo de Democracia Interna al resto de partidos del país, pero que va, siguió igual o peor que los demás. Sus candidatos a elecciones parciales y locales, siguen siendo nominados en función de su capacidad económica siempre por encima de la voluntad política de los individuos.
Con tal panorama creo que puedo sacar la segunda y fundamental conclusión. ¡Esto es EL VIAJE A NINGUNA PARTE!
Pero como la idea no debe ser absoluta, y a veces, casi siempre, la voluntad insiste en sobreponerse a la lógica de las cosas, no seré yo quien exhorte al pueblo Dominicano, a que desoiga la llamada de la cita con las urnas, antes por el contrario, creo que el pueblo debe acudir masivamente a votar, no porque haya ningún partido merecedor de la confianza popular, se trata de que no tengo ninguna alternativa válida ante este evento. Eso si, pido a todos los que ejerzan este derecho a que permanezcan vigilantes y en guardia. Que vigilen un día sí y otro también al gobierno surgido de las urnas, aun en el caso de que la opción ganadora sea la que hayan votado. Porque conscientes si que estamos, de que el código ético de nuestros partidos solo lo marca, el camino más corto para llegar al poder.
Es
posible que lo que ahora escribo no valga para nada, al menos por ahora.
Cuenta una historia de aldea que: Un viejo árabe plantaba una palmera mientras se comía un dátil (la palmera es el árbol que da el fruto del dátil), se le acerco alguien y le pregunto ¿Cómo plantas esa palmera, si sabes que nunca comerás su fruto?¿Si sabes que parirá el primero dentro de cien años? A lo que el viejo contestó, si todos pensáramos igual que tu, yo no estaría comiéndome este dátil.
Dedico este articulo a mi desaparecido ex-compañero del coro de poesías dela UASD , el Dr. Miguel Peguero
Arias, quién con toda seguridad no compartiría conmigo la mayoría de cosas
vertidas en este articulo y, especialmente, en lo referente a su amado PRD.
Cuenta una historia de aldea que: Un viejo árabe plantaba una palmera mientras se comía un dátil (la palmera es el árbol que da el fruto del dátil), se le acerco alguien y le pregunto ¿Cómo plantas esa palmera, si sabes que nunca comerás su fruto?¿Si sabes que parirá el primero dentro de cien años? A lo que el viejo contestó, si todos pensáramos igual que tu, yo no estaría comiéndome este dátil.
Dedico este articulo a mi desaparecido ex-compañero del coro de poesías de
Madrid 30 de Abril de 2012
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