El nuevo rostro del cine dominicano














El rostro del cine dominicano cambia. La pantalla local está dando un giro y se orienta  hoy día un perfil de diversidad   que incluye  el drama, la biografía, la comedia social e incluso la ciencia ficción, planteando alternativas al género que ha sido más exitoso:  la comedia de enredos apoyada en figuras populares provenientes de la televisión.
Sin desechar las comedias  que, como  Lotomán 2.0  (Archie López) camina holgadamente hacia un nuevo record de venta de taquillas  y la oferta que llega de Roberto Ángel Salcedo (Profe por Accidente, para el 17 de enero), y cuya promoción ya se siente con fuerza sobre todo en vallas en las avenidas,  resulta evidente que el principal volumen de las producciones en curso (pre-producción y post producción) plantean una diversidad  que estimula la Ley de Cine y que suponen renglones completamente nuevos o escasamente experimentados, no siempre con éxito de taquilla. Parece que se mueve algo nuevo.
Anoche, en un ambiente de mucha satisfacción, personal artístico y técnico de la película Biodegradable,  (Basanta Films, 2012), basada en un guión cuyo titulo original  Una Rosa en el Quinto Infierno, original como novela de William García, realizaba su encuentro festivo de cierre. Esa película, de ciencia ficción (una de las pocas de ese género que se filma con ese nivel de calidad en idioma español), está llamada a ser un hito.  Conocemos el guión y sin dudarlo, se puede establecer que es la novedad más resaltante de los nuevos temas del cine local. Ahora pasa a post-producción.
Leticia Tonos  (La Hija Natural, 2010) acaba de finalizar rodaje y casi completar el primer corte de Cristo Rey, una cinta de romance desigual con trasfondo social, rodada en el barrio capitalino del mismo nombre.  La relación de amor entre un chico negro (de origen domínico-haitiano) y una chica de tez clara,  a la cual se opone el jefe de una de las bandas y pariente de ella, está destinada igualmente a ser una producción  que establezca nuevas tendencias. Las referencias que nos llegan sobre Cristo Rey son muy buenas. Ahora se realizará fuera del país 
la parte compleja de la post-producción.  Ella es la única directora dominicana de cine con roles de incidencia en la producción de largometrajes y tras su primer proyecto, ha ganado respeto como tal.

Juan Fernández avanza  El Gallo, drama de contenido social sobre la situación de los dominicanos repatriados desde Estados Unidos, tras cumplir condenas  normalmente por drogas y delincuencia común. El enfoque es desacralizador y el guión vigoroso. El trailler  deja ver en que es una producción interesante.


El maestro del cine dominicano, Agliberto Meléndez, premiado  en ceremonia de apertura del VI Festival Global de Cine Dominicano, de Funglode, en el Teatro Nacional por la Dirección General de Cine por su inolvidable Un Pasaje de Ida, designada como la mejor película dominicana de todos los tiempos y favorecido por haber encontrado, en calidad de préstamo, los cinco millones de pesos que le faltaban para terminar, al fin, El Color de la Noche, la biográfica sobre José Francisco Peña Gómez  - curiosamente no financiara por los empresarios –dirigentes perredeístas que no le respondieron- . El financiamiento inicial del proyecto, lo facilitó la presidencia de Leonel Fernández.

Vladimir Abud (La lucha de Ana,. 2011) lleva a un 75% el rodaje de Los Super, una comedia de trasfondo social  que persigue exponer el crecimiento de la delincuencia y la violencia,  situación que tres “super- héroes” (incluyendo una mujer que personifica Cheddy García) y que se disponen a luchar contra el amo del mal (un personaje que encarna Cuquín Victoria), involucrado todo en un código visual y textual con bastante novedad para la escena criolla. Tiene excelentes actores, algunos de ellos vinculados a la televisión, pero el director hace el esfuerzo de lograr actuaciones de cine. 


José María Cabral,  (Jaque Mare, 2011), calladamente, trabaja en un proyecto, que tiene solo como titulo de trabajo una @, y de la cual se sabe poco, poquísimo, dado el hermetismo que rodea su producción, pero que se dice es su proyecto fílmico más importante.

Celinés Toribio incursiona al frente de un proyecto biográfico tan necesario como desafiante: María Montés, la película, tomando como asiento el Hotel El Embajador, donde está radicado el personal involucrado ahora en la pre-producción, trabajando a todo dar, para iniciar en enero la etapa de rodaje, fijado para unas seis semanas.
Alan Nadal Piantini toma un impulso para lograr la post-producción definitiva de El Manuscrito, proyecto que le ha tomado algunos años de su vida como director y que también está dotado de ese acento temático nuevo, al ser un triller  basado en la localización de un manuscrito vinculado a los restos de Cristóbal Colón, pero este directo no tiene prisa en promoverlo hasta que no esté listo para exhibición.  

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